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Túnez encara unas elecciones envuelto en detenciones a opositores y protestas

A menos de un mes de que Túnez celebre elecciones presidenciales (convocadas para el 6 de octubre), la situación del país, en cuanto a los derechos humanos y las libertades, no ha hecho más que empeorar. Protestas multitudinarias, detenciones de opositores, acusaciones de un gobierno autoritario y policial están protagonizando los titulares sobre la situación en el país norteafricano.Esta semana, decenas de miembros del mayor partido en la oposición, Ennahda (Partido del Renacimiento), fueron arrestados antes del inicio formal de la campaña electoral (que comenzó este fin de semana) para las elecciones presidenciales, según varios abogados y funcionarios del partido. Ennahda, el partido islamista que llegó al poder tras la Primavera Árabe en 2011, dijo el viernes que los recuentos recogidos por sus secciones locales sugerían que al menos 80 hombres y mujeres del partido habían sido detenidos como parte de una redada nacional que detuvo a miembros de diez regiones. El ex ministro de Juventud y Deportes Ahmed Gaaloul, miembro del comité ejecutivo del partido y asesor de su líder encarcelado Rached Ghannouchi , aseguraba que las detenciones incluían a altos funcionarios del partido y habían continuado hasta el viernes por la tarde. Entre ellos se encontraban Mohamed Guelwi, miembro del comité ejecutivo del partido, y Mohamed Ali Boukhatim, un líder regional del partido de Ben Arous, un suburbio de Túnez. Enfado generalizadoEn un contexto de apatía política generalizada y con las figuras más destacadas de la oposición en prisión, se esperaba desde hace tiempo que el presidente Kais Saied ganara un segundo mandato sin que se le presentaran grandes desafíos. Sin embargo, en los últimos meses se han producido turbulencias. Saied ha destituido a la mayoría de su gabinete y las autoridades han arrestado a sus potenciales oponentes como Ayachi Zammel. Este último está acusado de falsificar firmas de votantes en su documentación, pero sus abogados dicen que el caso tiene como objetivo forzarlo a abandonar la carrera. La autoridad electoral del país, compuesta por miembros que el propio Saied nombró, ha desafiado las órdenes judiciales de excluir a ciertos contrincantes de los comicios. En agosto, la comisión electoral eliminó de la carrera a tres candidatos destacados, citando supuestas irregularidades. Sin embargo el tribunal encargado de las disputas electorales ordenó a la comisión reinstalarlos el 2 de septiembre, pero la comisión rechazó el fallo. Los críticos afirman que Saied está utilizando la comisión para asegurar su victoria intimidando a los candidatos. El presidente niega las acusaciones y afirma que está luchando contra traidores, mercenarios y corruptos. Las últimas detenciones del viernes se produjeron mientras miles de personas protestaban en la capital del país denunciando el surgimiento de lo que llamaron «un estado policial». Los manifestantes corearon lemas como «fuera el dictador Saied» y «sin miedo, sin terror, las calles pertenecen al pueblo». También exigieron la liberación de Zammel y de todos los presos políticos, activistas y periodistas detenidos por criticar a Saied.Tras la Primavera Árabe, que derrocó al dictador Zine El Abidine Ben Ali, y años de gobiernos que democratizaron el país, Said se presentó en 2019 con una plataforma populista y anticorrupción que animó a los tunecinos desilusionados con la política partidista y el estancamiento económico a votar por esta opción. Sin embargo, Said revirtió algunos de los logros democráticos de Túnez, reescribiendo la Constitución para consolidar su poder y encarcelando a los críticos incluidos los de los principales partidos políticos.

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