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Último Primer Día, el ritual que preocupa a docentes y tutores

«Estaba por ir, pero al final no me dieron más ganas. Y menos mal, porque a varios compañeros les pusieron pastillas en los vasos y los drogaron. Les terminaron robando todo», dijo a EL LIBERTADOR, una ex alumna de la escuela técnica Juana Manso. La joven resumió así el saldo de los festejos del Último Primer Día o UPD del año pasado, donde participaron estudiantes que a la mañana siguiente debían comenzar las clases del último año de la Secundaria.

El Ministerio de Educación de la Nación define al UPD como una celebración que convoca a alumnos del último año de la Secundaria que se reúnen a festejar la noche anterior al inicio de clases. «La actividad puede concluir en algunos casos con entradas a la escuela con música o batucadas, banderas, cotillón, disfraces y presentación del buzo de egreso», explican en la página educ.ar.

Sin embrago, el problema surge durante la fiesta nocturna, ya que son cada vez más frecuentes las situaciones relacionadas con el consumo de alcohol u otras sustancias, tal como relataba la ex alumna.

«El UPD no es sólo un festejo organizado por personas jóvenes, sino que es necesario reconocer que el último primer día de clases constituye un hito en la escolaridad», remarca el organismo nacional. Y en este punto destaca la importancia de un acompañamiento permanente hacia los alumnos como una forma de garantizar una celebración segura. «Es fundamental sostener una actitud de apertura con espacios desde la escuela para acompañar, alojar y resignificar estas celebraciones», aconsejan.

Consejos útiles

El año pasado, antes del inicio del ciclo lectivo, la Dirección de Servicios Educativos de Prevención y Apoyo emitió una serie de recomendaciones antes de que se lleven adelante los UPD en la provincia. Fueron pensadas a modo de prevención por parte de los adultos y están dirigidas a la comunidad educativa y la familia e incluyen:
*Pensar y problematizar desde la escuela el rol de los adultos en estos eventos: trabajar articuladamente con las familias y adultos de la comunidad para generar acuerdos y cuidados.

*Diseñar anticipadamente desde la escuela propuestas para este evento e incluirlas en la planificación anual de la institución. Puede trabajarse aquí sobre los acuerdos institucionales de convivencia construidos conjuntamente entre toda la comunidad educativa.

*Promover desde la escuela, prácticas de cuidado entre pares de manera transversal.
*Potenciar los espacios de participación que los jóvenes ya tienen en la institución escolar.

La importancia de hablar con los estudiantes

La mayor preocupación en torno al UPD tiene que ver con la ingesta excesiva de alcohol o consumo de sustancias ilegales entre los adolescentes. Se trata de un tema que involucra a la comunidad educativa y a las familias y es por eso que el trabajo en muchas instituciones se aboca a reforzar los lazos de ambos espacios con los estudiantes a través del diálogo.

«Más que reprimir, prohibir o castigar, hay que conversar. Nosotros estamos convencidos de que el diálogo con nuestros estudiantes es la mejor manera de asegurarnos que ellos se cuiden a sí mismos y a sus compañeros», dijo a EL LIBERTADOR el vicerrector de la escuela de Educación Técnica Construcciones Portuarias y Vías Navegables, Jorge Ibarra.

El docente fue consultado sobre la prevención en la institución de cara a la celebración de los alumnos del último año y reconoció que no se trata del único evento para el que se debe preparar a los estudiantes. «A lo largo del año, más los que están en el último año, participan de diferentes fiestas en las que sí o sí pueden llegar a estar en contacto con el alcohol y otras sustancias. Por eso, nuestro trabajo consiste en hablarles constantemente, acompañarlos, con charlas o talleres para que ellos estén al tanto y sean conscientes de las cosas a las que están expuestos», explicó.

«Entonces, desde nuestro punto de vista, no nos sirve sólo con frenar el UPD. El trabajo debe ser prolongado en el tiempo para que cuando tengan una fiesta por el Día del Estudiante, una presentación de chombas, una cena de promoción o un cumpleaños, ellos sean conscientes de su situación», remarcó.

El docente también dijo que afortunadamente, desde que forma parte del área directiva, no tuvieron que enfrentar situaciones relacionadas con el UPD u otra celebración en particular. «Creo que eso tiene que ver con esto de hablarles de manera constante. Nosotros, en particular, les enseñamos a nuestros chicos el respeto a sí mismos, a sus compañeros y al resto de los estudiantes. Ellos saben que son el ejemplo para los más chicos y eso los pone en otro lugar», mencionó.

También destacó los beneficios de los espacios extra curriculares en los que se prioriza la conversación sobre temas que a los jóvenes les interesa. «Tenemos talleres de cuidado de la salud donde ellos aprenden cuestiones básicas y vemos buenos resultados», cerró

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