Un segundo mandato de Donald Trump plantea un desafío enorme a la Unión y sus Estados miembros. Se equivocan los que piensan que solo requerirá solo algo de adaptación y mano izquierda. El regreso del magnate neoyorquino causará profundos efectos negativos en la economía, la defensa y la democracia del viejo continente. Esta vez Trump no es un emprendedor de sí mismo, sin conocimientos de política, al que le gusta jugar a ser impredecible. Sabe lo que quiere y cómo conseguirlo.En el terreno de la economía , veremos un incremento del proteccionismo, con subidas caprichosas de aranceles. Trump afirma que éste es el mejor modo de financiar el presupuesto y poder bajar impuestos. La inflación tenderá a dispararse, sobre todo si además expulsa a millones de inmigrantes y cierra las fronteras. También asistiremos a una nueva salida de Estados Unidos del Acuerdo de París, sobre emergencia climática. El negacionismo en este terreno del presidente de uno de los países más contaminantes del planeta acelera un riesgo existencial.En el ámbito de la defensa, Trump se propone recompensar a Vladimir Putin y permitirle quedarse con una parte de la Ucrania invadida. No ofrecerá garantías de seguridad al gobierno de Kiev, y convertirá a este país en un Estado vasallo de Moscú o simplemente un Estado fallido. La inestabilidad aumentará en la frontera Este de Europa, al tiempo que se debilitará a la OTAN. Trump no solo exigirá mayor inversión en defensa de los países europeos, sino que restará capacidades a la Alianza Atlántica. Este movimiento le servirá para atender la confrontación con China en el Indo Pacífico o simplemente le permitirá replegarse y ahorrar recursos, de acuerdo con su mentalidad aislacionista.Noticia Relacionada MONNET & CO. opinion Si Tarde para lamentarse José M. de Areilza Todavía es posible que Harris de la sorpresa y gane, porque la ventaja de Trump en los Estados indecisos es mínima y esta vez el voto oculto puede ser el de las mujeresPara la democracia en Europa, la victoria de Trump es igualmente perjudicial. Todos los trumpistas del continente se ven reivindicados, desde Viktor Orbán y Robert Fico a los demás dirigentes que calientan en el banquillo, Marine Le Pen en primer lugar. El nuevo presidente no impulsará una regulación de la Inteligencia Artificial y la tecnología digital necesaria para luchar contra la desinformación y la concentración de poder de estos actores no estatales. En definitiva, la unidad de Europa y la capacidad de defender sus valores e intereses van a ser puestas a prueba, justo en una época en el que el liderazgo político atraviesa por momentos muy bajos.