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Un médico para Tucumán

Breve historia de un médico que dejo la profesión por la política.
El electo gobernador de Tucumán, médico Juan Manzur es uno  de los raros casos en que un médico llega a gobernador, aunque hemos tenido dos en el NEA, uno en Formosa, y otro en Chaco. Los otros casos que recuerdo son el actual y anterior gobernador de Santa Fe, y el cordobés  Amadeo Sabatini. Presidente hubo uno solo, el también cordobés Arturo Illia.

El medico era otrora el caudillo político de los pueblos, pero raramente iba más allá, pues la política a mayor escala es asunto del abogado, mas conocedor de leyes e incisos, que del trato directo con la gente, lo cual era la fortaleza del médico en la política a pequeña escala, pues todos sus pacientes seguían sus consejos electorales y en muchos otros aspectos de la vida. Si llegaba a cambiar de línea interna o partido, como pasó en mi pueblo, todo el pueblo cambiaba con él.

Alfonsín, Menem, de la Rúa y los Kirchner son o eran abogados, como también lo era Frondizi. En medio de los abogados una larga serie de militares de facto, y uno electo democráticamente tres veces.

Juan Manzur ha tenido una carrera meteórica. A diez años de egresado de la Universidad Nacional de Tucumán ya era ministro de salud de esa provincia, aunque antes había hecho posgrados en Buenos Aires de Gerencia de Salud, Medicina Legal, Auditoria Medica,  y Medicina Laboral, al tiempo que se desempeñaba como Secretario de Salud de la Matanza,  y vice ministro en San Luis, es decir que entre cargos públicos y cursos difícilmente habrá tenido tiempo para ejercer como médico, aunque es cierto que ahora los posgrados son más livianos que en el pasado, y todo el mundo tiene ahora varias especialidades, maestrías, doctorados, etc.

Una verdadera inflación que genera pingues ingresos para las universidades, pues todos son arancelados, aún en las universidades públicas, pero que ahora todos quieren hacer puesto que el título de grado está muy devaluado, y sin cuatro o cinco posgrados no se va a ninguna parte en estos días. El joven interventor del PAMI, también médico, tiene cinco maestrías, algunas en el exterior, según puede verse en su CV.

Su desempeño como ministro en Tucumán generó algunas controversias, pues modificó algunas definiciones que le permitieron bajar la tasa de mortalidad infantil a costa de transferir muertos a otras tasas. De todos modos en el siguiente ejercicio ya fue electo vicegobernador, y en 2009 fue designado ministro nacional de salud, aunque reteniendo el cargo de vicegobernador, situación que se volvió  a repetir en 2011 cuando fue reelecto nuevamente como vicegobernador, pero siguió como ministro nacional de salud, reteniendo el cargo de vicegobernador.

De perfil muy bajo, su gestión a nivel nacional se limitó a ampliar el calendario de vacunación, más bien siguiendo los deseos de la presidente, que por razones epidemiológicas.  No hubo nuevas epidemias de gripe durante su gestión, y la que había en el momento de su nombramiento en 2009 resultó a la postre una falsa alarma, pues aunque fue efectivamente una pandemia su letalidad fue menor a la que producía la gripe habitual. Como su antecesora,  no meneó el asunto de legalizar el aborto, tema que casi le cuesta el cargo al ministro nacional previo, 2002-2007, a quien se cita como su mentor, por el enfrentamiento con la Iglesia, ni tampoco profundizó en la investigación de desfalco de fondos de las obras sociales, tema que fue el que en realidad creo que provocó el desplazamiento de su antecesora, más que la epidemia de gripe y la de dengue previa en Chaco, que también se llevó a la ministra local como yapa.

Se preveía su reemplazo en 2014 para permitirle volver a Tucumán ya que había sido electo como candidato para las elecciones de 2015 por las tres veces gobernador, impedido de una nueva re-re. Pero el reemplazo se demoró hasta hace pocos meses y días pasados en una elección que ha sido muy cuestionada, ganó la gobernación por amplio margen de votos, perdiendo de todos modos la capital, y aunque su vecino, el gobernador de Salta, del mismo espacio político ha dicho que siempre se dudará de su legitimidad, por lo que no se descarta que las elecciones sean anuladas.

Para el periodista y presidente del CELS, Horacio Verbitsky,  Manzur ha sido el peor ministro nacional de salud de los últimos 12 años, aunque su política de vacunación ha sido muy elogiada por la OMS, según reitera la oficina de prensa del ministerio nacional de salud.

Según las declaraciones juradas públicas es el ministro más acaudalado del gobierno nacional, aunque no poseía bienes familiares anteriores, y siempre ha sido funcionario público. Una de sus últimas adquisiciones ha sido la mayor aceitunera del país, y por estas razones ha sido acusado de enriquecimiento ilícito, con causas que aún están en trámite, y días pasados se publicó una biografía no autorizada aparentemente desfavorable, con el título de “A Su Salud”.

La política actual difiere mucho de la de la histórica, pues el político, salvo que fuera militar, era en general un profesional liberal, que vivía de eso, (el caso de Illia, o Bittel), no de la política, pero ahora el caso de Manzur es muy común. Un profesional apenas egresado entra a la política, y nunca ejerce su profesión, limitándose a ir de un cargo político a otro, convirtiéndose en un político profesional, que ya no podría volver a su profesión por no haberla ejercido nunca, y de la cual solo tiene el título. Wikipedia al mencionar la profesión de Manzur, no dice médico, sino político.

En una de sus últimas entrevistas el ministro de economía de Salvador Allende, un médico chileno que llegó a presidente, dice que en América Latina la política no se dedica a resolver los problemas de la gente sino los de los políticos, una nueva profesión, que ahora vemos en todas las instituciones, saltando de intendencias a  diputaciones, a ministerios o a gobernaciones, o incluso a rectorados universitarios. Creo no era la idea de la democracia cuando fue inventada, aunque siempre me pregunto, con la globalización, ¿Cómo podría manejar la provincia o el país un ciudadano que solo tenga los requisitos de la constitución? Se dirá que Gallardo, el primer gobernador, no era más que un campesino, pero como he dicho eran otros tiempos, en los que la política no era una profesión, y estaba al alcance de todo el mundo. Ahora, lo más importante es tener una buena agenda, contactos, y saber a quién llamar para cada problema, como decía días pasados uno de los candidatos locales.

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