La medicina se mueve por modas, la cesárea es una de ellas.
La nueva nieta de la presidente, nacida anoche por cesárea, sigue la norma habitual en Argentina de evitar el parto natural tanto como sea posible, y como puede verse en el mapa elaborado por la OMS, junto con Mexico y Brasil, somos líderes en America, triplicando el porcentaje de cesáreas aconsejado, y aún superando a Estados Unidos, donde el porcentaje de cirujías totales dupliica por ej al que tiene Inglaterra.
La cesárea que se hace para evitar el riesgo de la muerte materna o del niño, lo aumenta si no está indicada, pero se prefiere hacerla por varias razones, que varían de país a país.
En Argentina juegan varios factores, entre ellos la elevada medicalización de la población, que cree que un parto es algo muy peligroso y doloroso, aunque todos sabemos que los policías los realizan cuando es necesario, en forma muy exitosa. También se dice que se hace porque el medico gana más, aunque las obras sociales pagan el parto lo mismo que la cesárea, para evitar este sesgo.
También se prefiere hacer cesáreas por su rapidez. A diferencia de un parto natural, que puede durar días, la cesárea resuelve el problema en media hora, y por último y muy importante, por temor al juicio de mala praxis. Si ocurre algún problema, si se hizo cesárea se podrá argumentar que se hizo todo lo posible, en tanto que si no se hizo es más fácil ser penado.
En sentido contrario, y en notas anteriores he descripto el tema del parto domiciliario que comienza a practicarse en forma muy incipiente en el jet set de Buenos Aires, aunque es la regla en muchos países europeos, que han organizado el sistema de salud de tal manera que los partos de riesgo puedan ser atendidos en hospitales convenientemente preparados, y hacerlo sin estas condiciones también es un riesgo, sin embargo es probablemente la vía para restablecer el parto natural tal como se restableció la lactancia materna, ya que muchas practicas médicas son simples modas.
Las mujeres vip, sobre todo artistas, retomaron la lactancia en los 80 y la clase media las imitó. En cuanto a las mujeres pobres siguieron pariendo en hospitales públicos, donde no se hace tanta cesárea, o sin cesárea alguna, como pasa en el interior de algunas provincias del norte, donde la mortalidad materna es alta por esta causa, y también siguieron lactando a sus hijos porque no tenían mucha alternativa.
La ley de cuidados inversos, que dice que mientras más necesite atención médica una persona menos recibirá, y la inversa, que mientras menos necesite, más recibirá, también se cumple en el caso de las cesáreas, aunque en perjuicio de las mujeres a las que se hace cesárea sin necesitarlo
Alfredo Zurita
Profesor Titular de Salud Pública
Facultad de Medicina
UNNE