Hace poco más de un año, el taxista de la ciudad de Victoria Raúl Luis Rodríguez fue sorprendido en la ruta nacional 14, en la provincia de Corrientes, con un cargamento de droga. Ayer, el Tribunal Oral Federal de la vecina provincia lo condenó a cuatro años de prisión por el transporte de los 60 kilos de marihuana.
Estaba anocheciendo aquel 9 de mayo de 2016, cuando Rodríguez iba a bordo de su Peugeot 504 por la ruta del Mercosur, de regreso a su ciudad natal. A la altura del kilómetro 669 lo paró un control de la Gendarmería Nacional, en el paraje Cuay Grande, Departamento de Santo Tomé, provincia de Corrientes. Pensó que podía mostrar la documentación y seguir viaje, pero los uniformados advirtieron que había algo raro en el vehículo, que poco después confirmaron, y le iba a costar la libertad durante varios años al victoriense.
En el auto, el hombre de 54 años llevaba ocultos 141 paquetes rectangulares de diferentes tamaños, cuyo contenido resultó ser marihuana, con un peso total de 60,126 kilos.
Lo que había llamado la atención de los uniformados pertenecientes a la de la Sección Núcleo del Escuadrón 57 Santo Tomé de la fuerza federal fue una anomalía en la parte inferior del rodado, como modificaciones a la estructura original y soldaduras sin demasiado sentido. En efecto, los ladrillos de la droga estaban ocultos en el piso del rodado, tal como lo ilustra la fotografía, en una especie de precario doble fondo.
Rodríguez ensayó una explicación al momento de ser detenido y cuando lo citó el juez federal, pero la misma no tuvo trascendencia.
Un año y un mes después fue llevado a juicio, en el cual eligió el camino más corto y que resultó en la condena más leve que podría haber tenido. Fue en un juicio abreviado, en el que fue asistido por el defensor oficial Enzo Mario Di Tella, acordó una pena de cuatro años de prisión con el fiscal Carlos Adolfo Schaefer.
Al momento de dictar sentencia, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Corrientes integrado por Víctor Antonio Alonso, Lucrecia Rojas de Badaro y Fermín Amado Ceroleni homologó el acuerdo en el cual valoró las pruebas de la causa. "El nombrado tenía el dominio de la acción y la disposición del medio comisivo y que lo adecuó para trasladar el material prohibido, vale decir, que quiso realizar la acción y la ejecutó con la conciencia de que materializaba un acto ilícito, adecuando el medio de movilidad para transportar la sustancia prohibida", argumentaron.
Asimismo, los magistrados afirmaron que resultaba necesario el decomiso del auto Peugeot 504 por haber sido el elemento utilizado para cometer el delito del transporte de estupefacientes.
En comparación con otros cargamentos de droga secuestrados últimamente en las rutas, 60 kilos puede parecer poco. Pero el destino era una ciudad entrerriana con 42.000 habitantes, lo que implica, en forma proporcional, que la marihuana que iba a ser distribuida en Victoria representaba un kilo cada 700 habitantes. Una cifra que revela una situación más que preocupante.