(CNN) -- Nowara Diab intentaba ahogar los sonidos de los ataques aéreos escuchando música, pero no era suficiente para deshacerse de la sensación de inquietud que sentía en sus entrañas.
Entonces sonó su teléfono. Era una amiga que le decía que había oído que Maimana Jarada, la mejor amiga de Diab, y su familia habían muerto a causa de los bombardeos israelíes.
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Se le hizo un nudo en el estómago y sintió que le entraba el pánico. Diab llamó repetidamente al número de Jarada pero, al no obtener respuesta, se dio cuenta de que era cierto: habían matado a Jarada.
La joven de 20 años dice que rompió en llanto mientras sentía que las paredes se cerraban a su alrededor. El dolor fue aún más intenso para Diab porque solo 10 días antes se había enterado de que otro amigo, Abraham Saidam, también había muerto por los ataques aéreos israelíes.
"Vivir sin ellos es lo peor que he sentido", dijo Diab. "Me duele el corazón cada día pensando que no están aquí y que ya no van a estar aquí para mí, me duele".
Recuerda cómo se quedó helada de incredulidad y empezó a llorar cuando recibió el mensaje de texto sobre Saidam.
"Mi madre me miró para preguntarme qué me pasaba. Me tapé la boca con las manos y me quedé callada, todo estaba borroso y yo estaba en completo shock".
Las condiciones en Gaza son un "infierno"
Al principio de la guerra, Diab vio cómo caían bombas cerca de su casa en la Ciudad de Gaza. Ella y su familia sabían que tenían que marcharse por su propia seguridad.
"Aquella noche fue espantosa, daba tanto miedo que estaba segura de que iba a morir", relata.
Tras huir varias veces, Diab y su familia viven ahora en Rafah, al sur de Gaza, y forman parte de los casi 1,9 millones de desplazados en todo el territorio, según datos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNWRA, por sus siglas en inglés).
Los bombardeos israelíes y la consiguiente crisis humanitaria han hecho insoportable la situación en el enclave, y la agencia de la ONU para la infancia, la Unicef, ha afirmado que las condiciones de los menores son un "infierno". La agencia de la ONU ha descrito Gaza como el lugar más peligroso del mundo para ser niño y ha afirmado que la violencia constante está exponiendo a los jóvenes a traumas emocionales y daños psicológicos devastadores.
Diab explica que, cuando camina por las calles, observa los rostros de sus compatriotas de Gaza y solo ve tristeza y dolor.
Dice que perder a sus mejores amigos y verse obligada a dejar atrás la vida que conocía ha afectado a su propia salud mental.
"Soy incapaz de sentir, no me siento feliz ni triste ni nada", afirma. "No sé por qué pero todo esto ha consumido mi energía, lloro de vez en cuando pero no como lloraba antes, es muy breve".
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Un vistazo al infierno
Antes de la guerra, Diab estaba en su último año de universidad estudiando Literatura Inglesa y Francesa en la Universidad de Al Azhar. Como la mayoría de los jóvenes, disfrutaba pasando el tiempo con sus amigos y saliendo a comer en la ciudad.
A veces, cuando Diab cierra los ojos, aún puede recordar el tenue olor de la casa de su familia en el norte de Gaza, destruida por los bombardeos desde el 7 de octubre. "Incluso los desperfectos guardan recuerdos", afirma. "Si mi hermana pequeña dibujaba algo en las paredes, mi madre enfurecía, pero sigue guardando un recuerdo".
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Diab dice que añora el tipo de problemas que tenía antes de la guerra, como perder el autobús para ir a la universidad o aburrirse en las clases. "Ya no puedo hacerlo porque bombardearon mi universidad, bombardearon mi casa y perdí a mi mejor amiga", dice.
Diab describe su situación como peor que una pesadilla porque es incapaz de despertar de ella.
"Ahora me río de mí misma cuando digo 'mi vida', porque ésta no es mi vida, está muy lejos de mi vida", continuó. "Esto es un vistazo al infierno".
Mejores amigas
Diab y Jarada eran amigas de la infancia, con un humor y unos intereses comunes que crearon un vínculo como si fueran hermanas. En un video compartido con CNN, están sentadas una al lado de la otra, riendo y haciendo lip-sync con un sonido viral de Tik Tok que se originó en un sketch de Saturday Night Live sobre la amistad.
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"¿Cómo describiría a Jarada? Es simplemente única, un alma preciosa y una persona muy artística", dijo Diab a CNN, añadiendo que Jarada tenía "el corazón más grande" y que creaba cuadros para ella.
El año pasado, Jarada pintó un girasol para el cumpleaños de Diab. Diab dice que lo aceptó sin saber que sería el último regalo que le haría su amiga antes de morir a los 20 años.
Cuando Diab y su familia huyeron de la Ciudad de Gaza, tuvo que dejar atrás el cuadro.
Ayuda "lamentablemente insuficiente"
En Rafah, lo único que Diab intenta es sobrevivir un día más, dice, buscando artículos esenciales como gas para cocinar y agua, ambos muy escasos.
"¿Te imaginas vivir sin agua? Lo más básico, sólo para beber, sólo para seguir viviendo", dijo Diab. "Ahora todo el mundo está siendo asesinado y si no vas a morir de (los ataques aéreos) vamos a morir de hambre o de sed".
Pero a pesar de todo lo que está ocurriendo, dice que nunca olvidará la generosidad y amabilidad de los vecinos donde han buscado refugio en Rafah y Khan Younis.
Una vecina de Rafah les daba platos de comida y dejaba que la familia de Diab se duchara en su casa. "Ver a alguien que da tanto en estas circunstancias es sorprendente y ella es muy amable", dijo Diab.
"Otra familia se acercó y nos ofreció agua para ducharnos y para cargar nuestros teléfonos y, en menos de una hora, nuestros teléfonos estaban completamente cargados", explicó, algo nada desdeñable en Gaza, donde la escasez de combustible dificulta el acceso a la electricidad.