Internacionales

Una activista congoleña: «En Goma, los cadáveres están en las calles desde hace días»

Para muchos, Ruanda es hoy un lobo disfrazado de cordero. Mientras los observadores internacionales no pasen a la acción, el conflicto va camino de eternizarse. Se cuentan por miles los muertos que ha dejado un conflicto provocado para hacerse con la riqueza mineral en el este de la República Democrática del Congo . No hay que olvidar que este país –que tiene 102 millones de habitantes y cuatro veces el tamaño de España– posee hoy el 80% de las reservas mundiales de coltán, mineral utilizado para las baterías de los coches eléctricos, los \'smartphones\' y los ordenadores portátiles. «El pueblo congoleño está siendo asesinado hoy ante la mirada de las grandes potencias», señala Yvette Mushigo , coordinadora en el este del país –a pocos kilómetros de Goma– de la ONG Sinergia de Mujeres por la Paz y la Reconciliación de los Pueblos de los Grandes Lagos (SPR).Noticia Relacionada estandar Si La lucha por los minerales y el odio de tutsis y hutus avivan la violencia entre Ruanda y Congo Gabriel González-Andrío El M-23, una guerrilla protutsi apoyada por Ruanda, toma Goma, ciudad congoleña en plena fronteraMientras se especula sobre posibles conversaciones para firmar un alto el fuego entre Ruanda y Congo, prosiguen los enfrentamientos en los alrededores de Goma entre las tropas del Ejército congoleño y la guerrilla del M-23 (promovida por el Gobierno ruandés).Mushigo vive y trabaja desde hace años en Bukavu, cerca de la frontera con Ruanda y a escasa distancia de la zona donde ha estallado la guerra. Por la ruta del lago, tardaría 3 horas en llegar a Goma con la canoa rápida. Con embarcaciones grandes el trayecto dura de 5 a 6 horas. Lo más rápido es el vuelo Bukavu-Goma, que a penas dura 20 minutos. Pero actualmente el aeropuerto de Goma es zona de guerra y no hay actividad. Hay una parte que ha sido tomada por las fuerzas de la Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (Monusco). Yvette cuenta que «la situación se puede resumir en dos palabras: confusión y devastación. Confusión en el sentido de que hay zonas de combate donde se mezclan el M-23, las FARDC (Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo) y los Wazalendo». Estos últimos son la Fuerza del Despertar Patriótico para la Liberación del Congo (en francés: Force de l\'Eveil Patriotique pour la Liberation du Congo; EPLC), más conocida como Wazalendo (patriotas o nacionalistas en suajili). Es un grupo de combatientes irregulares de la provincia de Kivu Norte formado por grupos rebeldes aliados a los militares oficiales de las FARDC. «Ante esta situación confusa, la población civil no sabe qué hacer y ha quedado atrapada», afirma. La batalla informativa es otro de los frentes de esta compleja contienda. «La emisora de radio nacional de Goma, que el pasado lunes no emitía porque estaba bajo el control del M-23, fue finalmente liberada por las FARDC», comenta Mushigo. Según Yvette, «todavía no se sabe qué zonas están controladas por las FARDC y por el M-23. Solo sabemos que las FARDC que se quedaron en Goma están intentando hacer retroceder al M-23». «Este escenario limita seriamente los movimientos de la población (formada sobre todo por mujeres y niños) debido a la incertidumbre de que su barrio esté controlado por el M-23, no se puede salir de casa y se oyen las balas por toda la ciudad, pero no se sabe de qué lado vienen. No podemos salir de casa y eso es un problema», apunta. Mushigo explica que «uno de mis colegas de la universidad me acaba de decir que su hermana acaba de morir tras ser tiroteada en su casa, y otro de mis colegas humanitarios tiene a dos personas muertas delante de su casa desde hace días pero sin ayuda no pueden salir; los cadáveres siguen tirados en el suelo y no saben qué hacer. Llamaron a la Cruz Roja , pero les dijeron que no pueden ir a este barrio porque no tienen información sobre la situación». Según testigos de este conflicto, la situación es devastadora. Yvette lo confirma. «La gente sigue en sus casas sin agua (no hay lluvias) ni luz, y al mismo tiempo gran parte de la población no tiene acceso a internet y eso hace que la situación sea aún más compleja. A esto hay que sumar que muchas familias no han podido abastecerse y tienen que vivir con lo que había en sus casas porque no pueden salir y no saben qué situación se van a encontrar en la calle. Si salen y los Wazalendo y los FARDC los encuentran en la carretera, les quitarán todo lo que tienen», como el teléfono móvil, dinero, etcétera. Y prosigue. «Por eso la gente prefiere quedarse en casa, aunque sabe que no es seguro porque las balas llegan hasta el interior de las viviendas. Como la mayoría de la población vive al día, ya puedes imaginar lo complicada que es la situación».«La falta de acceso a internet está limitando la circulación de la información, pero se sabe por la radio y la televisión nacional que hay tiroteos en el aeropuerto y también en los barrios», señala. También explica que «la carretera que lleva al campo de refugiados pasa por el aeropuerto, lo que significa que la ayuda no puede llegar a los refugiados porque las agencias internacionales han retirado a todo su personal y las agencias nacionales que están presentes allí han sacado la bandera blanca». «Mi cuñada, por ejemplo, me envió una foto de una estructura sanitaria en Goma llamada La Caridad y una bomba cayó sobre ella y se pueden ver tres cuerpos de niños muertos . Hay muchas muertes por balas perdidas, por bombas lanzadas y es muy complicado todo. Así es Goma hoy», concluye.«La paz con el pueblo ruandés es posible»Mientras se espera a que la comunidad internacional estabilice la situación, Yvette cree que «la paz y la reconciliación son posibles entre Congo y Ruanda; pero la cuestión es si esta paz y reconciliación son posibles con el pueblo ruandés. Tenemos que hacer una distinción entre los políticos y el pueblo».«Para mí es casi imposible que vivamos el uno sin el otro. Compartimos las mismas fronteras y ciertos valores comunitarios, culturales e incluso históricos, por lo que es imposible pensar que el Congo pueda vivir sin Ruanda y Ruanda sin el Congo», subraya.Mushigo lamenta ver «hasta qué punto los políticos explotan y manipulan a la gente. El pueblo ruandés también está muy dolido por esta situación, y puedes sentirlo cuando compartes con ellos, puedes sentir la profunda frustración que sienten al verse privados de su libertad de expresión. Es una población rehén de su gobierno».«Este conflicto en Goma va a crear desconfianza entre las dos poblaciones. Para mí es un retroceso porque las dos poblaciones ya se habían unido, compartiendo un vínculo humano y este ataque va a crear brechas», agrega. Su conclusión: «tendremos que reconstruir la convivencia, la confianza y la comunidad entre los dos países. La paz y la reconciliación con el pueblo ruandés es posible y necesaria».

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