Desde el pasado 15 de diciembre, Naomí Rodríguez está en Buenos Aires para recibir tratamiento por una afección congénita, atresia de vías biliares, mientras espera un trasplante de hígado. La beba de tan sólo seis meses puede recibir la donación de una persona viva ya que sólo necesita una pequeña porción del citado órgano. Y de acuerdo a lo expresado por los médicos a la familia, en un mes, “este se regenera tanto en ella como en el donante”, destacó su mamá Yolanda Vega, quien junto con su esposo y sus otros dos hijos son los encargados de cuidar a la pequeña que hasta hace dos meses vivía en Sauce.
“Primero la llevaba a un pediatra de Curuzú Cuatiá, donde ella nació para que le hicieran los controles. Después, cuando ella tenía cuatro meses, como seguía con un color amarillento tanto en su piel como en los ojos, la llevé a una pediatra (Marita) de Sauce que le hizo hacer unos análisis de bilirrubina. Resultados que luego también los vio quien era su médico de cabecera y de allí nos derivó al Hospital Juan Pablo II de Corrientes (Capital)”, contó Yolanda a El Litoral. Tras lo cual, continuó que “a partir de que le detectaron este problema hepático, nos dijeron que en Buenos Aires debía seguir con el tratamiento. Nos trasladaron en el avión sanitario de la Provincia y si bien al principio iba a estar en el Hospital Garrahan, como ahí no había más lugar, nos trajeron al Gutiérrez. Y estamos muy conformes con la atención que nos están brindando”.
Precisamente, por estas horas Naomí está internada porque está recibiendo una medicación que permite la expulsión del exceso de líquido que se acumula en su pequeño cuerpo. Luego, puede volver al lugar donde ahora está viviendo con su familia. “Primero unos familiares nos prestaban una vivienda pero después a través de la Casa de Corrientes en Buenos Aires nos brindaron un departamento que está a dos cuadras del hospital, lo que es de gran ayuda porque ante cualquier inconveniente, inmediatamente la podemos traer”, afirmó la mamá de Naomí.
Al mismo tiempo acotó que el lunes dialogará con el director del Incucai para completar los trámites correspondientes para que la niña aparezca en el registro oficial de quienes esperan un trasplante.
En su caso, puede recibir la donación de una persona viva. “Lamentablemente ni mi marido ni yo somos compatibles”, manifestó Yolanda, quien continuó “por eso apelamos a la solidaridad de alguien que esté dispuesto a darle una nueva oportunidad a Naomí”.
En este marco, aclaró que “los médicos nos explicaron que de tratarse de un donante vivo, sólo le daría un pedacito de su hígado. Y aproximadamente al mes, el órgano se regenera tanto en ella como en el donante”. La otra alternativa para Naomí es recibir un trasplante de un donante cadavérico.
“Estamos todos juntos. Son momentos difíciles pero tenemos la esperanza de que aparecerá un donante y que saldremos adelante”, remarcó Yolanda, la mamá de la pequeña de seis meses. EL LITORAL