La Celeste lleva la firma de autor, con las virtudes y defectos que eso tiene.
Decir que la selección de Uruguay que debutó en la Copa América ganándole 3 a 1 a Panamá se parece a Marcelo Bielsa puede resultar un elogio a la firmeza del técnico para trasmitir sus convicciones y su estilo al equipo. Pero también puede ser un alerta a considerar: la "Celeste" reiteró defectos que ya se vieron en otras creaciones futbolísticas del entrenador a lo largo de sus 34 años de carrera.
Uruguay ratificó en la noche húmeda y calurosa de Miami todo aquello que ya ha mostrado en las Eliminatorias. Dejó de ser un equipo lento y conservador. Ahora es voraz, intenso, lanzado y ambicioso. Pasa fácilmente de primera a quinta velocidad. Pero a veces se le va la mano con tanta dinámica. Y precisamente por eso, no puede darle el mejor cierre a sus ataques. Los jugadores llegan a la definición mal pisados y apurados. Y resuelven como pueden, no como la jugada lo recomienda. En el primer tiempo del partido del domingo, le sucedió eso. Y por eso terminó ganando 1 a 0 cuando pudo haberlo hecho por una diferencia muy superior. Un delantero de clase mundial y efectividad comprobada como Darwin Núñez derrochó situaciones que acaso con un andar más pausado bien pudo haber concretado.
A la selección chilena que Bielsa llevó al Mundial de Sudáfrica 2010 le pasaba exactamente lo mismo. Entraba al área a mayor velocidad que la recomendable, como llavándose todo por delante. Definía mal y debía generar muchas situaciones para poder convertir una o dos. El domingo, Uruguay hizo un generoso despliegue ofensivo. Pero recien aseguró la victoria sobre el final, precisamente cuando las energías habían mermado y ya no era posible la intensidad devoradora que puso en sus mejores momentos sobre el campo de juego.
Bielsa no pareció demasiado preocupado por las oportunidades desaprovechadas. Para él, lo importante es crearlas, alguna irá a parar adentro. Y desde luego sostener la intensidad. Por eso, apuntó a la caída de tensión que su equipo tuvo en el segundo tiempo, ahogado por el calor, la humedad y el esfuerzo de una primera etapa jugada sin pisar el freno. En ese lapso, Panamá, un equipo bastante mejor de lo que se suponía, le manejó la pelota y se acercó al área oriental. Con otro equipo más jerarquizado como Argentina, Brasil o Colombia, ese bajón puede costarle el regreso a Montevideo,
A diferencia de los Mundiales, a los que va a arrimar pero sabiendo que es casi imposible que pueda salir campeón, la Copa América es un objetivo perfectamente posible para la "Celeste". Pero el salto que deberá dar para ganarla es muy grande. Que el Uruguay bielsista figure como candidato en la misma línea que argentinos, brasileños o colombianos es todo un reconocimiento a la evolución que ha registrado en el último año y medio. El trabajo que Bielsa ha realizado está a la vista. Pero las chances acaso serían todavía mas sólidas si se calmaran algunas ansiedades y el equipo no fuera mandado a jugar tan a fondo. No sea cosa que el sueño de los uruguayos termine quedándose a mitad de camino por querer correr más rápido de lo que les dan las piernas.