Este año las familias hicieron compras a último momento y lo justo para renovar algunos materiales. El poco desgaste de lo adquirido el año pasado y el incremento de precios cambió el escenario para los vendedores del sector.
El regreso a las clases presenciales no fue sinónimo de altas ventas en los comercios para este año. La demanda de útiles escolares cayó entre un 40% y un 50% en Corrientes. La bimodalidad y la incertidumbre por la situación epidemiológica en torno al coronavirus hizo menos atractiva la compra temprana.
Este ciclo lectivo encontró a las familias con gran cantidad de útiles sin utilizar, cartucheras y mochilas en buen estado y mayor incertidumbre sobre la duración de la presencialidad.
Niños, niñas y adolescentes atraviesan su primera semana de clases. Algunos desde sus hogares y otros en las burbujas dentro de los establecimientos.
Un encargado de ventas de una cadena de librerías de la ciudad habló con El Litoral y manifestó que en las últimas semanas: “Los padres se acercaron a comprar lo mínimo e indispensable. A renovar los lápices y biromes, comprar repuesto de hojas, pero no mucho más”.
Explicó que: “Las clases virtuales del 2020 redujeron al mínimo el desgaste de los útiles, cuadernos y mochilas. Por lo que la mayoría de los padres optó por reutilizar más que renovar”.
“Todavía están muy flojas las ventas y ahora que los chicos ya están en las aulas, no esperamos mucho más.
Los padres no quieren comprar de más, porque no saben cuánto va a durar la presencialidad”, agregó.
La opción de alternancia cada dos semanas entre acudir a las aulas y estudiar desde casa alargan un extenso período de incertidumbre para las librerías que súbitamente debieron resignar su principal “target” y no se sabe cuándo lo van a recuperar.
Desde un polirubro, el gerente explicó a este medio que en otros años, ni bien empezaba febrero, las familias se acercaban a aprovechar ofertas o ganarle a las subidas de precios. Pero este año ese típico fenómeno no ocurrió.
“No imaginábamos que se iba a prolongar tanto esta situación y no tenemos expectativas a corto plazo, vendemos la mitad de lo habitual antes de este comienzo de clases”, reconoció.
“Más allá de la pandemia, donde atendemos cierta cantidad de gente con todas las precauciones, son muy pocos los padres que han venido con anticipación a hacer consultas puntuales. La mayoría vino la semana pasada, buscó 4 o 5 cositas hasta ahí”, indicó.
Por otra parte, desde una librería barrial, explicaron que se siente la diferencia en las listas elaboradas por las mismas escuelas.
Una vendedora manifestó que: “Las listas de útiles de primaria y sobre todo de nivel inicial se redujeron muchísimo. Entre que van sólo dos semanas al mes y los protocolos, se venden muchos menos materiales artísticos para los más chicos”.
Al respecto, la propia ministra de Educación, Susana Benítez, había solicitado a los docentes que sean solidarios con las familias y elaboren listado de útiles acorde a la situación especial que atraviesa la economía actualmente.
Esta vendedora también es consciente de que muchos útiles todavía no se comprarán por el escaso uso que recibieron el año pasado, “aunque algunos no se gastaron para el colegio pero los usaron para entretenerse cuando estaban encerrados, como los lápices”, estimó.
Al margen de una demanda que se evidencia reducida, los precios de los útiles no escapan a la lógica inflacionaria y están un 30% superiores a un año atrás, calcula la propietaria de este comercio céntrico.
En la mayoría de los comercios consultados ya aceptan con resignación que el inicio de un nuevo ciclo lectivo no representó un alivio como se esperaba algunos meses atrás y las expectativas son bien modestas de acá en adelante.
Vale recordar que otro importante segmento estudiantil todavía no tiene un retorno a clases presenciales, que son los de institutos de formación superior y los universitarios.