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Viagra para mujeres. Un negocio de mil millones de dólares

La nueva droga será otro negocio de la medicina.
Mil millones de dólares es la cifra ofrecida por una farmacéutica internacional a otra que ha conseguido patentar en Estados Unidos hace pocos días, una droga que se publicitará como la pastilla rosa o viagra para mujeres, lo cual indica que se prevén ventas fabulosas, que compensarán con creces esta enorme inversión para comprar la patente.

Una vez que una droga está patentada en Estados Unidos es casi automático que sea aprobada en el resto del mundo, pues el organismo de control tiene fama de ser el más exigente.

La droga fue un antidepresivo que falló, como el viagra para hombres, que era un medicamento para el corazón que falló. Una vez que se comprobó que tenía este efecto imprevisto se inventó una enfermedad, llamada “disfunción eréctil”, y se la empezó a vender.

La falta de deseo sexual afecta a muchas mujeres pre y menopaúsicas, y esto llevó al consumo excesivo de hormonas para prolongar una producción propia que decae al terminar la vida reproductiva, en desuso ahora por sus efectos cancerígenos.

El sexo promiscuo y frecuente, algo que daba fama al hombre años atrás, pero no a la mujer, es ahora también un objetivo de las feministas, que son instrumentadas por la industria en nombre de la igualdad de derechos, como décadas atrás se lo hizo con el cigarrillo, lo que hace que hoy en día mueran más mujeres jóvenes que varones por cáncer de pulmón.

La droga fue rechazada dos veces por el organismo de control de medicamentos, pero finalmente aprobada, aunque sus efectos son más modestos que los de la píldora azul en el hombre, y con más riesgos. Pero ante la presión de las feministas, finalmente fue autorizado. El ensayo clínico realizado indicaría que la mujer que lo toma tiene en promedio 0,7 más orgasmos por mes que la que no lo toma, en el mejor de los casos.

Obviamente la droga tiene indicaciones muy específicas, lo mismo pasa con el viagra masculino, pero se usará a troche y moche, como pasa con este, y como también pasa con los antidepresivos, y los antibióticos, que se usan más allá de lo que la ciencia dice respecto a su utilidad.

Yo lo tomo ´por las dudas es la frase que lo justifica pues aumentar el rendimiento es una presión continua de nuestro estilo de vida, y más aún en el sexo, pues es ahora lo esencial de una relación sea prolongada, o del tipo touch and go.

Prolongar la lozanía de la juventud, pese al paso de los años alimenta la cirugía estética, de las mamas, de la vagina, y de cuanta parte del cuerpo  femenino pueda llegar el bisturí, y si una cirugía de agrandamiento de pene fuera posible, los quirófanos no darían abasto.

 

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