Opinión del Lector

Villarruel, la verdad de Milei

La libertad avanza se presenta como “lo nuevo” apelando a las emociones más inmediatas, pero las promesas de exterminio de la candidata Victoria Villarruel dejan al descubierto lo vetusto del programa disfrazado con la careta de las cripto. Después de las PASO van quedando a la vista las intenciones de reivindicar el terrorismo de estado. ¿El debate quizás debería volver a las bases? Este 16 de septiembre por ejemplo es una buena oportunidad para proyectar masivamente La noche de los lápices, y también La historia oficial.



La campaña política de Milei se desarrolló hasta las PASO como un cometa veloz y sus resultados en las urnas sorprendieron a quienes no estuvieron demasiado atentos a la voz de la calle. Cristina ya había anunciado la elección por tercios, pero no predijo el primer lugar para el hombre del cabello a lo peluca. ¿Será el meteorito que dinamite la política tal como la conocíamos hasta ahora? ¿O perderá el gas como la soda de supermercado de descuento? La novedad fue que parte de las capas populares que solían votar peronismo/kirchnerismo pusieron la boleta de La Libertad Avanza. “Bueno, ya va a pasar, no tienen equipo, no hay que darle entidad, no lo nombremos en las redes así lo baja el algoritmo”.

En vista a la elección del 20 de octubre, la militancia del campo popular intenta reencauzar y recuperar esos votos perdidos, con discursos que presuponen que esos votantes deberían inclinarse naturalmente por las ideas peronistas de justicia social, ampliación de derechos y distribución equitativa del ingreso. Cuesta admitir que existe una franja bastante ancha de los sectores populares que es profundamente gorila. El ejemplo paradigmático fue el boxeador Ringo Bonavena (que aparecía hasta en los dibujitos animados de García Ferré), quien mientras se lanzaba como cantante con el Pío Pío realizaba declaraciones contrarias al peronismo. Que le hayan dedicado a Ringo un local del movimiento nacional y popular habla bastante de esa desorientación. Dentro de esta amplia franja popular refractaria -por tradición familiar o por distintas circunstancias- al peronismo, el voto fluctúa en una ecuación que promedia esos sentimientos con el pragmatismo de la posibilidad concreta de buen nivel de consumo y ascenso social.

Frente a mediaciones complejas que puedan hacerse en el campo político nacional y popular, la campaña de Milei eligió valerse del enlace entre las percepciones más simples y las emociones más inmediatas, a saber, “romper todo, terminar con los políticos (que se roban todo), ser nuevos cuandp los demás son todo lo mismo, los demás no te dan nada nuevo y te tienen allá abajo, nosotros te vamos a dar dólares”. Tienen la ventaja de no haberse quemado gobernando ni administrando el erario.

Todos sabemos que los candidatos de La Libertad Avanza también son políticos, pero podemos divertirnos un rato y hacer de cuenta que no lo son, como cuando el abuelo se disfraza para jugar con el nietito que aprendió a caminar hace poco (la escena de El Padrino). Si la percepción y emoción simple capturaron al votante, difícil revertirlo con argumentaciones complejas. Lo único que podría despertarlo de la ilusión es la realidad. Y la realidad es en primer lugar económica. O sea aquello de que la única víscera que duele es el bolsillo. El diario Crónica de Héctor Ricardo García entendía muy bien cómo afinar esta cuerda que remite más al empirismo de Hume que a la metafísica de Hegel.

Hasta aquí a Milei no había con qué darle. Porque era “lo nuevo” como posibilidad de gobierno. Y porque la realidad no le entrega a aquel votante el agradable sacudón del bolsillo dulce y un horizonte de confianza en el ascenso social. Una salida posible en este panorama es el pensamiento mágico. Si sobrevivo apostando a columna y docena, y cada dos por tres me clavan la bola en el cero, por qué no apostar a este pleno, que si sale “me salvo”. Un tema del que se habla muy poco es el auge de la timba online y cómo los pibitos y los adultos revientan tarjetas de crédito en los casinos virtuales. Es más fino hablar de criptomonedas. Y sabemos que nadie se salva jugando a la ruleta sino antes bien todo lo contrario.

LA PICANA AVANZA

Aún no finalizada la embriaguez de la burbuja de soda por el triunfo en las PASO, sale de bambalinas la candidata a vicepresidenta Villarruel y proclama -cual Pedro de Mendoza desenrollando el pliego de la fundación en la cima del Parque Lezama- “acá estoy yo y voy a imponer mi agenda”. Arma un acto relámpago en la Legislatura porteña con la máscara de homenajear a las “víctimas del terrorismo” para llevar a cabo la clásica operación de victimizar al victimario. Afuera de la Legislatura aguardaban para ingresar Ximena de Tezanos Pinto, la ex vecina de Cristina vinculada a Revolución Federal, y Delfina Wagner, candidata de La Libertad Avanza que vive con Tezanos Pinto y está vinculada a Brenda Uliarte y Fernando Sabag Montiel, acusados de atentar contra CFK.

¿Cómo es esto de victimizar al victimario? Los genocidas continúan manteniendo su perverso pacto de silencio. No son muy diferentes de asesinos seriales, gozan con el poder que les confiere continuar sosteniendo desde la cárcel el sufrimiento de sus víctimas y lo que imaginan como el amedrentamiento de toda la población. El momento más espeluznante de esta tragedia nacional es la desaparición de Jorge Julio López que permanece impune, pese a las pistas que siempre condujeron a quienes siguen reportando a los vestigios de la patota del comisario Miguel Etchecolatz.

Del comisario Etchecolatz hay un video en youtube que lo muestra en toda su perversidad cuando revictimiza a su torturado, el maestro y diputado socialista Alfredo Bravo, en el programa de Mariano Grondona. Grondona –propagandista de varias dictaduras militares que gobernaron en beneficio de la “patria financiera”- puso en pie de igualdad a torturador y torturado en el estudio de televisión. Al finalizar este recorte, el periodista Rolando Graña agrega que en aquel programa de 1997 Etchecolatz se burló de Alfredo Bravo y le preguntó si “el tratamiento que le dieron” le curó los pies planos.

La hoy diputada nacional Victoria Villarruel organizaba visitas en la cárcel al dictador y genocida Jorge Rafael Videla. A esas visitas llevaba a jóvenes (habría que tomar nota de quiénes son esos jóvenes) para que el militar los instruyera en política. La agenda de Villarruel consiste en primer lugar en ubicar a Videla como medida del prócer al que hay que reivindicar. Ya se anunció que, si llegan al gobierno, ella tomará el control de los organismos de Defensa y Seguridad de la Nación. Esta agenda ya no hay manera de disfrazarla como al abuelo que juega a las escondidas con el nieto mientras riega las plantas con la maquinita de flit. Es una agenda que conocemos y cubrió el país de campos de concentración donde los represores torturaban de las maneras más crueles, violaban, exterminaban y les robaban los bebés, las casas y todos los bienes a opositores políticos, militantes barriales, sindicales y estudiantiles, docentes, literatos, intelectuales, historietistas, monjas, curas, seminaristas, cristianos de base, profesionales comprometidos con la atención a los más débiles, empresarios y todo aquel que insistiera en permanecer en las calles desafiando el postulado de “la familia occidental y cristiana”. Y así muchas travestis también fueron a secuestradas en comisarías que funcionaban como “pozos” y los hombres gays eran picaneados en comisarías comunes para que dejaran de yirar.

Ese esquema de terror fue el plan Cóndor, que a su vez funcionó en Chile y Argentina como plan piloto de las políticas neoliberales y neoconservadoras que Reagan y Margaret Thatcher iban a aplicar a sus pueblos para chuparles buena parte de sus ingresos, y que luego en loop y sin necesidad de aquella represión feroz regresaron a Argentina en la década de 1990 con una ficción de pensamiento mágico financiero que estalló el 19 de diciembre de 2001.

El acting de Villarruel dejó al descubierto la verdad del programa de La Libertad Avanza. Los kukas, los peronchos, los “excrementos” socialistas (nótese que Adolfo Hitler se refería a los judíos de la misma manera en que Javier Milei se refiere a los socialistas) no tuvieron que hacer nada para mostrar que este programa no tiene nada de nuevo, por más que llegue con la máscara de los traders, las cripto, los emprendedores solitarios y la uberización y rappidización de la estructura laboral. Está todo a la vista. Son la dictadura de 1976 con peluca. El pueblo ya no será inocente frente a lo que elige. Es lo que es. Y se verá si el 20 de octubre vota este programa que anuncia en su propia fórmula el exterminio de los opositores junto con una estafa piramidal, o impide que Videla y Martínez de Hoz, bajo una forma femenina y aparentemente más amable, vuelvan a regir los destinos de la Argentina.

¿Cómo es que es lícito que se presente como candidata y número dos en la sucesión presidencial, en democracia, una tributaria explícita del ideario de la dictadura genocida? Es cierto que Luis Abelardo Patti, represor condenado en 2011 a la pena de prisión perpetua por algunos de sus crímenes, fue intendente por el voto popular entre 1995 y 2003, y candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires en 1999 y en 2003.

Tratar de ignorar lo que ocurre o decir que no hablando de esto, no respondiendo a esta explicitación provocadora de programa de gobierno, no explicar de qué se trata el problema a la población empobrecida que no tiene por qué estar al tanto de quién es y qué pretende Villarruel (que va en la fórmula y ya es diputada nacional), porque lo que se ve en la televisión y en tik tok son las intervenciones audaces y “chistosas” de Milei, es subestimar y deshumanizar al pueblo, negarle reconocimiento y deferencia. El dilema ético debe estar sobre la mesa a la hora de que la ciudadanía de todas las clases sociales ejerza el derecho al voto. El pueblo tiene la misma capacidad de decidir y de que se le presenten los elementos sobre la balanza que la elite que arguye que es más conveniente a los fines democráticos ponerle un telón delante de los ojos y que su destino se decida en los despachos de “los notables”. En ningún caso hay certeza sobre el resultado. Si las Bestias quieren pasar por encima de las deliberaciones éticas y pisotear al ser humano, que sean ellos quienes lo hagan, no nosotros.

LOS LÁPICES SIGUEN ESCRIBIENDO

Los contenidos de la novedad vieja se van desplegando y conociendo. Impedir el derecho al aborto, atacar la educación sexual integral, llamar “dictadura ideológica” al derecho a la identidad de género. La misma maniobra de invertir la ecuación y poner al victimario en el lugar de víctima ocurrió el 1 de setiembre en La Plata, donde manos anónimas pintaron en las paredes de las escuelas normales 1 y 3, la Escuela Técnica Nº 1 y varios jardines de infantes que la “ESI es pedofilia” o “corrupción de menores”, cuando sabemos que la ESI constituye una herramienta para que niñes y adolescentes puedan prevenir y defenderse de abusos sexuales. De nuevo el recurso a la emoción inmediata sin mediaciones y a la torsión del pensamiento racional.

El 16 de setiembre es el aniversario de La Noche de los Lápices (1976), en la que fueron secuestrados muchos estudiantes secundarios de La Plata. Quizá no sea casual que hayan elegido esa ciudad para ir calentando el ambiente con consignas contrarias a la educación. Un dato a considerar a nuestro favor es que los represores se ponen furiosos cuando los exponen como violadores, porque es lo que hacían sistemáticamente con todas las niñas, adolescentes y mujeres engrilladas, sometidas a quemaduras por descargas eléctricas y vendadas en los campos de concentración. Eran parte del mismo método la violación, tortura y asesinato de bebés, niños, adolescentes y hombres por empalamiento. Esto hay que decirlo, fue un logro del movimiento feminista el juzgamiento de los crímenes sexuales por separado de las torturas. Ya lo reclamaba la Multisectorial de la Mujer en 1985. El plan de Jorge Rafael Videla incluía la violación como método sistemático de destruir la humanidad de las prisioneras y los prisioneros. Y en un punto ese es uno de los temas que atraviesa la tragedia de La noche de los lápices. En su fuero íntimo, estos militares y policías no son diferentes de cualquier violador y asesino serial. Es necesario que el 16 de setiembre las escuelas y centros culturales vuelvan a proyectar la película de Héctor Olivera sobre La noche de los lápices. También La historia oficial.

Un punto aparte merece la denuncia del ataque racista contra el monumento de María Remedios del Valle, capitana del Ejército de Manuel Belgrano y Madre de la Patria. El monumento emblema de las mujeres afroargentinas fue reducido a cenizas por un grupo supremacista que, no es de extrañar, actuó impunemente el mismo día que aparecieron las pintadas contra la ESI. ¿Alguien los está buscando?

Este ataque constituye una amenaza de sojuzgamiento y exterminio contra las personas racializadas y contra quienes luchamos contra el racismo y reivindicamos la afroargentinidad, las raíces afro de la sociedad argentina. El incendio y destrucción de la figura de María Remedios del Valle es una reivindicación de lo que la sociedad argentina hizo con las mujeres afroargentinas luego de producir el genocidio contra los hombres negros. Los asesinos seriales, los genocidas, gozan con la perpetuidad de sus crímenes, con el sojuzgamiento de aquellos a quienes consideran “débiles” y objetos de eugenesia y exterminio.

Son muchas las promesas de exterminio en el horizonte como para quedarnos rezando que la bola no caiga donde no debe.

Este artículo fue publicado originalmente el día 5 de septiembre de 2023

Autor: Adriana Carrasco|

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