El Gobernador de la provincia, habló en el acto por los 208° aniversario de la independencia en la ciudad de Resistencia.
El gobernador Leandro Zdero encabezó, este martes 9 de Julio, los festejos conmemorativos por el 208° aniversario de la Independencia Argentina. Las actividades consistieron en el Izamiento de la Bandera Nacional, el saludo protocolar, Tedeum y el acto central que se realizó sobre la avenida 25 de Mayo, entre las calles Mitre y Santa María de Oro.
En el último, el Gobernador comenzó su discurso saludando a todas las autoridades presentes y al pueblo chaqueño: "Este 9 de julio se conmemora un aniversario más del Día de la Independencia, un acto de valor histórico y, además, un compromiso perpetuo con un país que abrace la libertad, la justicia y la dignidad de los argentinos. Esta vez, nos encuentra atravesando un momento histórico de singulares características. Es relevante reflexionar no solo sobre el profundo significado de esta jornada y su insoslayable trascendencia, sino también acerca del contexto actual que se encuentra completamente relacionado.
En esta fecha, recordamos y celebramos el coraje, la inocultable determinación y la potente visión de aquellos hombres y mujeres que, en la búsqueda de una nueva nación, enfrentaron en 1816 la heroica decisión de declarar nuestra independencia. Aquel acto de gigantesca valentía no solo nos liberó del yugo colonial, sino que también constituyó el inicio de un ambicioso sueño: el sueño de una patria libre, justa y soberana.
Un sueño que hoy, 208 años después, seguimos construyendo día a día y defendiendo con el mismo fervor para honrar a aquellos próceres y a los que lograron vislumbrar que este anhelo era absolutamente posible. Para lograr aquel consenso y dar el primer paso hacia la independencia, esos líderes pensaron en grande, no dudaron en hacer las concesiones necesarias para buscar la unidad, dejando de lado las mezquindades, las discusiones menores e incluso sus propios intereses personales.
Había que edificar un futuro para todos, repleto de dudas e incertidumbres pero con la claridad de que el único camino era caminar juntos para construir una gran nación que albergaría a todos a pesar de sus discrepancias.
Hoy, ese mismo espíritu nos llevó hace unas pocas horas a firmar el Pacto de Mayo, una convocatoria del Gobierno nacional para asentar las bases de una Argentina que mira al futuro desde una perspectiva de crecimiento y desarrollo, porque no es posible una Argentina fuerte sin unión.
Esta ha sido y seguirá siendo nuestra actitud frente a la compleja coyuntura que nos toca abordar. En el contexto de una herencia política, económica y moral inocultable, lo que nos toca es hacernos cargo. Poner el máximo compromiso para superar el presente no significa que no haya que señalar lo que recibimos como legado de gestiones anteriores. Nuestro deber republicano es informar, informar a los ciudadanos, y es lo que hemos hecho como corresponde. En esa dirección, las urnas hablaron y el pueblo dio su veredicto, categórico por cierto. Se podrá estar de acuerdo o no, pero nosotros, con la responsabilidad que nuestra función implica, decidimos darle al Gobierno nacional las herramientas imprescindibles para llevar a cabo y adelante el genuino mandato.
Esto no significa que estemos completamente de acuerdo con todas y cada una de las consignas planteadas. Tenemos nuestra propia mirada sobre la realidad, sobre las políticas públicas óptimas y sobre el proyecto de país ideal. Pero no nos creemos los dueños de la verdad y, por eso, decidimos respaldar lo que la gente reclama con absoluta legitimidad. Esta postura nos parece adecuada: apoyar a un Gobierno que, a pesar de las circunstanciales discrepancias, también mantiene el diálogo abierto y sincero como lo hace la gente de bien. No se trata de estar de acuerdo en todo, sino de asumir el rol que los ciudadanos le han asignado a cada sector político. Y nosotros, en esa dinámica, estamos para apoyar, para acompañar y seguir señalando lo que consideramos puede ser mejorado, pero sin estorbar el camino elegido.
Lamentablemente, no ha sido esa la actitud de la oposición del Chaco. Aquí se han dedicado a obstruir, a entorpecer todo a su paso. El resentimiento ha ganado sus corazones, buscan revancha. En esa conducta no aparece ni la autocrítica ni la humildad. A pesar de todos sus errores e inclusive las múltiples irregularidades ya explicitadas, no emerge ni el arrepentimiento ni el pedido de perdón a los chaqueños. Podríamos estar enojados y molestos, pero preferimos mirar hacia adelante y seguir trabajando para corregir todo aquello que se hizo mal y, con esmero, colocar nuevamente los pilares que permitan tener cimientos fuertes para un futuro mejor para nuestra provincia.
Con la responsabilidad de gobernar y como chaqueño, hemos priorizado afirmar ese acuerdo. Lo colectivo sobre lo individual. Es más importante el porvenir del país que nuestras diferencias. Es vital acordar y buscar consensos que estar en la chicana de cada hecho político. Nuestra provincia, con su innegable diversidad cultural y su espíritu indomable, refleja la esencia misma de esa independencia. De esa independencia que lucharon nuestros patriotas. Hoy, más que nunca, debemos honrar su legado.
Trabajando juntos para construir un Chaco más próspero y solidario, enfrentamos desafíos complejos y negarlo sería una inaceptable necedad. La realidad nos impone obstáculos que a veces parecen insuperables, pero la tentación de resignarse no nos debe doblegar. Yo tengo mucha confianza en los chaqueños, mucha confianza en cada uno de ustedes, porque los chaqueños no se rinden. Porque Chaco puede. Ese Chaco fuerte de sol y campesino que siempre se levanta ante la adversidad porque somos ese pueblo, ese pueblo de coraje y esfuerzo. Por eso, queridos chaqueños, hoy es un día para mirar hacia atrás con gratitud y hacia adelante con esperanza. Quiero que tengan la seguridad de que, desde nuestra responsabilidad de gobernar, pondremos todo el esfuerzo para luchar con inercia indomable y garantizar los derechos de cada ciudadano. La libertad de circular ya no como un privilegio, sino como un derecho. La mano tendida al que necesita, sin la vergonzante intermediación de los seudos gerentes. El derecho a la salud, a la educación, a la dignidad del hombre desde el esfuerzo del trabajo. Porque si algo hemos aprendido en nuestra historia es que la unidad y el compromiso pueden transformar cualquier adversidad en una gran oportunidad. Así como nuestros antepasados unieron sus fuerzas para lograr la independencia, nosotros también debemos unirnos para superar las dificultades del presente y forjar un futuro mejor para todos.
Hoy, al ver flamear nuestra bandera, recordemos que ella simboliza no solo la libertad, sino también nuestro compromiso con los valores que deben guiarnos en cada una de nuestras acciones, en nuestras decisiones como ciudadanos, pero también como gobernantes.
Como gobernador del Chaco, me comprometo a seguir trabajando incansablemente por el bienestar de todos los chaqueños y los convoco a trabajar juntos porque nadie debe torcerle el brazo a la vocación de cambio. Los ciudadanos de esta tierra estamos convencidos de que con esfuerzo saldremos adelante, que la dignidad no tiene precio y que vale el esfuerzo que estamos haciendo para superar el escollo del presente y abrazar un futuro de oportunidades. Creo en mi Chaco, en ese Chaco que soñaron nuestros abuelos, en ese Chaco fuerte, grande y noble, ese Chaco pujante que pondremos y que podremos dejar a nuestros hijos y nietos. Por eso, en este día, en el día de nuestra independencia, este 9 de julio, renovemos nuestro compromiso con nuestra provincia y nuestra patria, sigamos el ejemplo de aquellos héroes que hace más de 2 siglos nos enseñaron que la libertad se conquista día a día, con esfuerzo, sacrificio y esperanza.
Al pueblo del Chaco, a mi Chaco querido, defendamos nuestra tierra y nuestro país. Y en ese grito de esperanza: ¡Que viva el Chaco! ¡Que viva la Argentina! ¡Feliz Día de la Independencia!", cerró el gobernador.