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Cultura Entre el amor y el aborto legal

Darío Sztajnszrajber y su paso por la Feria del Libro

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Crédito: 101154

El mediático filósofo Darío Sztajnszrajber inauguró el escenario de conferencias de la Feria Provincial del Libro ante un masivo público que participó de su taller titulado “El amor: una deconstrucción”. Esta temática también fue abordada en una charla abierta con los medios de prensa, marco en el cual remarcó su postura con respecto al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo y brindó su visión con respecto a la “nueva grieta”. El encuentro con periodistas se realizó en el salón de OSDE a las 11 de ayer.

 

Consultado sobre su postura respecto al aborto, el filósofo remarcó que está “a favor de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE)” porque “creo que la ley (actual) no es justa, porque no permite que cada uno decida por sí mismo. En especial la mujer que no puede decidir sobre su propio cuerpo. Creo que hay una inequidad en el sentido de que, en una sociedad democrática, la ley debería garantizar que cada uno haga con su ser lo que quiera”.

 


Mientras todavía se debate en el Senado el proyecto IVE, Sztajnszrajber destacó el hecho de que “si sale la ley, nadie va a obligar a nadie a abortar. Como no nos podemos poner de acuerdo en temas tan existenciales, la ley va a garantizar que cada uno pueda vivir su propia vida, su propia metafísica, su propia filosofía como quiera. Hoy la ley no permite eso, porque no permite al que está a favor del aborto poder realizarlo”.

 

Cuando habla de temas existenciales, se refiere a la discusión en torno al inicio de la vida. Una cuestión clave en los discursos de los que se manifiestan a favor del niño por nacer. Sobre este aspecto declaró que “tengo en claro cuándo se origina la vida. Tengo posturas muy cercanas, en términos metafísicos, con gente que está en contra (del aborto). Sin embargo, no me caben dudas de que estoy a favor de una ley que posibilite dos cosas: que cada uno haga lo que quiera con su cuerpo y, sobre todo, emancipar a la mujer de esa locura de que su cuerpo no le pertenece”.

 

Dicho esto, subrayó el hecho de que la ley de aborto legal no resuelve la disputa existencial. “Hay un montón de gente a favor del aborto y un montón en contra. Evidentemente, es imposible un acuerdo. Entonces, la única salida es que cada uno viva su vida a su manera. Eso saca el debate de la argumentación cruzada de la vida, que está buenísima, pero que no permite legislar el aborto. La metafísica guardala para tu vida, tené amigos que tengan esas ideas, mandá a tus hijos a colegios con esas doctrinas, pero una sociedad no se puede regir por leyes metafísicas, sino por leyes políticas”, puntualizó.

 

A modo de solución, el docente de Filosofía destacó: “La política es ponerse de acuerdo en las diferencias. Una sociedad madura debería ponerse de acuerdo para que una persona que está en contra del aborto pueda convivir con otra que está a favor. Hoy, la ley sólo resguarda una postura. No es democrática cuando no permite el aborto”.

 

A la hora de hablar del amor, que fue la temática de su taller, señaló que la clave es el otro. “Entiendo que más que estar en contacto con el otro, lo que hacemos en el amor es estar en contacto con lo que uno proyecta de sí mismo en el otro. Me parece importante desidealizar al amor. En términos vinculares no lo podemos pensar como ganancia porque entonces uno de los dos terminaría siendo un medio. Una mercancía para que el otro se expanda”.

 

Además, Sztajnszrajber aplicó conceptos filosóficos para avanzar en la tesis de que el ideal de amor romántico está asociado a una estructura patriarcal. “Platón decía: ‘uno ama lo que no tiene y busca en el otro completarse’. Esa idea de completarse supone la idea de una carencia, y la gran carente en la historia occidental es la mujer que siempre ha estado en el lugar de la figura de la falencia. Aristóteles define a la mujer como un macho no realizado, ni hablar de los relatos bíblicos que oponen a la mujer siempre en un lugar subsidiario, de acompañamiento”.

 

En esta misma línea, explicó que, en cierta forma, “todas nuestras historias de amor son de algún modo una réplica de la historia de Adán y Eva. Por eso, la desconstrucción va a desmitificar ese relato”. 

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