Por primera vez en la historia, Marcelo Gallardo y Sebastián Battaglia se cruzarán como técnicos en el Superclásico del domingo en el Estadio Monumental. Uno estará repartiendo indicaciones en el banco de River, mientras que el otro hará lo propio en el de Boca. Si bien nunca se enfrentaron con los buzos de DT, resaltan un par de antecedentes como jugadores.
En sus tiempos de mitad de cancha, el Muñeco y el León se vieron las caras en tres ocasiones hace más de una década y, llamativamente, ninguno pudo festejar a la vista del otro. El historial es muy parejo y señala tres empates.
El primero sucedió el 16 de octubre de 2005, por la fecha 10 del Torneo Apertura. Aquella tarde en Núñez, ambas figuras llevaron la cinta de capitán. Gallardo estuvo cerca del gol en un par de situaciones y Battaglia, que fue reemplazado por Diego Cagna en la segunda etapa debido a una molestia muscular, también generó peligro con un remate lejano, aunque el Superclásico no pasó del 0-0.
El segundo duelo ocurrió cuatro años más tarde, el 19 de abril de 2009, por la décima jornada del Torneo Clausura. En la antesala del partido hubo sonrisa, saludo y palmada, pero ya en el campo de juego de La Bombonera la temperatura fue otra. El Xeneize lo ganaba por la mínima gracias a Martín Palermo y sacaba pecho. No obstante, en el complemento el N°10 millonario aprovechó una falta del N°5 azul y oro a metros de la medialuna, frotó la lámpara y colgó su tiro libre de un ángulo para el 1-1 definitivo.
El último Superclásico que compartieron en el verde césped fue meses después, el 25 de octubre, por el Torneo Apertura. Para no ir a contramano del resto de los antecedentes, también fue tablas 1-1 y contó con el sello de Gallardo, quien volvió a anotar de pelota parada. Bajo aquel sol de Núñez se vieron los mayores chispazos entre los actuales entrenadores: el Muñeco le pegó un codazo a Battaglia y éste le dijo de todo.
Este domingo en el Monumental, el DT con más títulos en la historia de River y el futbolista más ganador de la historia de Boca se volverán a medir en un Superclásico, ambos ahora en el corralito, e intentarán romper la paridad que fueron tejiendo durante más de una década.
