Así la “buena noticia” del descenso en un año del desempleo del 9,3 al 8,7% se explica porque más personas sin ocupación dejaron de buscar trabajo por la dificultades de encontrar empleo o por desaliento. La tasa de empleo no aumentó sino descendió del 41,7 al 41,5%. En consecuencia, la tasa de actividad - que incluye el total de trabajadores ocupados formales o informales y desocupados que buscan trabajo-- bajó del 46 al 45,4%.
El INDEC reconoce este estancamiento cuando señala que con relación al trimestre anterior, “en 27 de los 31 aglomerados se mantienen sin cambios la actividad, el empleo y la desocupación”. Y con relación a un año atrás, los indicadores laborales “no presentan diferencias” porque “están contenidas en el error muestral”.
Un ejemplo es el conurbano bonaerense. A pesar del aumento de la población, en un año en esta amplia región que sumó 150.000 personas más, llegando a casi 12 millones de habitantes, el número de ocupados se mantuvo sin cambios: 4.770.000. Y el número de desocupados bajó de 601.000 a 585.000. Esto se debió a que 16.000 personas sin ocupación dejaron de buscar trabajo.