Macri sólo estaría dispuesto a ceder retoques en la suba a los impuestos a las bebidas y gaseosas, pero no quiere hacer concesiones con la renta financiera, Ganancias e IVA.
La reforma tributaria no dejó a toda la mesa de empresarios contentos, ni mucho menos tranquilos. En este contexto, esperable, el presidente Mauricio Macri y su equipo económico podrían dar marcha atrás con algunos incrementos que tendrán un duro impacto en el bolsillo del trabajador argentino.
Además, presumen que habrá presiones de los gobernadores y de las cámaras empresariales que los obligarán a admitir una negociación sobre impuestos internos al vino, a las gaseosas y los artículos de tecnología.
"La discusión estará en vino, gaseosas y celulares. Estamos abiertos al diálogo y no vamos a imponer nada", dijo al diario La Nación un funcionario.
El Gobierno deja para esa negociación algunos posibles retoques en las alícuotas o la posibilidad de hacerlos más graduales. El proyecto de ley irá al Congreso en dos semanas.