Las provincias del NEA junto a las del NOA son las que mostraron mejores indicadores de crecimiento económico durante 2017, aunque su participación en la economía nacional sigue siendo ínfima
La región del noroeste fue la región con más crecimiento en el país este año -con algunas de sus provincias mejorando entre 8 y 9% interanual-; le siguió el noreste, a pesar del estancamiento de Formosa. Para el año próximo, las estimaciones apuntan más al impulso que generarán las transferencias nacionales (en especial a las provincias más dependientes de esos fondos) que al aporte de las exportaciones, que sólo llegará si hay éxito en la lucha contra la inflación y se reducen los distintos componentes del "costo argentino".
Los datos derivan del mapa de la distribución del crecimiento por región este año y las perspectivas para el próximo realizado por el Ieral, bajo la coordinación del economista Jorge Day.
La región pampeana quedó tercera en el ranking de este año, con mucha diferencia entre la performance de Córdoba (la mejor) y La Pampa (la peor).
Con un comportamiento más homogéneo se muestra Cuyo, y la Patagonia es la zona en la que la reactivación se notó menos, aunque Neuquén tuvo un comportamiento "aceptable", pero Tierra del Fuego no pudo salir del terreno negativo.
Salvo excepciones, como Misiones, las exportaciones -medidas según su poder adquisitivo interno- no aportaron al crecimiento por el menor valor del dólar. El impuso fiscal, en cambio, fue significativo, particularmente en los distritos fuera de la región pampeana, más dependientes de las transferencias desde la Nación. Sin embargo, ese factor no pudo ser aprovechado por aquellas provincias "con crisis fiscales irresueltas", como Santa Cruz.
Day aclara que hay que tener presente que la Argentina no modificará a corto plazo cuestiones estructurales, como tener provincias económicamente grandes, donde hay un mayor volumen de negocios, y otras más pequeñas y rezagadas. "A diferencia del externo, el impulso público sí tuvo fuerza este año -describe Day a LA NACION-, las transferencias de fondos nacionales aumentaron más que la recaudación de los impuestos nacionales y más que la inflación, favoreciendo a las provincias".
Insiste en que, en ese sentido, el pacto fiscal firmado entre la Nación y las provincias no tendrá "todavía" efecto en 2018 respecto de los incentivos a gastar menos y reducir impuestos. "Los giros más importantes permiten elevar el gasto público y retrasar el ordenamiento; después, cuando se normalizan, empiezan las crisis".
El NEA tiene buenos datos de actividad, pero no tanto en empleo privado, salvo Chaco.
El recorrido por el mapa muestra en el NOA un mejor desempeño, tanto en actividad como en empleo privado; La Rioja es la que presenta los mejores indicadores.
En la región pampeana, tanto Córdoba y Santa Fe como Buenos Aires mejoraron su actividad y su empleo privado; La Pampa quedó atrás ("aunque haya recibido más fondos nacionales, su gasto público primario no siguió el ritmo inflacionario, no impulsó la economía"). Cuyo es una de las zonas que más padecieron la recesión de 2016 y que este año levantaron, pero no se tradujo en ocupación, especialmente en San Luis, por la baja de la construcción.
La Patagonia es la que más sufrió la recesión y la que se viene recuperando con más lentitud: el nivel de empleo privado continuó en caída. El impacto del bajo precio del petróleo sigue pesando, pero también hay otros factores. Las tres provincias con peor performance este año son Tierra del Fuego (problemas con su industria sustituta de importaciones), Santa Cruz y Río Negro (con serios problemas en la fruticultura); ninguna, además, tuvo apalancamiento del Estado.
Obviamente, las proyecciones regionales dependen de las tendencias nacionales. Day enfatiza que hay varios riesgos por "un dólar muy barato y gobiernos muy dependientes del endeudamiento", por lo que los pronósticos apuntan a un crecimiento moderado (3%).
Describe que es "difícil" que haya un impulso externo porque la Argentina se mantendrá cara. Las regiones más afectadas serán aquellas vinculadas a las denominadas "economías regionales", que incluyen actividades agrícolas y agroindustriales, especialmente aquellas intensivas en mano de obra, como la fruticultura (Alto Valle) y la vitivinicultura (ayudaría la baja en la cosecha de uva europea).
Los pronósticos apuntan a una mejora leve en el precio internacional del petróleo, lo que beneficiaría a la Patagonia, pero se reduciría el subsidio que perciben las petroleras, al cobrar un precio interno mayor. "No se espera un boom de actividad en esa zona, pero sí un mayor impulso por proyectos gasíferos de Neuquén", concluye.