En los próximos días, el Gobierno publicará una resolución en el Boletín Oficial que obligará a los comercios minoristas a diferenciar los precios en efectivo y los pagos en cuotas con tarjetas de crédito.
La iniciativa tomó forma luego de varias reuniones entre funcionarios del Ministerio de Producción con empresarios del sector y representantes de las tarjetas de crédito.
La intención del Poder Ejecutivo es que, con este anuncio que será presentado en la Casa Rosada, se "sinceren" los precios del consumo masivo de la economía y se abaraten los productos, publicó hoy el diario Clarín.
Esta hipótesis surge a partir los análisis de casos sobre el mercado de tarjetas de crédito, realizados por la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), un organismo que depende del ministerio de Producción. En esos estudios, concluyeron que el financiamiento de los plásticos distorsionaba los valores finales que pagaban los consumidores.
Cabe recordar que las tarjetas de crédito le cobran una comisión de intermediarios a los comerciantes y cadenas por utilizar el servicio. Además, les sugieren las tasas de interés para el financiamiento a sus clientes.
La expectativa es que, por un lado, los precios que se abonan al contado sean "más accesibles" y caigan. Por el otro, se espera que vayan desapareciendo los descuentos por comprar una segunda unidad, un mecanismo que se tornó habitual en los supermercados.
El objetivo de fondo es que se reduzcan los niveles de inflación, que el año pasado alcanzó una cota histórica al registrar un acumulado del 40 por ciento.
El borrador de la propuesta llegó a manos de empresarios minoristas y fabricantes de parte del equipo de Javier Tizado, subsecretario de Comercio Interior.
Si bien el asunto está siendo manejado con suma reserva, una de las ideas es que los consumidores puedan identificar con claridad los importes que se abonan en efectivo o en una sola vez, del correspondiente en pagos en cuotas con tarjeta de crédito.