Luego de 10 meses de pandemia, el sector ya cuenta con un protocolo sanitario pero aguarda la habilitación. En Corrientes reconocen que para garantizar estrenos es prioritario que abran las salas en Buenos Aires. Una vez que se produzca la apertura, la recuperación financiera demoraría al menos un año.
Las salas de cine seguirán cerradas en Corrientes y en el país, pese a la reciente aprobación de un protocolo sanitario que generó entusiasmo en el sector ante una posible reapertura. Ya se acumulan 10 meses de inactividad.
Si bien el Ministerio de Cultura de la Nación aprobó un protocolo sanitario para que se vuelvan a exhibir películas en las salas del país, el Gobierno nacional aún no aprobó la reapertura. La prohibición continuará firme hasta el 31 de enero, por lo que recién se podrían esperar novedades en febrero.
La gerenta general de la sucursal correntina de Cinemacenter, Gabriela Zamora, compartió con El Litoral la actualidad del sector y las previsiones sobre la recuperación económica.
“La aprobación de un protocolo no implica la aprobación de la actividad”, precisó.
Zamora confirmó que la restricción de la salas de cine seguirá al menos hasta el 31 de enero. Podría haber novedades recién en el mes de febrero.
Anticipó que “pueden suceder dos escenarios: que se dicte la habilitación y la apertura de todas las salas de cine del país, o que cada jurisdicción solicite una excepción al gabinete ejecutivo para que se permita a nivel local”.
Sin embargo, reconoció: “Nos guste o no a las salas del interior del país, es necesario que la actividad se habilite en Buenos Aires y Capital Federal para garantizar que haya estrenos para proyectar”.
Zamora mencionó el caso de Santiago del Estero, donde la apertura de las salas sin posibilidad de proyección de nuevas películas generó cierres definitivos por el déficit financiero que acusaron.
Otro ejemplo que dio fue el de Córdoba, que hasta el momento cuenta con solo un 5 % de concurrencia respecto a las cifras de audiencia antes de la pandemia.
En este sentido, como representante del sector, Zamora manifestó la importancia de que la futura habilitación de la actividad esté acompañada de una comunicación adecuada.
“Muchas veces se ha concurrido a la utilización de un mensaje erróneo, limitando la cuestión sanitaria a los ambientes cerrados versus los ambientes abiertos”.
Zamora dijo disentir con esa postura ya que a pesar de las numerosas restricciones, los contagios continúan en aumento.
“Desde el sector consideramos que no se trata del ambiente, sino del comportamiento. La distancia, el uso de barbijo y permanecer en silencio reduce la producción y el contacto con los famosos aerosoles por donde se transmite el virus”.
Zamora aseguró que con el correcto cumplimiento de las medidas de prevención, el riesgo de asistir a los cines, teatros y otros espectáculos culturales es prácticamente nulo.
“Es muy importante el rol del Estado y los comunicadores para que llegue el mensaje correcto y transmitir seguridad para incentivar la asistencia a las salas”, expresó.
Por otra parte, tras 10 meses de cierre total, Zamora precisó que la habilitación de la actividad no es garantía de recuperación económica.
“La totalidad del sector necesitará del acompañamiento del Estado al menos un año más. Por más que se abra, hay producciones cinematográficas frenadas, estrenos que pasaron directamente a streaming, las salas funcionarán al 50 % de su capacidad”, enumeró.
Zamora compartió con este medio que recientemente el sector mantuvo una reunión en el Ministerio de Cultura de la Nación, donde compartieron sus inquietudes sobre la actualidad económica de las salas de cine.
Si bien los puestos de trabajo se pudieron sostener gracias al programa ATP, este finalizó en diciembre.
“Se está trabajando para evaluar cómo reforzar. Se pondrá en marcha un plan que aseguraría 9 mil pesos por empleado, pero no es suficiente”, reconoció.
Protocolo sanitario
Entre las medidas del protocolo nacional, que se redactó en base a los modelos y ejemplos de varios países que ya han abierto sus salas de cine al público, se establece que las salas podrán abrir sus puertas con capacidad al 50 %.
Se aceptará la presencia de grupos de hasta seis personas, en lo que se llama “burbuja de recreación”, las cuales deberán mantener una distancia de entre 1,5 y dos metros con el resto de los espectadores, para lo que se dejará una butaca libre de cada lado.
Además, el público deberá permanecer con tapaboca puesto y solo podrá quitárselo momentáneamente para ingerir algún alimento o bebida.
Por su parte, cada sala deberá contar con un adecuado sistema de ventilación, será sanitizada antes y después de cada función, habrá zonas debidamente demarcadas para mantener la distancia social y se abrirán las puertas diez minutos antes de que termine la exhibición.