Como ocurrió en el verano 2022 la provincia de Corrientes vuelve a estar en primera plana de los medios de comunicación de todo el país. Hay focos sin controlar y pobladores rurales que piden ayuda. Por ahora el gobierno provincial no declarará la emergencia provincial.
La provincia de Corrientes arde y despierta todos los fantasmas del fatídico verano de 2022 cuando durante esos meses estivales se quemaron más de 1.700.000 hectáreas. Entre las que estaban zonas de reservas en el Parque Nacional Iberá.
La Sequía en el territorio correntino se mantendrá al menos hasta abril y de haber precipitaciones serán escasas. Lo más dramático hasta ahora fue el fallecimiento de una docente rural en Mariano I Loza cuando intentaba apagar un incendio en campos de su padre.
Por ahora el Poder Ejecutivo no declarará la emergencia por incendios como si ocurrió en 2022. Dicha norma facilita la compra directa de insumos para hacer frente a la contingencia por los incendios.
También posibilita la ayuda del Gobierno Federal a través de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) disponibles para Emergencias como las que acontecen en la provincia.
La situación despertó los fantasmas del verano 2022 cuando la provincia de Corrientes perdió 1.700.000 hectáreas. De todo ese territorio un 70% fueron campos nativos que estaban en zona de reservas en el Parque Nacional Iberá. Aquella vez el Poder Ejecutivo estaba en receso con el gobernador de vacaciones y el vicegobernador imposibilitado debido a que había contraído dengue.
Este pasado fin de semana se conoció la información de que en las zonas rurales donde hay focos activos y sus adyasencias, las autoridades de Defensa Civil pidieron a los pobladores que señalicen con banderas amarillas si poseen agua disponible: de red, pozos, piletas o estanques, para que los bomberos puedan abastecer sus equipos.