Los bomberos voluntarios deben intervenir cuando el fuego pone en peligro bienes urbanos y recursos naturales. De acuerdo a su registro, en los días que pasaron de agosto los focos ígneos se debieron a la quema de basura o por limpieza de terrenos.
La Asociación Civil de Bomberos Voluntarios de la capital debió intervenir en al menos 25 incendios de pastizales, en lo que va del mes de agosto, que pusieron en peligro viviendas, recursos naturales y hasta una sala de atención primaria de la salud.
El fin de semana se acrecentaron las humaredas en la ciudad, con un pico el domingo pasado, en el que la visibilidad aérea se redujo de 10 a 3,5 kilómetros.
Este dato de la cantidad de incendios surge sólo del registro que lleva el cuerpo de bomberos civiles, por lo que no se descarta que se hayan producido más focos ígneos que no fueron registrados, porque no pusieron en peligro edificios familiares o recursos naturales de la capital.
Los descampados de la escuela Eragia son uno de los lugares más complicados por la recurrencia de la quema de malezas.
Desde el 1 de agosto los incendios en descampados se desarrollaron en gran parte del territorio capitalino. A esto se suma la falta de lluvias que recién llegarían esta semana. También hubo peligro cerca de las lagunas Soto y Pampín.
La mayoría de estos incendios son producto de la quema de basura, sobre todo los que se ubican en las zonas más urbanizadas. Otros están vinculados a la intención de los propietarios de limpiar de malezas sus terrenos, que luego se salen de control.
Eso ocurrió en la madrugada del domingo, cuando tres dotaciones de bomberos trabajaron hasta la mañana para desviar el fuego de varias hectáreas del barrio Ponce, que se acercaban al Centro de Atención Primaria de la Salud (Caps) de allí.
Intensidad del humo
Varias imágenes subidas a las redes digitales durante el fin de semana y ayer dieron cuenta de la densidad del humo, sobre todo en el microcentro de Corrientes, que se vio afectado por diferentes quemas al otro lado del río, en territorio chaqueño. A la par se desarrollaban incendios en la zona de la escuela Eragia, y en los barrios 17 de Agosto, Santa Catalina y Samela Norte. En total, contribuyeron a la interrupción del aire con monóxido de carbono y cenizas.
Una forma de determinar la cantidad de humo en el aire es la visibilidad aérea. Durante el domingo la visibilidad del Aeropuerto Piragine Niveyro de Corrientes se redujo a 3.500 metros, cuando normalmente es de 10 kilómetros, y en el Aeropuerto Internacional de Resistencia bajó a 7 kilómetros. Hasta ayer, el Servicio Meteorológico Nacional informó la temperatura y el pronóstico para Corrientes junto a la leyenda “Algo nublado con humo”.
Ley de humedales
Varias organizaciones ambientalistas, tanto de Corrientes como de Chaco, Entre Ríos y Santa Fe, reclaman hace días la ley de humedales que ya ingresó a debate en la Cámara de Senadores de la Nación. El impulso de este proyecto de ley está básicamente centrado en impedir el avance de los incendios en el Delta del Paraná.
Si bien en los incendios de capital han tenido intervención sólo los bomberos locales, el titular de la Dirección de Recursos Forestales de la Provincia, Roberto Rojas, advirtió que “las quemas controladas están prohibidas, porque estamos en estado crítico”. En el interior de la provincia, señaló Rojas, se producen cerca de 150 incendios forestales por día. “En nuestra provincia no vemos un problema ambiental real. El problema se presenta en las islas del Delta y algunas regiones de Buenos Aires, pero no en la provincia de Corrientes. Aquí el tema está bien legislado y convivimos perfectamente, porque hay 1,4 millón de hectáreas de reservas”, explicó Cristian Jetter en comunicación con el programa Bichos de Campo de la AM Rivadavia. Jetter es integrante de la Asociación Correntina de Plantadores de Arroz que con un documento público rechazó el tratamiento del proyecto; también se refirió a la “restricción o exagerados controles al sector privado” que promueve esta ley. IB
