Acentuada por la sequía reinante en la región, profesionales agrónomos aseguran que la pérdida de los forrajes es total en el campo correntino. El tamaño y stock de cítricos también se verá afectado en el corto plazo. No hay perspectivas de abundantes lluvias.
Los productores agropecuarios correntinos esperan cuantiosas pérdidas económicas por causa de la sequía que hace dos años afecta al Norte argentino. A este evento, se le suma la helada que en julio afectó al campo correntino con temperaturas por debajo de los cero grados.
Los consumidores también se verán afectados porque tanto los cortes como las frutas llegarán con un tamaño menor a las mesas.
El presidente del Consejo Profesional de Ingenieros Agrónomos de Corrientes, Miguel Bruzzo, precisó a época que el área Centro-Norte de la provincia (Capital, Mburucuyá, Saladas, San Luis, etcétera) es la más afectada por la sequía. Mientras que en el Suroeste, la anomalía climatológica “estuvo atenuada porque la humedad no fue deficitaria”, desde el Sur de Mercedes hasta Monte Caseros. El impacto se percibe en las finanzas de la agricultura y la ganadería ya que deben invertir más recursos en las áreas de la producción perjudicadas. “Un problema son los reservorios de agua que sirven para regar los arrozales. Un 99% se riega de forma artificial”, ejemplificó. También, las producciones de sorgo y maíz en tonelada por hectárea son “un 50% menor”.
El referente explicó que el problema sobrepasa el proceso productivo y recae sobre los consumidores. “En los cítricos y las frutas tenemos menor tamaño y eso es captado por los compradores y se debe vender a un precio inferior”, acotó. A su vez puede pasar que haya una caída del rendimiento como en ocurre con el limón que “pasó de un promedio de 30 toneladas por hectárea a ocho mil kilos por falta de humedad”.
La carne y su calidad
Bruzzo remarcó que quienes mayores perjuicios acumularán a mediano plazo son los productores ganaderos ya que las heladas del invierno y la sequía destruyeron las pasturas naturales e implantadas. “Las vacas tienen menos alimento y esto repercute en su estado corporal y hace que no tengan reservas para preñarse o parir en condiciones óptimas. Calculamos una reducción de la preñes del 60% correspondiente al período octubre 2020 a enero 2021”, adelantó el ingeniero agrónomo sobre los procesos de palpación.Vale recordar que el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación declaró el estado de emergencia y desastre agropecuario para trece departamentos de la provincia de Corrientes hasta el 1 de septiembre. “Recordemos que Corrientes es una de las principales exportadoras de terneros para la recría. Entonces, si tenemos menos terneros atrasa toda la cadena productiva. Hay menos reposición para la venta y menos ingresos a los productores”, describió. Al mismo tiempo, las vacas llegarán con menor gordura y grasa a la carnicería y la mesa de los consumidores. Los carniceros y matarifes pagarán menos.
Las últimas heladas quemaron todos los recursos forrajeros por lo que el productor deberá suplir con granos u alimentos comprados.