Con el lema 'Últimos y servidores de todos', los candidatos al sacerdocio se congregarán del 18 al 23 en la parroquia San Juan Bautista de la capital, y visitarán un hospital, un penal y un merendero.

Los seminaristas de la arquidiócesis de Corrientes preparan su misión anual de verano, que este año realizarán en la parroquia San Juan Bautista de la capital correntina, del 18 al 23 de diciembre, con el lema 'Últimos y servidores de todos'.

Quienes se encuentran formándose para el sacerdocio, extendieron la invitación a los jóvenes de las distintas comunidades a acompañarlos y participar de las diversas propuestas que organizan.

En ese contexto, los ejes que iluminarán la actividad misionera se vincularán desde la perspectiva vocacional: fraternidad, servicio y caridad.

Durante los días de misión, visitarán el hospital pediátrico Juan Pablo II, la unidad penal N°6 de Paso Pesoa y el merendero Sol, ubicado en el barrio Arazaty. El sábado 21, en el colegio Pío XI, de 9 a 16, habrá una jornada diocesana de jóvenes, que incluirá actividades recreativas, deportivas, teatro, reflexiones y una celebración eucarística, que presidirá el arzobispo coadjutor, monseñor Adolfo Larregain OFM.

En tanto, el domingo 22, la invitación será abierta a la comunidad ya que, a partir de las 9, los futuros sacerdotes misionarán por los barrios Aldana, Cichero y Bañado Norte, pertenecientes a esa jurisdicción parroquial, y culminarán la jornada con la celebración de la misa a las 19, en ese templo.

La misión de este año tiene la particularidad de que se desarrollará en el marco del año vocacional que vive la arquidiócesis, "por lo tanto, la orientación o el espíritu que tiene la misión es netamente vocacional", explicaron los seminaristas, quienes aclararon al mismo tiempo que a esta misión están invitados los candidatos que deseen ingresar al seminario: "Es fundamental que estén, porque, de alguna manera, la misión es un elemento de discernimiento para ellos", señalaron.

Con respecto a los ejes y los lugares en los que misionarán, los futuros sacerdotes explicaron que "vamos a los más necesitados, los enfermos, los privados de su libertad, a los más humildes, a los que necesitan de nuestra presencia".

Manifestaron también que "no hay nada más importante dentro de la dinámica del Evangelio que la comunidad cristiana, que tiene esta particularidad: se mueve dentro de los parámetros de la fraternidad, en el vivir en fraternidad evangélica; por lo tanto, la fraternidad nos ayuda a trabajar el servicio a los demás, siempre desde la caridad".

Finalmente, los seminaristas coincidieron en que los ejes en torno a los cuales girará la misión "son fundamentales para hacer un buen discernimiento vocacional, en el servicio a la Iglesia, que siempre se lo hace desde la unidad, desde la comunión fraterna, sirviendo a los demás en caridad".