Jesi y Santi eran viajeros solitarios. Se conocieron en el camino, se enamoraron y ahora recorren juntos el país. Proyectan vivir y trabajar en el exterior por medio de La Volva Sin Rumbo.
Jesi y Santi son de Buenos Aires. Ella tiene 34 años, es de Saladillo. Él tiene 36 y es de Lanús.
Mientras Jesi se dedicaba al rubro gastronómico y organización de eventos, Santi trabajó durante muchos años en un banco. Los dos, cansados de cumplir rutinas, decidieron dejar todo lo conocido y lanzarse a viajar. En el camino, se encontraron y ahora transitan su recorrido juntos.
"Yo viajaba de manera tradicional, porque en ese momento tenía tres negocios, los cuales solo me permitían viajar un mes como máximo", relató Jésica. "Pasó el tiempo y quería dedicarme a viajar de una manera más tranquila, por lo que decidí cerrar un comercio y quedarme con la organización de eventos y un foodtruck", continuó. Hasta que, en 2019, decidió ir a pasar la temporada de invierno a Bariloche y en ese lugar conoció a Santiago García, que había viajado ahí por su cuenta.
Con un proyecto de vida en común y ganas de dejar huellas, comenzó la historia de esta pareja con un mismo espíritu aventurero que tiene como destino final llegar a México. "Con Santi siempre recordamos esa vez que nos conocimos. Nuestras charlas se trataban de viajes, los lugares en donde habíamos estado", contó Jesi. "Lo mejor de todo fue escuchar que ambos teníamos las mismas ganas de vivir y viajar en una motorhome o casita móvil, ese es un mismo deseo que nos sigue uniendo", detalló. Después de ese primer encuentro en Bariloche, volvieron juntos a trabajar en el foodtruck de Jésica en Buenos Aires.
Esos sueños compartidos los llevaron a buscar, en diciembre de 2019, una casita móvil. Sin importar la marca, tenía que ser una que tuviera las comodidades que les permitiera vivir en ella, según explicó Jesi.
Una casa con ruedas
Desde Saladillo, viajaron a Mar del Plata en busca de una Chevrolet que habían visto en redes, pero sabían que no iba a tener las comodidades que ellos buscaban. Sin embargo, quince minutos después, vieron una Volskwagen que les llamó la atención por tener la pintura de un búho con ojos brillantes en su exterior. "Fue amor a primera vista, nos encantó el búho, que sea combi y que además cumplía la condición que necesitábamos para vivir y viajar al mismo tiempo. Dijimos sí, la queremos y la compramos", mencionó.
En enero de 2020, la llevaron al taller de chapa y pintura en Saladillo para cambiar el frente de La Volva Sin Rumbo (el nombre que decidieron para la combi). "Pensamos que, a los meses, estaría lista y podíamos empezar el viaje, pero no", lamentó Jésica.
Es que el comienzo de la pandemia los obligó a postergar la aventura, pero no les quitó las ganas. Estudiaron rutas que seguir y también cómo remodelar el interior de la combi para equiparla mejor.
"Aprovechamos el comienzo de la cuarentena para agregar un panel solar, calefón para el agua y demás cositas que nos estaban haciendo falta", detalló Jésica. La Volva, que hasta ese momento estaba sin rumbo, salió del taller en noviembre de 2020. Y aunque Jesi y Santi ya habían perdido casi un año de viaje, seguían con su proyecto en marcha.
Del sueño a la realidad
En septiembre de 2021, con chapa, pintura y todas sus modificaciones, decidieron llevarla a un mecánico especialista de combi para que ultime los detalles y obtener el permiso de verificación técnica vehicular (VTV). Finalmente, el 28 de febrero de 2022, cargaron sus cosas y siguieron la ruta para cumplir lo que hasta entonces era solo un proyecto más de vida.
"Ese día comenzó nuestro sueño, lo seguimos viviendo así", dijo Jesi. "A medida que pasa el tiempo y estamos en un destino, vemos que hay una cantidad enorme de viajeros con los que pudimos compartir o intercambiar ideas", agregó.
Aunque la familia de Jesi y Santi hubieran pensado que la aventura era una locura, hoy todo su apoyo los acompañó para desembarcar en Corrientes, luego de recorrer Buenos Aires, Córdoba, Santiago del Estero, Chaco,Tucumán, Salta y Jujuy. "Llegamos el jueves 16 y después queremos seguir recorriendo la ruta 12 hasta llegar a Misiones, luego cruzar a Paraguay e ir a Brasil", enumeró.
Sin tiempos ni apuros, solventan su viaje vendiendo artesanías, manualidades o merchandising que fueron ideando en el tiempo libre que tuvieron en pandemia, y mantienen su objetivo de cumplir con su Proyecto México.
"En realidad, queremos recorrer toda América, pero este nombre que le pusimos a nuestro sueño fue más un tope, porque todavía no tenemos visa para entrar a Estados Unidos, aunque no descartamos la posibilidad de hacerla en camino cuando estemos cerca", explicó Jésica.
"También queremos trabajar allí, ya sea organizando eventos o en turismo porque vemos que dedicarse a esto en otro país puede llegar a ser un poco más sustentable para poder vivir y crecer con eso", cerró.