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Se termina el aporte de las represas y prevén un agravamiento de la bajante

Advierten que el caudal actual, aunque escaso, es ficticio y que en las próximas semanas el nivel del Paraná será aún menor. La marca en Corrientes ayer fue de 0,25 metros.

El río Paraná lleva más de dos años en bajante y el escaso caudal que mantiene es solo comparable con su momento más crítico desde que se tienen registros. A nivel nacional y local se tomaron diversas medidas paliativas, pero lo cierto es que algunas de esas alternativas están próximas a agotarse, por lo que prevén que la situación se agravará en las próximas semanas.

El registro de la Prefectura Naval Argentina ayer en la costa correntina fue de 0,25 metros, pero esta marca sería aún menor en los próximos días. Hasta el momento, se viene sosteniendo una relativa estabilidad dentro del crítico panorama, pero eso se está dando por cuestiones artificiales: básicamente, por la liberación de agua por parte de las represas que se encuentran río arriba.

Con Yacyretá trabajando a un 50 % justamente por el escaso caudal y el resto de los embalses en situaciones similares, se espera que este aporte se frene en las próximas jornadas, lo que genera aún más alarma por diversos motivos.

Juan Borús, subgerente del Instituto Nacional del Agua (INA) expresó en este sentido que “estamos con una situación un poco engañosa, porque hubo algunas lluvias en las últimas semanas en lugares que permiten cierta estabilidad”.

Además, el ingeniero agregó que “parte de lo que se recibe en caudal es de los embalses que hay en la cuenca del Paraná en Brasil y del río Iguazú, pero no tenemos una situación natural”. Por eso, el especialista alertó que en cuanto esa situación deje de ocurrir, va a volver una tendencia descendente incluso más marcada.

“La falta de lluvias por un lado y las reservas en los embalses por el otro están promoviendo y produciendo esa falsa sensación de tranquilidad, pero se está agotando y lo vamos a sentir”, advirtió Borús.

Con respecto a la tendencia meteorológica para lo que se viene, el panorama sigue siendo alarmante. La escasez de lluvias se mantendrá al menos hasta el 31 de octubre y aún se desconoce qué puede pasar en el último bimestre del año.

Dificultades

La pronunciada bajante trae aparejada dificultades de diversa índole y en una situación extrema como la actual, las condiciones del río pasan a ser un fuerte motivo de preocupación.

En primer término, sigue latente el temor por los problemas que pueden darse con las tomas de agua para la potabilización. En Corrientes capital debieron realizar varios ajustes en la bomba de extracción para garantizar el servicio y en algunas localidades del interior tuvieron que cambiar de lugar los mecanismos.

Desde Aguas de Corrientes expresaron que los usuarios deben estar tranquilos porque el servicio está absolutamente garantizado, justamente gracias a las intervenciones hechas por la empresa para que el agua siga llegando sin dificultades a los hogares.

En cuanto a la navegabilidad siguen las complicaciones. Por un lado, se redujo el tránsito de barcazas por la escasa profundidad del río y por el otro, muchos de los navegantes particulares deciden no salir al río por temor, ya que pueden tener inconvenientes y hasta generarse accidentes. Justamente por esto, la Prefectura Naval insistió con un pedido de mayores cuidados para reforzar la seguridad en el Paraná en esta etapa de bajante extrema.

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RIO PARANÁ BAJANTE HISTÓRICA

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