El Arzobispo de Corrientes remarcó, durante la Vigilia Pascual, la falta de acompañamiento de los organismos públicos con los indigentes en la ciudad de Corrientes.
La Semana Santa y el Triduo Pascual llegan hoy a su fin con el "Domingo de Resurrección", fecha en que se conmemora la vuelta a la vida de Jesucristo al tercer día de su crucifixión. Ayer, la "Vigilia Pascual" tuvo lugar en la iglesia Nuestra Señora del Rosario y fue presidida por el arzobispo de Corrientes Andrés Stanovnik.
La ceremonia comenzó a las 21 en al atrio del templo con la bendición del "fuego nuevo" a través del cual encendieron el cirio pascual. En medio de la oscuridad brilló la luz, un símbolo de la vida nueva de Jesucristo resucitado que avanzó hacia el altar acompañado de las velas de los fieles presentes.
En su discurso principal, Stanovnik llamó a la acción del Estado ante la crisis económica que deja "cada vez más personas en situación de calle". A la vez que reiteró la propuesta de "caminar juntos" en torno a la visión del sínodo impulsada por el Papa Francisco.
"Como creyentes en Jesucristo resucitado seamos misioneros de la esperanza, luz en medio de las tinieblas, sobre todo allí donde hay hermanos y hermanas que sufren por la falta de alimento, de abrigo, de una palabra cercana y amiga. En nuestra ciudad hay cada vez más personas en situación de calle que reclaman nuestra presencia cristiana y, sobre todo, la acción humanitaria de los organismos públicos. Es insuficiente el plato caliente que les brindan los jóvenes del Buen Samaritano a través de quienes se refleja la mano bondadosa de Dios y a quienes va nuestro reconocimiento y aliento. La autenticidad de nuestra celebración pascual, la sinceridad de nuestra alegría por Jesucristo resucitado y la coherencia de nuestro saludo pascual serán verdaderos si también ellos lo pueden experimentar junto con nosotros", fue el contundente mensaje que dejó ayer Stanovnik en el altar mayor de la catedral.
"En ese saludo (en referencia al saludo pascual) llevamos la alegría de poder encontrarnos presencialmente, lo que constituye un signo inconfundible de que fuimos creados para caminar juntos tanto en la Iglesia como en la sociedad. Y, al mismo tiempo, no olvidamos a tantos hermanos y hermanas que fueron marcados por el dolor a causa de la pandemia y a los que sufrieron las consecuencias de los incendios", cerró en su mensaje.
Hoy las misas en la catedral continuarán a las 9, 11, 18, 20 y 22.