A más de un mes del inicio de los trabajos de ampliación de sumideros que complicaron el tránsito en pleno centro de la ciudad de Corrientes, la obra finalizó y la circulación en la zona se normalizó.
La esquina afectada por la presencia de máquinas y un vallado durante más de un mes es la intersección de las calles San Martín y La Rioja.
El tiempo indicado para la finalización de los arreglos en el sector se extendió, ya que fuentes oficiales de la Comuna habían indicado a El Litoral que estaba previsto que la obra culminase hace una semana y media.
La intervención de esta esquina se enmarcó en los trabajos integrales para la mejora de los sumideros de la calle San Martín, que iniciaron en junio.
Desde ese momento se intervinieron diversas esquinas, en una obra realizada por tramos.
La obra pluvial en la zona céntrica generó serios problemas de tráfico, especialmente durante horas pico, cerca del mediodía y a la tarde, debido a la reducción del área de circulación.
Los inconvenientes en el tránsito se agravaron debido a que la calle San Martín es el corredor que toman varias líneas del transporte urbano.
Antes de que la zona recupere el total de su ancho de circulación y se normalice el tráfico, las unidades de transporte público debieron dejar a los pasajeros en el medio de la vía pública.
Durante el tiempo que duraron las tareas de ampliación de sumideros y reparación del pavimento, las largas filas de vehículos se convirtieron en una postal corriente de las mañanas y las tardes en el microcentro capitalino, junto a las pesadas maquinarias, los operarios de la Comuna y los agentes de tránsito.
Historia
Otra intervención de las redes pluviales se hizo en 2012, cuando consideraron que era una obra “histórica para la ciudad”, para cuadruplicar la capacidad de desagüe del agua de lluvia en ese sector del casco céntrico, que escurre hacia el pluvial que corre paralelo a la cuenca del arroyo Salamanca, en el tramo entre San Lorenzo y Salta.
El objetivo fue morigerar los anegamientos que provocan en toda la zona las precipitaciones, principalmente cuando llueve mucho en poco tiempo, para lo cual la inversión rondó el millón de pesos, financiada con fondos de la Confederación Andina de Fomento (CAF).
Especialistas pusieron en duda —en diálogo con El Litoral— los materiales utilizados en la actual intervención de los desagües, lo que implicaría nuevas fallas en las conexiones de los tubos y sumideros, que produce los socavamientos y hundimientos en la calle, algo que viene ocurriendo de manera habitual en los últimos años.
