En 1960, investigadores de la famosa universidad estadounidense vaticinaron que el final de la existencia humana llegará en noviembre de 2026. ¿Será cierto?
A lo largo de la historia, han surgido numerosas teorías y predicciones sobre el fin del mundo que han capturado la atención y la imaginación de las personas. Sin embargo, a medida que el tiempo avanza, muchas de estas teorías han sido desacreditadas y han resultado ser incorrectas.
Una de las hipótesis más populares sobre el fin del planeta surgió a partir de una interpretación errónea del calendario maya. Algunos creían que el mundo llegaría a su fin el 21 de diciembre de 2012, basándose en la supuesta finalización de un ciclo en el calendario maya. Sin embargo, los expertos en la cultura maya aclararon que este día simplemente marcaba el final de un ciclo y el comienzo de otro, sin ninguna connotación apocalíptica. El 22 de diciembre de 2012 llegó sin incidentes, desmintiendo esta opción.
Previo a todo esto la fecha del 6 de junio de 2006 (6/6/2006) había sido asociada con teorías apocalípticas debido a la numerología y a la conexión con el número 666, que en algunos contextos se asocia con el diablo o el mal. Sin embargo, tampoco pasó nada.
¿Qué dijo Harvard sobre el fin del mundo?
Ahora bien, a pesar de que todas estas famosas suposiciones han fallado, aún hay una que sigue vigente. Heinz von Foerster, Patricia M. Mora y Lawrence Amiot fueron reconocidos científicos de Harvard. En 1960 estuvieron a cargo de un trabajo donde se delata la fecha de este acontecimiento.
En el ensayo matemático, los científicos usaron una ecuación para calcular la terrorífica fecha: será el 13 de noviembre del 2026. Según los autores, la causa no será culpa de un meteorito, ni del cambio climático, ni de un evento catastrófico sino que será el desproporcionado aumento de la población de forma acelerada, una sobrepoblación.
Un informe que podría alarmarnos
Las palabras de este estudio así lo relataban. “Nuestros tataranietos no se morirán de hambre, pero serán exprimidos hasta la muerte. Ese día, la población humana se acercará al infinito si crece como ha crecido en los últimos dos milenios”.
Además, el informe también hizo referencia al poco control del ser humano: “No hay necesidad de esperar hasta que un mecanismo externo influya en la actividad humana. Dado que el entorno del hombre está cada vez menos influenciado por las ‘fuerzas naturales’ y más y más por las sociales determinadas por nuestra especie. Somos nosotros los que debemos tomar el control de nuestro destino”