En cuestión de tan solo dos semanas, muchas cosas han empezado a cambiar en Oriente Próximo. Tras haber descabezado a Hizbolá en el Líbano, al desbaratar tanto a sus principales líderes como a su estructura de mandos intermedios, Israel espera haber tomado finalmente la iniciativa en su pulso contra Irán. Algo que no ha conseguido alcanzar durante el año de brutales combates en Gaza como respuesta a la ofensiva terrorista perpetrada por Hamás. Entre los ignorados ruegos de Estados Unidos para no intensificar el conflicto (una guerra total ayudaría a Trump en las elecciones previstas en cuestión de un mes), Israel contempla el actual momento como una ocasión demasiada buena como para no ser aprovechada. Sobre todo, si se puede asestar un golpe decisivo a la amenaza de Teherán, el epicentro del llamado «eje resistencia» que ha terminado por unir a Israel con gran parte de sus vecinos árabes. En esta sangrienta búsqueda de un nuevo equilibrio de poder que facilite la pacificación de Oriente Próximo, el calendario se ha convertido en una palanca de cambio por la fuerza. Si los ayatolás dispusieran ahora de su propio arsenal nuclear, no se habría abierto ninguna ventana de oportunidad. Al no logar la inmunidad nuclear, al estilo de Corea del Norte , la teocracia de Irán no ha hecho más que multiplicar su vulnerabilidad. Ya que se ha limitado a esconder en un profundo búnker a su líder supremo sin responder a la amputación de su principal tentáculo.Noticia Relacionada estandar Si Una Beirut colapsada por los desplazados despide a Nasralá bajo los drones de Israel Mikel Ayestaran | Enviado especial a Beirut El riesgo de un conflicto a gran escala se mantiene abierto e Israel extiende sus operaciones a Yemen, donde ha bombardeado Hodeida y el puerto Ras Isa Para Israel , estas dos últimas semanas han permitido cambiar la narrativa de incapacidad y confusión generada por la respuesta al asalto terrorista del 7 de octubre. Tanto los servicios de inteligencia, las fuerzas armadas como el Gobierno han aprovechado la oportunidad para revertir la humillación sufrida hace un año, la derrota ante la opinión pública internacional y las acusaciones de genocidio ante la Corte Internacional de Justicia. Mientras se ultiman los preparativos para una incursión más o menos limitada en territorio libanés, acompañada de ataques adicionales en su vecindario, Netanyahu ha vuelto a resucitar.