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El bloqueo de la frontera dejó a miles de venezolanos varados en su propio país

Una exigua fila de venezolanos se concentraba a primera hora de la mañana del viernes en el paso fronterizo de San Antonio de Táchira, en Venezuela, con la localidad colombiana de Villa del Rosario, según relataban a ABC varios testigos. Sin petate ni maleta, tan solo con la identificación y los papeles que acreditaban estar enfermos y ser pacientes crónicos –en su mayoría oncológicos– con tratamiento en Cúcuta (Colombia) debido a la crisis económica y sanitaria que sacude el país.La Guardia Nacional Bolivariana había cerrado el Puente Simón Bolívar –uno de los pasos clave, que conecta el estado Táchira con el departamento Norte de Santander–, tras la orden de bloqueo por tierra y aire con Colombia, bajo el argumento de una supuesta «conspiración internacional» durante la investidura de Nicolás Maduro . Acaso, también para prevenir el éxodo de quienes tuvieron la ilusión del regreso de Edmundo González Urrutia y, con ello, tomar el camino de vuelta a casa. Desde el pasado 3 de enero y hasta ayer, alrededor de 1.500 personas al día han recorrido a pie los 315 metros de este paso fronterizo (por la derecha se sale de Venezuela y por la izquierda se entra) que les separaba de Colombia, echándose a la espalda un equipaje de incertidumbre y miedo. Al otro lado del puenteEllos optaron por contemplar desde el otro lado del puente el desenlace del 10 de enero, el día en que, a la postre, Nicolás Maduro dio otro golpe al pueblo de Venezuela y juró como presidente para el próximo sexenio y cumplir, así, 18 años en el poder. No confiaron y, ante la duda, prefirieron adelantarse al previsible bloqueo. Otros, sin embargo, se animaron a esperar un poco más en tierra venezolana, siguiendo minuto a minuto el desarrollo de la asunción de Maduro y las reacciones de la oposición. Y, así, quedaron varados en su propio país.El pasado martes, el gobernador chavista del estado de Táchira, Freddy Bernal, había asegurado que la paz reinaba en el territorio y que «las autoridades policiales y militares tienen absoluto control en los 164 kilómetros que conforman la línea limítrofe». El «absoluto control» se tradujo en el cierre fronterizo a las cinco de la madrugada del viernes y hasta el próximo lunes, primero con contenedores, que más tarde fueron retirados para habilitar un paso humanitario para enfermos venezolanos. Soldados colombianos patrullan las llamadas «trochas», senderos ilegales en la frontera entre Colombia y Venezuela, cerca del Puente Internacional Simón Bolívar AFPEl flujo de personas había comenzado a crecer en este icónico puente tras varios días de escaso tránsito debido a las fiestas de diciembre. «Entonces cruzaron hacia Venezuela muchas personas para pasar las fiestas con su familia. Venían principalmente desde Colombia, Ecuador y Perú. Pero a partir del 3 de enero comenzaron a salir por esta frontera hacia sus países de acogida, porque temían el cierre. Apuraron su paso para abandonar el país», explicó a ABC Jonathan Maldonado, periodista de San Antonio del Táchira. Pasaportes caducadosCon el nuevo año, el Simón Bolívar recuperó el flujo de migrantes: cada día, unos 500 venezolanos con pasaporte en vigor, y entre 900 y 1.000 con su cédula de identidad caducada. Las cifras no son oficiales, explica Maldonado, pues hace mucho que el Estado venezolano no ofrece datos oficiales. Muchas fuentes que trabajan con asuntos migratorios hacen sus estimaciones y entregan la información a los interesados con una condición: no revelar su identidad. De esta manera, se estima que por los cuatro puentes fronterizos que están activos en Táchira en total salen entre 3.000 y 3.500 personas cada día, que en su mayoría se suman a los ocho millones de venezolanos que salieron de manera forzada en la última década. Otros forman parte de la migración pendular: llegan al municipio colombiano de Cúcuta para realizar trámites, ir a consultas médicas, hacer compras o visitar familiares. Y ha sido precisamente el Puente Internacional Simón Bolívar escenario de la crisis migratoria e histórica de este castigado país. Es también uno de los pasos fronterizos más dinámicos. Durante 2024, más de 230.000 personas cruzaron por aquí, siendo el Simón Bolívar el más utilizado por los migrantes venezolanos. Desde enero hasta diciembre del año pasado, el tránsito alcanzó cifras récord. Según William Gómez, experto en temas fronterizos, se registraron 52.500 cruces durante el primer semestre del año. Y después de las elecciones presidenciales de julio, el flujo migratorio se incrementó: entre agosto y diciembre, 185.000 personas abandonaron Venezuela, con un promedio de 1.850 migrantes cada día. Horas de entrevistasMaldonado explicó que se han intensificado mucho los controles. «Hay mucho control para la persona que está ingresando y si es extranjero es un control mucho más estricto y muchas más horas en entrevistas. La DGCIM (Dirección General de Contrainteligencia Militar) se encarga de ese proceso». Esa interpelación se produce en una habitación y puede durar una hora y hasta tres.Antes de celebrarse las elecciones presidenciales, Machado advirtió a los países vecinos de Venezuela, como Brasil y Colombia, que si Maduro buscaba mantenerse en el poder por un sexenio más y por la fuerza, eso conllevaría a que en menos de un año dos, tres, cuatro o cinco millones de venezolanos huyan y se incorporen a «la mayor ola migratoria que hemos visto hasta ahora».

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