El Tribunal Constitucional rumano validó este lunes la primera vuelta de las elecciones presidenciales, según anunció su presidente, Marian Enache, que confirmó además que la segunda vuelta tendrá lugar según lo previsto, el 8 de diciembre, entre la conservadora liberal Elena Lasconi y el ultra prorruso Călin Georgescu . El Tribunal rechazó por unanimidad el recurso del líder del Partido Nacional Conservador rumano, Cristian Vasile Terheş, y validó el resultado, tras un segundo recuento que, según la autoridad electoral rumana BEC, apenas varió el resultado. Ese segundo recuento no ha incluido, sin embargo, los aproximadamente 640.000 votos de la diáspora, lo que daba lugar este lunes a las primeras críticas. Terheș se quejaba este lunes, además, de que un número indeterminado de votos pasaron de Ludovic Orban, que se retiró de la carrera, a la candidata de la USR Elena Lasconi, pero el tribunal considera no relevante lo hallado en el segundo recuento. El jefe de la Autoridad Electoral Permanente, Toni Greblă, responsable de los datos sobre lo que estableció su decisión en Tribunal Constitucional, explicó que las diferencias halladas entre el primer y el segundo recuento «no son relevantes». Georgescu, seguro todavía de conseguir la Presidencia el próximo domingo, guarda silencio. Su poderosa campaña en redes ha sido retirada y su peor enemigo es una posible gran movilización del electorado, como ha ocurrido en las elecciones parlamentarias.Otro importante recuento del que estaban este luens pendientes los rumanos era precisamente ese, el de las parlamentarias del domingo, que han dado la victoria al socialdemócrata Marcel Ciolacu, con el 23,8 % de los votos. Las fuerzas europeístas sumarían en conjunto cerca del 57 % de los votos. Sin embargo, la ultranacionalista Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), partido al que anteriormente perteneció Georgescu y que apoya su candidatura a la Presidencia, ha quedado en segundo lugar con el 17,8% de los votos. En tercera posición, el gobernante Partido Nacional Liberal (PNL) de centroderecha), con alrededor del 15 %, y en cuarta la formación nacionalista de centro Unión Salvar Rumanía (USR), con el 15 %.Noticia Relacionada estandar Si Los socialdemócratas resisten en Rumanía el empuje de los partidos ultra Rosalía Sánchez En los próximos días se esperan difíciles negociaciones de coalición También entran en el Parlamento, tras superar la barrera del 5 %, las formaciones ultraderechistas S.O.S. Rumanía, con un 7,2 %, y el Partido de los Jóvenes, con el 5,8 %. La formación de la minoría húngara, Unión Democrática de los Húngaros de Rumanía (UDMR), logra un 6,9%. Estos resultados demuestran el auge de movimientos de extrema derecha en uno de los países más pobres de la UE y que coquetea cada día más abiertamente con dar un giro a su política exterior y reorientarla hacia Rusia.Estos resultados demuestran el auge de movimientos de extrema derecha en uno de los países más pobres de la UE Prueba de ello son también los crecientes actos públicos de grupos relacionados con el Movimiento Legionario Corneliu Zelez, nostálgico con el fascismo de los años de la II Guerra Mundial, que han vuelto a salir a la calle en varias ciudades rumanas. La Fiscalía General de la nación ha tomado nota de la identidad de no pocos participantes y el expediente se conectará con la investigación ya en marcha sobre la causa penal por delitos previstos en la Ordenanza Nº 31 de 2002, relativa a la prohibición de organizaciones, símbolos y actos de carácter fascista, legionario, racista o xenófobo, inscrita en la Corte Imperial de Justicia de Ilfov. Los participantes son acusados de promover en público ideas, concepciones o doctrinas fascistas, un delito que la ley rumana castiga con prisión de hasta tres años. «Estamos asistiendo a una crisis de la racionalidad en la política«, juzgaba anoche el catedrático de Ciencias Políticas Sergiu Movimentoiu, „ya no es válida la forma clásica de ver las cosas, debido a la multiplicación sin precedentes de \'influencers\' y de la nueva forma en que las personas se informan y crean una autoeducación basada en información que no tiene nada que ver con lo comprobado. Esto afecta, obviamente, a electorados de Estados Unidos, de países europeos y ahora se manifiesta también en Rumanía, contra un sistema al que se culpa de la suma de todos los males de la sociedad, desde la corrupción, hasta el cultivo de intereses particulares a través de los partidos clásicos, instituciones repudiadas en las que ya no se confía«. »En la sociedad rumana, el efecto es si cabe más grave, porque existe una mayor brecha entre los ciudadanos y la toma de decisiones públicas«.