Los bielorrusos están este domingo convocados a participar en un paripé electoral con el que el actual presidente del país, Alexánder Lukashenko , de 70 años de edad y estrecho aliado de Rusia en su ofensiva contra Ucrania, se propone continuar en el poder cinco años más. Este será ya su séptimo mandato desde 1994, de manera que lleva más de 30 años al frente del país . Y siempre aplicando mano de hierro, especialmente desde agosto de 2020, cuando falsificó su reelección y estuvo cerca de ser derrocado por una revuelta que terminó aplastando sin miramientos y cuyas consecuencias se hacen sentir hoy con mayor intensidad que nunca.La oposición, con sus principales líderes en la cárcel o en el exilio, no ha podido levantar cabeza desde 2020 y la prensa independiente hace tiempo que está prohibida. De ahí la ausencia total de garantías que permitan validar los actuales comicios como legítimos, son un simple trámite fraudulento para que Lukashenko siga ocupando la Presidencia. Tanto la Unión Europea como Estados Unidos han tachado de «farsa» las votaciones de este domingo.La Comisión Europea rechaza que estos comicios puedan ser calificados de democráticos. La Alta Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Kaja Kallas , subrayó este domingo en X que Lukashenko «carece totalmente de legitimidad» y lamentó que, sin duda alguna, «se proclamará de nuevo vencedor en otra farsa electoral», según sondeos claramente amañados, con más del 80% de supuestas intenciones de voto. La portavoz de Política Exterior de la UE, Anitta Hipper , dijo en la víspera que estas elecciones «son un acontecimiento completamente antidemocrático». La líder de la oposición bielorrusa en el exilio, Svetlana Tijanóvskaya , ha declarado que «nadie podrá dar por buenos los resultados» de estos comicios.Noticia Relacionada estandar Si Putin, proclive a negociar con Trump el final de la guerra en Ucrania pero insiste en exigencias inaceptables para Kiev Rafael M. Mañueco | Corresponsal en Moscú Tras la toma de posesión de Donald Trump, las esperanzas del Kremlin empiezan a desvanecerse bajo el peso de las advertencias que están llegando ya desde la Casa BlancaLos colegios electorales abrieron sus puertas a las ocho de la mañana y así permanecerán hasta las ocho de la tarde del domingo. Según la Comisión Electoral Central, se han habilitado 5.325 mesas de votación . Además de Lukashenko, concurren otros cuatro candidatos, «compañeros de baile», como les llama incluso la prensa oficialista, que no oculta el papel de comparsa que representan. Son el jefe del Partido Liberal Democrático, Oleg Gaidukévich , el jefe de fila de los comunistas, Serguéi Sirankov , el presidente del Partido Republicano del Trabajo y la Justicia, Alexánder Jizhniak , y la empresaria y diputada independiente Anna Kanopátskaya, la única mujer en liza y la única que se ha permitido algunas críticas al sistema y que exige la liberación de los más de mil presos políticos que hay en las mazmorras del país.La organización de Derechos Humanos Viasna, vetada en el país por ser considerada «extremista» calcula que en Bielorrusia hay unos 1.250 presos políticos, incluso después de haber sido indultados más de 250 en los últimos meses. Muchos de los liberados estaban gravemente enfermos, tenían avanzada edad o estaban cerca del final de sus condenas. Sin embargo, dirigentes opositores de primer orden, como Serguéi Tijanovski , marido de Tijanóvskaya, Valeri Tsepkalo , Ales Bialiatski , María Kolésnikova o Víctor Babariko , siguen en prisión.El dictador bielorruso ha advertido que esta vez no habrá protestas tras las elecciones, como en 2020, y ya, desde el sábado, se han empezado a bloquear numerosas páginas de Internet y los VPN. Existe la amenaza de que, en caso de que se produzcan intentos movilizadores, Internet quede completamente inaccesible. No ha habido prácticamente campaña electoral alguna. Lukashenko dijo que no participaría en ningún debate electoral por «falta de tiempo» ante los numerosos asuntos de Estado que supuestamente reclaman su atención. Él fue uno de los pocos diputados que votó en contra de la independencia de Bielorrusia en 1991. Hasta aquel momento había dirigido un \'Sovjoz\', cooperativa agraria comunista, cerca de la ciudad de Mogiliov, junto a la frontera con Rusia. Tras ser elegido diputado, el antiguo responsable agrario fue puesto al frente de un comité anticorrupción, que le hizo ganar popularidad.Venció por primera vez en unas presidenciales en 1994 bajo la bandera de la unión con Rusia, con el objetivo declarado de restablecer algo parecido a lo que fue la URSS. Nada más llegar al poder, Lukashenko restableció la vieja bandera de la Bielorrusia soviética y muchos otros símbolos e instituciones del antiguo régimen comunista, incluido el denostado KGB.