La esposa del depuesto presidente sirio Bashar al Assad , Asma al Assad, nacida en el Reino Unido, no está solicitando el divorcio ni tiene planes de regresar a Londres, según ha afirmado un portavoz del Kremlin , desmintiendo así los informes que empezaron a circular en medios turcos y que se extendieron rápidamente a la prensa internacional. Estos informes indicaban que Asma, quien vivió una vida de lujo en Siria como primera dama, estaría considerando poner fin a su matrimonio y abandonar Rusia, donde ella y su esposo se encuentran actualmente en exilio. Ante las preguntas sobre estas informaciones, Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin , declaró que tales reportes «no corresponden a la realidad».Las especulaciones sobre su situación en Moscú surgieron después de que los medios turcos informaran que Asma al Assad estaba viviendo bajo severas restricciones en la capital rusa y que había solicitado un divorcio de Bashar al Assad. Además, la información indica que ella desea regresar al Reino Unido, donde nació, debido a su insatisfacción con las condiciones de vida en el exilio y también a su estado de salud, ya que fue diagnosticada con leucemia en mayo de este año.Asma al Assad, de 49 años, nació en el Reino Unido en 1975, hija de Fawaz Akhras, un cardiólogo sirio, y Sahar Akhras, diplomática que trabajaba en la embajada siria en Londres. Creció en el barrio de Acton, al oeste de la ciudad, y estudió en el King\'s College de Londres, donde se graduó en informática. Tras completar su educación, trabajó en importantes instituciones financieras como el Deutsche Bank y JP Morgan. Su relación con Bashar al Assad se consolidó cuando él se mudó a Londres en 1992 para formarse como oftalmólogo en el Western Eye Hospital, y se casaron en el 2000.A lo largo de su tiempo como primera dama de Siria, Asma fue objeto de una importante atención mediática, especialmente en Occidente. En 2011, la revista Vogue la describió como «una rosa en el desierto», por su belleza física y su aparente influencia reformista sobre su esposo. Sin embargo, su imagen se desplomó rápidamente cuando, en el mismo año, comenzó la brutal represión de las protestas pro-democracia que desembocaron en la guerra civil siria. Esta guerra, que ya ha dejado más de 500.000 muertos y millones de refugiados, ha estado marcada por acusaciones internacionales contra el régimen de Assad, incluido el uso de armas químicas contra civiles.A pesar de las críticas, Asma al Assad se ha mantenido al lado de su esposo durante todo este tiempo. En el 2016, en una entrevista con la televisión rusa, reveló que rechazó una oferta de salida segura del país, y eligió quedarse en Siria para apoyar a su marido. En el 2018, fue diagnosticada con cáncer de mama, del cual se recuperó, pero en mayo de este año se le diagnosticó leucemia. Se cree que el tratamiento médico es uno de los factores que la motivan a considerar la posibilidad de regresar a Londres, ya que además conserva la nacionalidad británica. Sin embargo, su situación en el Reino Unido es complicada. En una sesión parlamentaria de este mes, el ministro de Exteriores, David Lammy, reiteró que Asma está incluida en las listas de sanciones internacionales y que «no es bienvenida en el Reino Unido». De hecho, la familia Assad está bajo sanciones tanto del Reino Unido como de la Unión Europea y Estados Unidos. Sin embargo, según las autoridades rusas, Asma no ha solicitado oficialmente su regreso a territorio británico. Además de su vida personal, la situación financiera de los Assad también ha sido un tema de discusión. Se ha informado que los activos del expresidente Assad, incluidos más de 270 kilogramos de oro y varios inmuebles en Moscú, han sido congelados. Peskov, el portavoz del Kremlin, negó estas acusaciones, calificándolas de infundadas. En cuanto a Bashar al Assad, se asegura que vive en Moscú bajo restricciones severas, y que tiene prohibido desplazarse a otras partes de Rusia.Por otro lado, en el Reino Unido, la situación financiera de la familia Assad continúa siendo objeto de investigaciones. En 2020, el tribunal británico fue informado sobre una cuenta congelada de Bashar al Assad en HSBC con un saldo de más de 51,5 millones de dólares, mientras que la unidad de crímenes de guerra de la policía metropolitana de Londres abrió una investigación preliminar sobre Asma al Assad en 2021, aunque hasta ahora no se han presentado cargos formales.