"Praedicate evangelium" entrará en vigor el 5 de junio, y sustituye la "Pastor bonus" vigente desde 1989. Confirma el reforma curial con 16 dicasterios, entre los que hay nuevos y fusiones.
El papa Francisco promulgó la constitución apostólica Praedicate evangelium sobre la Curia Romana este 19 de marzo, solemnidad de San José y noveno aniversario del inicio de su pontificado.
La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó que esta nueva constitución apostólica “sobre la Curia Romana y su servicio a la Iglesia en el mundo", entrará en vigencia el 5 de junio de 2022, solemnidad de Pentecostés.
"La nueva constitución apostólica es el fruto de un largo proceso de escucha que comenzó con las congregaciones generales que precedieron al cónclave de 2013, la nueva constitución, que sustituye a la Pastor bonus de Juan Pablo II promulgada el 28 de junio de 1988 y vigente desde el 1° de marzo de 1989, consta de 250 artículos".
El próximo lunes 21 de marzo, a las 11.30 de Roma, el texto será presentado en la Oficina de Prensa de la Santa Sede por el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, por monseñor Marco Mellino, secretario del Consejo de Cardenales, y por el padre Gianfranco Ghirlanda SJ, canonista y profesor emérito de la Pontificia Universidad Gregoriana.
El texto, subraya la nota vaticana, es el resultado de un largo trabajo colegial, que comenzó desde las reuniones del pre-cónclave de 2013 e implicó al Consejo de Cardenales con reuniones desde octubre de 2013 hasta el pasado mes de febrero, y continuó bajo la dirección del Papa con diversas aportaciones de las Iglesias de todo el mundo.
"Hay que destacar que la nueva constitución confirma un camino de reforma ya aplicado casi en su totalidad en los últimos nueve años, a través de las fusiones y ajustes que se han producido y que han dado lugar al nacimiento de nuevos dicasterios", precisó.
El texto subraya que 'la Curia Romana está compuesta por la Secretaría de Estado, los dicasterios y los órganos, todos ellos jurídicamente iguales'", puntualiza.
Entre las novedades más significativas contenidas en el documento está la unificación del Dicasterio para la Evangelización de la antigua Congregación para la Evangelización de los Pueblos y el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización: los dos responsables de los dicasterios se convierten en proprefectos, ya que la prefectura de este nuevo dicasterio está reservada al Papa. De hecho, la constitución dice: "El Dicasterio para la Evangelización está presidido directamente por el Romano Pontífice".
Además, establece que la Limosnería Apostólica, dirigida por el limosnero pontificio, cardenal Konrad Krajewski, se convierte en el nuevo Dicasterio para el Servicio de la Caridad. De este modo, explica, asume un papel más significativo en la Curia, para seguir siendo "una expresión especial de la misericordia y, a partir de la opción por los pobres, los vulnerables y los excluidos, ejerce en cualquier parte del mundo la obra de asistencia y ayuda hacia ellos en nombre del Romano Pontífice, que en los casos de particular indigencia u otra necesidad, dispone personalmente las ayudas que se han de asignar".
Otra fusión se refiere a la Comisión para la Protección de Menores, que pasa a formar parte del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, continuando con sus propias normas y teniendo su propio presidente y secretario.
Con estos cambios, la Curia Romana tendrá 16 dicasterios para: la Evangelización, la Doctrina de la Fe, el Servicio de la Caridad, las Iglesias Orientales, el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, las Causas de los Santos, los Obispos, el Clero, los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, los Laicos, la Familia y la Vida, la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el Diálogo Interreligioso, la Cultura y la Educación, la Promoción del Desarrollo Humano Integral, los Textos Legislativos y para la Comunicación.
Una parte fundamental del documento se refiere a los principios generales, en el que se establecen los 11 principios de la nueva Constitución: el “Servicio a la misión del Papa”, la “Corresponsabilidad en la communio”, el “Servicio a la misión de los Obispos”, el “Apoyo a las Iglesias particulares y a sus Conferencias Episcopales y estructuras jerárquicas orientales”, el “Carácter vicario de la Curia Romana”, la “Espiritualidad”, la “Integridad personal y profesionalidad”, la “Colaboración entre los Dicasterios”, los “Encuentros interdicasteriales e intradicasteriales”, la “Expresión de la catolicidad” y la “Reducción de los Dicasterios”.
El preámbulo recuerda que todo cristiano es un discípulo misionero. Entre los principios generales es fundamental la especificación de que todos -y por tanto también los fieles laicos- pueden ser nombrados para funciones de gobierno en la Curia Romana, en virtud del poder vicario del Sucesor de Pedro: "Todo cristiano, en virtud del Bautismo, es discípulo misionero en la medida en que ha encontrado el amor de Dios en Cristo Jesús. Esto no puede dejar de tenerse en cuenta en la actualización de la Curia, cuya reforma, por tanto, debe prever la participación de los laicos, también en funciones de gobierno y responsabilidad".
Además, se subraya que la Curia es un instrumento al servicio del Obispo de Roma y en beneficio de la Iglesia universal y, por tanto, de los episcopados e Iglesias locales. "La Curia Romana no se interpone entre el Papa y los obispos, sino que está al servicio de ambos en la forma propia de la naturaleza de cada uno". Otro punto significativo se refiere a la espiritualidad: los miembros de la Curia Romana son también "discípulos misioneros". La sinodalidad, en particular, se destaca como una forma habitual de trabajar para la Curia Romana, un camino ya en marcha, que debe desarrollarse cada vez más.
Otros aspectos contenidos en el documento son el subrayado de la definición de la Secretaría de Estado como "secretaría papal", el traslado de la Oficina del personal de la Curia a la Secretaría de Economía (Spe), la indicación de que la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (Apsa) debe actuar a través de la actividad instrumental del Instituto para las Obras de Religión.
También se establece que para los clérigos y religiosos en servicio en la Curia Romana el mandato es de cinco años y puede ser renovado por un segundo período de cinco años, al final del cual vuelven a sus diócesis y comunidades de referencia: "Por regla general, después de cinco años, los funcionarios clericales y los miembros de los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica que han servido en las Instituciones y Oficinas Curiales vuelven a la atención pastoral en su diócesis/parroquia, o en los Institutos o Sociedades a los que pertenecen. Si los Superiores de la Curia Romana lo consideran oportuno, el servicio podrá ser prorrogado por un nuevo período de cinco años".+