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Internacionales

El peor cártel suramericano ya opera en la Península: cómo el PCC introduce por Portugal cocaína en Europa

Un infiltrado de la Polícia Judiciária portuguesa (principal órgano de investigación criminal del país), de nombre en clave \'Agente Tango\', lleva un año operando en el submundo del narcotráfico marítimo bajo el alias de \'Miguel\'. Recibe una oferta casi irrechazable en Albufeira , en la región del Algarve . No la acepta de inmediato, sino que se lo piensa unos días antes de seguir adelante. Tres traficantes del PCC, el mayor cártel de Suramérica, le ofrecen un millón de euros por transportar una tonelada de cocaína desde la costa de Cabo Verde hasta Lisboa.Noticia Relacionada Al hundirse por completo estandar Si La Guardia Civil suspende el rescate del narcosubmarino de la Costa da Morte Jesús Hierro La entrada de agua en el casco lleva al fondo del mar la sección que aún quedaba a floteEl tribunal de Faro, capital del Algarve, autoriza a Tango a llevar a cabo la operación. Dice que sí a los traficantes, ve hasta dónde está dispuesto a ir el cártel. Uno de los presuntos traficantes, Gabriel C., está ansioso, quiere que alguien recoja la droga en alta mar y la traiga a Portugal. Ofrece a Miguel el pago inmediato del coste del viaje: 120.000 euros.Al mismo tiempo, un pesquero zarpa de Brasil rumbo a la isla africana, según el auto de acusación emitido por el Departamento Central de Investigación y Acción Penal (DCIAP) de Portugal a principios de este año. Un hombre del cártel sube a bordo del buque que viene de Brasil, con el cargamento: 41 fardos de cocaína.En la Gare do Oriente, una nueva zona de Lisboa construida para la Expo 98, Gabriel C., Sérgio J. y Fabrício B., «todos ellos vinculados al grupo de delincuencia organizada Primeiro Comando da Capital (PCC)», sacan de «un Audi negro» una bolsa de plástico con 60.000 euros en billetes y se la entregan a Tango. Gabriel C. promete pagar el resto del dinero cuando un barco salga de Portugal para reunirse con el que viene de Brasil. Recoge otros 60.000 euros en el Algarve. Esa noche, un pesquero encargado por el agente encubierto de la Policía lusa zarpa de la costa de Sesimbra, en el sur de Portugal. Tango se queda en tierra, pero un adulador del cártel, no identificado en el caso, sube a bordo para escoltar el transbordo y transporte de la tonelada de cocaína a Portugal. La Federación Portuguesa de Fútbol investiga las sospechas de blanqueo de dinero por agentes deportivos compinchados con el PCC en clubes de fútbolEl pesquero recorre 1.800 millas náuticas en dirección a Cabo Verde, donde tendrá lugar el intercambio. A las 21.00 horas, Tango se dirige al Burger King de Sesimbra para recoger el resto del dinero. Yosef, un argelino afincado en Sevilla, el hombre que hizo de puente entre el agente encubierto de la Policía Judiciaria y Gabriel C., entrega a Tango una bolsa de papel de la cadena FNAC que contiene unos 60.000 euros.Durante la reunión, Gabriel C. se jacta de haber alcanzado un alto cargo en la jerarquía del cártel, de tener el poder de reclutar a nuevos miembros –el «bautismo» es el ritual de iniciación del PCC–.Diez días después, todos se reúnen en la sucursal del Novo Banco de la avenida Columbano Bordalo Pinheiro de Lisboa a las 21.30 horas. Cerca de la Plaza de España, en pleno centro de la capital. «Se desplazaron a un hotel cercano para seguir» por teléfono «el transbordo de la cocaína», reza el escrito de acusación de la Fiscalía.Gabriel C. habló a través de su teléfono móvil con una persona en contacto con el buque «criminal» procedente de Brasil. «A la hora prevista para el transbordo, el buque sospechoso no se encuentra en el punto acordado», reza el escrito de acusación del DCIAP. Las comunicaciones por radio entre las dos embarcaciones fallaron, pero acabaron por avistarse al cabo de un rato.Un camión con matrícula y conductor croata estaba listo en Albufeira para trasladar la droga a Barcelona y, de ahí, al centro de EuropaFue bien entrada la madrugada, «alrededor de las 3 de la mañana», cuando las embarcaciones informaron de que el transbordo se había completado. Los 41 fardos de cocaína se dirigen a Portugal.Tras diez días de viaje, el pesquero llega al puerto marítimo del Algarve. Tango filma los fardos de cocaína en el barco, así como al «sicar» del cártel –el «encargado de ejecutar a los rivales o traidores que se cruzan en su camino» y que ha acompañado el viaje– y envía el vídeo a Gabriel C.Se reencuentran ese mismo día en Albufeira. Un camión viene a recoger el producto. Al día siguiente, Tango va a Lisboa, a instancias de los demás, para cobrar parte del pago– escalonado para evitar sospechas– y un africano le entrega 110.000 euros.El 13 de marzo, Tango regresa a Albufeira y se reúne de nuevo con los miembros del cártel. Le entregan las llaves de un Nissan Qashqai y le dicen que saque del maletero del coche una maleta con ruedas que contiene 500.000 euros. Un camionero viene de Italia a recogerlo y Tango se encarga de la entrega. Gabriel C. le pide que deje el barco en el Algarve porque tiene más trabajo.Gángster balcánicoDos días más tarde, en Vale Paraíso, Albufeira, estaban todos juntos de nuevo en la cafetería Terminal. Un camión TIR rojo con matrícula croata, aparcado en el parking de enfrente, estaba listo para cargar el producto y llevarlo al centro de Europa, vía Barcelona. El conductor croata del camión, Igor J., trabaja para la mafia balcánica, según la investigación de la Polícia Judiciária. Es un hombre fuerte, alto y hablaba con los demás en inglés. Tango cogió el camión, lo condujo hasta el lugar «seguro» donde almacenaba la cocaína, cargó los 41 fardos en el vehículo siguiendo las instrucciones del conductor. El camionero comprobó el producto y la cantidad y también lo fotografió, antes de que regresaran al café. El equipo de investigación de la Policía lusa llegó al lugar y los detuvo a todos.Cada vez aparecen más noticias en los medios de comunicación portugueses sobre las actividades y operativos del PCC en suelo luso. Los servicios de inteligencia de la policía brasileña aseguran que hay portugueses en las filas de la mayor organización de la droga en Brasil, el Primeiro Comando da Capital. En una entrevista exclusiva a la televisión SIC advierten de la presencia en Portugal de un centenar de operativos de este grupo criminal, uno de los más peligrosos de América Latina. Advierten de que el reclutamiento se lleva a cabo dentro de las propias prisiones, con el objetivo de controlar la distribución de droga en Portugal y blanquear el dinero procedente del narcotráfico a través de empresas pantalla.También en el fútbolLa Federación Portuguesa de Fútbol está investigando incluso las sospechas de blanqueo de dinero del PCC en clubes de fútbol portugueses a raíz de un reportaje publicado en el diario \'Público\'. Según el periódico, agentes deportivos intentaron blanquear dinero del cártel comprando clubes de fútbol portugueses de ligas más periféricas.De visita en Portugal, el ministro brasileño de Justicia y Seguridad Pública, Ricardo Lewandowski, admitió la existencia de un grupo de miembros de la organización criminal brasileña PCC en Portugal, garantizando que estaba «vigilante» al acecho de lo que ocurra.«Todos los países se enfrentan al crimen organizado, es posible que algunos miembros de bandas criminales hayan venido a Portugal, entre otras cosas por la facilidad del idioma y la tradicional buena acogida que Portugal da a los brasileños, que es recíproca, y eso puede haber facilitado las cosas», admitió recientemente al término de una reunión con responsables de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP), que tuvo lugar en la sede de la institución en Lisboa.Portugal ha entrado en la ruta del narcotráfico procedente de América Latina. Según el último \'Informe Mundial sobre la Cocaína 2023\', publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, existen dos vías principales para la entrada de cocaína en Europa Occidental y Central: una de ellas es la costa y los puertos de Portugal y España. El informe señala que la ubicación de Portugal –y su larga costa atlántica– convierten al país en «un punto natural de llegada de la cocaína que se descarga de los buques».La región del Algarve, además de Madeira y las Azores, destaca por el tráfico de drogas que no se oculta en cargamentos legítimos y donde la cocaína llega principalmente a través de embarcaciones de recreo.Sin embargo, «cantidades significativas» de cocaína se trafican a través de los principales puertos, como Setúbal, donde llega oculta en mercancías legales. Este distrito registró las mayores incautaciones de cocaína de Portugal en 2020.

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