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En el paso de Rafah: heridos y enfermos palestinos sí; refugiados no

Cerrado desde mayo por los bombardeos de Israel , ya está nuevamente operativo el paso de Rafah , la frontera entre la franja de Gaza y Egipto . Vía de entrada de la ayuda humanitaria, su reapertura estaba contemplada en el acuerdo de alto el fuego firmado por Israel y Hamás , que llegó el sábado a la mitad de su primera fase de seis semanas. Esa noche, tras la liberación de las mujeres secuestradas y el cuarto canje de rehenes israelíes a cambio de presos palestinos, por el cruce de Rafah salieron de Gaza los primeros heridos y enfermos para ser tratados en hospitales egipcios . En total, fueron 34 niños y tres mujeres, acompañados por 39 familiares. Su evacuación llevó un día entero por la burocracia y el papeleo habitual en estos casos, como ya ocurrió en noviembre de 2023 con la repatriación de los palestinos con doble nacionalidad que pudieron abandonar la Franja huyendo de la guerra.Mientras sigue adelante la tregua, el cruce de Rafah se prepara para que entre la ayuda humanitaria y salgan más pacientes palestinos que necesitan asistencia médica urgente. Pero Egipto no permitirá un éxodo de refugiados palestinos , como ha sugerido el presidente de Estados Unidos, Donald Trump , para «limpiar Gaza».Así lo explica a ABC el gobernador del Sinaí Norte , Khaled Megawer , en una visita al paso de Rafah, que está cerrado a los extranjeros y la prensa y al que solo se puede acceder en los viajes organizados por el Gobierno egipcio. «El presidente Trump ha dejado caer esta idea y ha dicho que va a hablar con nuestro presidente. La respuesta de Egipto está clara: lo rechazamos porque la causa palestina se perdería así y es injusto trasladar gente de una tierra a otra bajo ninguna circunstancia. Lo rechazamos completamente. El viernes, en este lugar, miles de personas que venían de todas partes del territorio egipcio se manifestaron para decir que rechazamos esta idea y que dejen a los palestinos en su tierra. Los ayudaremos con todos los medios, pero no es aceptable trasladarlos de una tierra a otra», asegura tajante el gobernador, un general que además dirige el servicio de inteligencia militar.Noticia Relacionada estandar No El Gobierno confirma que enviará a la Guardia Civil para reforzar el control fronterizo en Gaza Lorena Gamarra Desplegará a diez agentes: ocho del Grupo de Acción Rápida (GAR), y dos asignados a gestión de fronterasA pesar del traslado de pacientes palestinos, deja claro que «nadie puede quedarse en Egipto salvo que tenga un permiso por una razón específica. El motivo por el que estas personas vienen a territorio egipcio es para ser atendidos en los hospitales y ayudarlos, y luego volverán a su país». El Gobierno egipcio quiere así evitar lo que ocurrió durante los primeros meses de la guerra, cuando recibió 800 heridos para ser curados en sus hospitales y algunos siguen todavía en el país. Con el cierre de la aduana de Rafah en Gaza en mayo del año pasado, tras ser ocupada por el Ejército israelí, 690 palestinos, muchos de ellos acompañantes de los pacientes, se han quedado en Egipto. «Tan pronto como tengamos la oportunidad de reabrir el paso a los ciudadanos, serán enviados de vuelta a Gaza», anunció el gobernador. En esta ocasión, se calcula que en Gaza hay unos 12.000 heridos y enfermos que necesitan atención médica en el extranjero . De ellos, 2.500 son niños.Khaled Megawer también niega que las nuevas edificaciones levantadas recientemente en plena frontera con Gaza sean para acoger a los refugiados palestinos. «No, no, no… Esta es la nueva ciudad de Rafah. De hecho, asistí a su ceremonia de apertura el segundo día del acuerdo de alto el fuego. He leído en algunos medios que estamos construyendo algunas ciudades para los palestinos, para traerlos desde la franja de Gaza hasta aquí, pero eso no es así», explica. Según detalla, esta nueva población se debe a la zona de seguridad de 14 kilómetros de ancho y seis de largo que Egipto ha trazado en la frontera con Gaza, donde «antes llegó a haber 4.000 túneles» que conectaban con el norte del Sinaí y eran utilizados por Hamás para armarse. «La gente que vivía allí se ha mudado a la nueva Rafah, no es para los palestinos. Hubo una gran celebración y ha salido en todos los medios para explicarle a la comunidad internacional que esta ciudad no es para los palestinos , sino para la gente que vivía en esa zona de contención», señala el gobernador.Expresando la opinión de su Gobierno, que preside el general Al Sisi , insiste en que la solución al conflicto entre Israel y los palestinos es «muy sencilla: los dos Estados». A pesar del odio que se ha acrecentado en la región con esta nueva guerra, que estalló con el salvaje atentado terrorista de Hamás del 7 de octubre y ha continuado con la devastación indiscriminada de Gaza, cree que «nada es imposible» y pone como ejemplo a su propio país. «Nosotros hemos tenido muchas guerras contra Israel. ¿Quién podía imaginarse que Egipto iba a firmar un acuerdo con Israel, el tratado de Camp David, en 1979? Ya lleva vigente más de cincuenta años, nosotros vivimos en paz y ellos viven en paz. Nada es imposible. Pero tenemos que tomarnos el acuerdo muy en serio esta vez», recomienda.Precisamente, eso mismo, una guerra, es lo que quiere evitar Egipto, y también Jordania , con su negativa a aceptar refugiados palestinos. Además de recordar a la \'Nakba\' (\'Catástrofe\') de 1948 , en la que cientos de miles de palestinos tuvieron que huir de sus pueblos al perder la primera guerra contra Israel, supondría extender el conflicto a territorio egipcio. Volverían a surgir grupos armados que atacarían al Ejército hebreo y este respondería directamente contra Egipto, agravando aún la tensión en el siempre convulso Oriente Próximo .VUELVE LA AYUDA HUMANITARIA Tras la reapertura del paso de Rafah gracias al alto el fuego entre Israel y Hamás, vuelven los camiones de ayuda humanitaria a este paso fronterizo entre Egipto y Gaza, como el que conduce Ibrahim Soleiman cargado de patatas (imagen superior). Aunque menos que hace un año, ya se forman colas para entrar en Gaza y algunos conductores llevan cinco días esperando (arriba a la izquierda). El gobernador del Sinaí Norte, Khaled Megawer (arriba a la derecha), abre el cruce de Rafah para que entre comida y agua y salgan los heridos y enfermos palestinos, pero no permitirá un éxodo de refugiados. PABLO M. DÍEZMientras siguen la tregua y el intercambio de rehenes israelíes por presos palestinos , unos 300 camiones de ayuda humanitaria y combustible entran cada día por Rafah. Desde este cruce, todos estos transportes deben recorrer otros cinco kilómetros a lo largo de la frontera egipcia hasta la aduana de Kerem Shalom o 40 kilómetros más hasta el control de Al Awja (Nitzana) , donde son inspeccionados por las autoridades israelíes. Sus conductores también se oponen al éxodo de hasta un millón y medio de palestinos sugerido por el presidente estadounidense. Uno de ellos es Ibrahim Solaiman , quien viene de la gobernación de Sharqia y lleva ya tres días esperando para llevar su cargamento de patatas a Gaza.«Honestamente, Trump o cualquier otro país pueden decir lo que quieran. Nosotros estamos con nuestro presidente. Lo que nuestro presidente decida, estaremos con él. Pero, como pueblo de Egipto, nuestra opinión está clara: atenderemos a cualquier palestino o árabe como visitante o invitado. Pero, ¿desplazamiento? No. Mientras nuestro presidente diga no al desplazamiento, entonces es no. Apoyamos al presidente Al Sisi. Si vienen como invitados, son bienvenidos con los brazos abiertos. ¿Desplazamiento? No», zanja la cuestión con contundencia.Tanto él como sus jóvenes ayudantes y otros camioneros, que transportan patatas y naranjas, se muestran contrarios al exilio de los palestinos. Los países árabes se plantan así ante Trump : ayuda humanitaria y asistencia a los heridos y enfermos palestinos, sí; refugiados, no.Los camioneros deben pinchar sus sacos en los controles PABLO M. DÍEZ El norte del Sinaí, una zona militar cerrada a los extranjeros y la prensa Paso de Rafah P.M.D. Para llegar hasta el paso de Rafah, que está a unas siete horas en autobús desde El Cairo, hay que cruzar el canal de Suez y atravesar el norte de la península del Sinaí, una zona cerrada a los extranjeros y periodistas por la amenaza yihadista. Justo un año después de la primera visita a Rafah, ABC vuelve a la frontera con Gaza en otro viaje para la prensa organizado por el Gobierno egipcio. En medio del desierto, vamos dejando atrás poblachos polvorientos con las casas a medio terminar donde los hombres acarrean sus mercancías en carros tirados por burros, las mujeres van cubiertas por el \'niqab\' y los niños juegan al fútbol en la arena. La carretera está tan plagada de baches como de controles y fortines del Ejército, que tiene desplegados sus tanques en la frontera con Gaza e Israel y ha levantado un muro de hormigón entre las dunas. Al final del camino, en cuyos arcenes esperan los camiones de ayuda humanitaria, aparece la puerta amarilla del paso de Rafah, entrada a la muerte y la devastación en Gaza y salida a la vida para algunos heridos y enfermos palestinos.

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