Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Recibí las notificaciones

DESBLOQUEAR NOTIFICACIONES

Siga estos pasos para desbloquear

Internacionales

Erik Prince, el mercenario que quiere liberar Venezuela del yugo de Maduro

Cientos de venezolanos se concentraron frente al Congreso español a inicios de septiembre cuando los diputados discutían el reconocimiento de Edmundo González como presidente electo, y entre los manifestantes había camisetas y carteles en los que se podía leer \'Ya casi Venezuela\'. No era un simple anhelo, era la introducción de un movimiento que pretende «dar el paso a la liberación» y «cambiar el rumbo de Venezuela».\'Ya casi Venezuela\' apareció en internet el 9 de septiembre y se presentó como «la fuerza que hará cumplir la voluntad del pueblo», «el motor de un cambio que no podrá ser detenido». En su página web una cuenta regresiva marcaba el 16 de septiembre como la hora cero. Y durante esos días, las expectativas de no pocos venezolanos fue creciendo.Ninguna organización ha asumido públicamente el liderazgo de esta iniciativa, pero detrás de ella está Erik Prince , un ex SEAL de la Marina estadounidense, inversor y fundador -en 1997- de Blackwater, una empresa paramilitar que en el pasado ha recibido contratos millonarios por parte del Gobierno de EE.UU. para brindar servicios de seguridad y capacitación militar.Noticia Relacionada Entrevista estandar Si María Corina Machado: «Muchas veces he estado en el dilema de cárcel o exilio. Y sigo aquí, en Venezuela» Andrés Gerlotti SlusnysUno de esos acuerdos fue el de proteger a los diplomáticos estadounidenses durante la guerra de Irak, y la compañía de mercenarios todavía es recordada por la masacre que provocaron, en 2007, cuando el personal abrió fuego contra una multitud en Bagdad, matando a 17 civiles iraquíes e hiriendo a muchos otros. Un incidente que causó la ira tanto de Irak como de EE.UU.Tras la matanza cuatro de los empleados de Blackwater fueron condenados por homicidio. Pero para ese momento, Erik Prince ya había cambiado el nombre de la empresa a Academi -para intentar evitar la mala prensa-, y la había vendido. Aunque no por eso, Prince dejó de estar rodeado de polémicas; en 2019 violó un embargo de armas de la ONU al enviar un cargamento para apoyar a Khalifa Hifter, un exagente de la CIA que comandaba una milicia libia que pretendía derrocar al Gobierno. Según un informe de la ONU, obtenido por \'The New York Times\', Prince -un colaborador leal de Donald Trump- había desplegado una fuerza de mercenarios armados con lanchas y aviones de ataque y capacidades de guerra cibernética en el este de Libia. Una operación que costó 80 millones de dólares y que, hasta ahora, no ha tenido consecuencias.Otras de las controversias de Prince sucedió ese mismo año en Caracas, cuando se reunió con Delcy Rodríguez para ofrecerle un dispositivo de seguridad para los pozos de petróleo y minas de oro en el país.Comprar la libertadEl 16 de septiembre, cuando el contador de \'Ya casi Venezuela\' llegó a cero, ningún gobierno cayó, sino que se inició una colecta monetaria para lograr objetivos que, quizás por la naturaleza de la empresa, aún no son nada claros.Ese día Prince publicó un vídeo para fomentar las donaciones: «Me siento honrado de ayudar a restablecer la decencia, la justicia y el Gobierno representativo. Podemos hacer nuestra parte si tú haces la tuya. Venezuela, votaste el 28 de julio por la libertad, ahora es hora de votar con dólares. La democracia prevalecerá». Y el dinero comenzó a fluir. Desde todas partes del mundo.A los tres días, Erik Prince publicó otro vídeo en sus redes. El exmilitar aparecía al aire libre y se podían escuchar disparos de fondo. « Hemos superado el millón de dólares », anunció. En la web de esta iniciativa aparece una meta de 10 millones de dólares, y en el momento de esta publicación, una barra muestra que las más de 24.000 donaciones suman ya los 1.347.000 dólares, aunque en las redes sociales de esta empresa aseguran que dicha cantidad no tiene en cuenta ni las donaciones institucionales ni las criptomonedas.El chavismo ha denunciado en estos 25 años innumerables complots para derrocarle, y este tipo de campañas podría otorgarle argumentos para endurecer la represión. Tarek William Saab, fiscal general de Venezuela , dijo esta semana que se había abierto una investigación contra la plataforma y resaltó que todo aquel que colabore entregando dinero a dicha iniciativa es cómplice de delitos graves.El chavismo ha denunciado en estos 25 años innumerables complots para derrocarle, y este tipo de campañas podría otorgarle argumentos para endurecer la represiónEl Gobierno tilda esta operación de estafa, pero al mismo tiempo asegura que está preparado para cualquier «invasión». «Los relojes de cuentas regresivas dicen que nos invaden mañana», dijo Maduro el pasado viernes. «Hay que pulir los fusiles y pulidos los tenemos».Diosdado Cabello acusó a María Corina Machado de estar detrás de esta plataforma, aunque la líder opositora ha asegurado que no es así: «No tengo ninguna información ni contacto con quienes organizan esa iniciativa».Controlar las expectativasAunque no hay una referencia explícita, la campaña está impregnada de elementos que hacen referencia al derrocamiento de Maduro por la fuerza. En una entrevista a un medio colombiano, Prince aseguró que el proyecto está en su primera fase y que el dinero recaudado será utilizado para recopilar información para saber «dónde esconden todo el dinero robado». También para hacer cabildeo y lograr que la recompensa que ofrece EE.UU. por la captura de Maduro sea mayor. Actualmente, los senadores Rick Scott y Marco Rubio intentan introducir en el Congreso un proyecto de ley para elevar el premio de 15 a 100 millones de dólares. Dinero que saldría de los activos que se le han incautado al régimen.«\'Ya casi Venezuela\' no promete una total victoria -rebaja las expectativas Prince-, ni que Maduro será tirado por el inodoro, donde merece estar». Según el exmilitar hay que ver esta iniciativa como una carroza que mucha gente tiene que empujar colina arriba, pero que, una vez alcanzada la cima, su bajada «se convierte en algo fácil».Prince ejemplifica este caso con el de Panamá en 1989. «Manuel Noriega, acusado de narcotráfico, empezó a jugar arrestando injustamente a estadounidenses. Y sabemos lo que pasó con él… Murió en prisión, como los gángsteres de su círculo».

Dejá tu opinión sobre este tema

Noticias destacadas

Más noticias

Te puede interesar

Newsletter

Suscribase a recibir información destacada por correo electrónico

Le enviamos un correo a:
para confirmar su suscripción

Teclas de acceso