Donald Trump ha despertado algunos fantasmas dormidos en el mundo árabe con su plan para Gaza. Y uno de ellos es el pavor a que cambie el mapa fronterizo trazado de modo convencional al término de la Segunda Guerra Mundial, pese a que las recientes revoluciones de la llamada Primavera Árabe hayan puesto de relieve la existencia de Estados-nación fracasados -Libia, Siria-, y de otros que hacen equilibrios sobre la cuerda como el Líbano o Irak. Prueba de ello es el improvisado plan alternativo al de Trump elaborado con prisas -y con inteligencia artificial- por El Cairo para desviar la atención del de la Casa Blanca, que propone recolocar en Egipto y en Jordania a los dos millones de palestinos de la Franja de Gaza.El proyecto, si merece ese nombre el mamotreto de 112 páginas que fue filtrado ayer a las agencias internacionales, habla por extenso de planes urbanísticos y financieros para la reconstrucción de la franja de Gaza -laminada por el Ejército israelí después de quince meses de guerra- siguiendo bastante a la letra la quimera del Plan Trump. Frente a la \'Costa Azul\' que el presidente norteamericano proponía para una futura Gaza sin palestinos, la cumbre de El Cairo ha respaldado la creación de una suerte de \'Riviera Árabe\' con la actual población, hoy harapienta y sin vivienda.Noticia Relacionada estandar Si El plan de Egipto para Gaza alternativo al de Trump: 53.000 millones de dólares y sin el control de Hamás mikel ayestaran Este martes se celebra una reunión con los países árabes donde presentan las alternativas para la FranjaQueda sin respuesta la pregunta fundamental: ¿quién gobernará el futuro oasis?Al acometer la dimensión política del plan de reconstrucción de Gaza, el proyecto respaldado por la cumbre extraordinaria de la Liga Árabe es incapaz de escapar del universo platónico. La Franja será gobernada en un primer momento por un comité de tecnócratas palestinos, una categoría social y profesional desconocida en aquellas tierras desde la Nakba, el Desastre, como denominan los árabes la creación del Estado de Israel en 1948. El plan egipcio establece que, al término de un año de administración tecnócrata, y con la reconstrucción en marcha, habrá una convocatoria de elecciones. En las elecciones de 2006 arrasó Hamás en las urnas. En 2007, tras una corta guerra civil contra los moderados del presidente Abbas, estos fueron expulsados de Gaza, y comenzó una larga etapa de aislamiento y preparación para la guerra, que dio paso a la ofensiva contra Israel del 7 de octubre de 2023. ¿Piensa algún estadista árabe que de aquí a un año la población palestina de Gaza dejará de seguir votando a Hamás?Imagen creada por inteligencia artificial de la futura Gaza incluida en el plan egipcio Presidencia de egiptoEgipto habría pretendido dejar al margen de todo el proceso de reconstrucción a Hamás, pero este punto ha quedado en el alero. El movimiento radical palestino sigue teniendo amigos en algunas capitales árabes. Y además la tregua con Israel sigue sometida a tensiones. Sin una retirada previa del Ejército hebreo, el plan de reconstrucción es inviable.El mérito del plan respaldado por la Liga Árabe es, en cualquier caso, la respuesta en bloque de toda la región al proyecto de Donald Trump, que hace las delicias de Israel. Nadie quiere que los palestinos abandonen Gaza en primer lugar porque esa es su voluntad, manifiesta durante las penalidades de estos quince meses de guerra, y en segundo lugar porque ningún país árabe desea acogerles y trasladar a su territorio el conflicto más antiguo del planeta.Queda, sin embargo, el rabo por desollar. ¿Qué actitud adoptará el mundo árabe hacia Hamás, dejará que participe en el \'comité de tecnócratas\' de Gaza o declarará su ostracismo? La cumbre de El Cairo ha dejado que la pregunta flote en el aire.