El primer ministro eslovaco , Robert Fico, ha aceptado participar en la mesa redonda de partidos sobre la posible salida del país de la UE, convocada por el presidente Peter Pellegrini. «Vendré a la reunión», confirmó en la noche del domingo, en el programa de debate Politika 24 de la cadena de televisión JOJ. Anteriormente, había confirmado también su participación el presidente del Movimiento Demócrata Cristiano (KDH),Milan Majerský, tras declarar que »KDH es un partido de paz y quiere llevar esta paz a la sociedad« y confiar en que Pellegrini aproveche la reunión para «tranquilizar la situación» y «poner el freno de mano al odio, el miedo y el pánico, que pueden llevarnos al alejamiento de nuestros socios más cercanos, la UE y la OTAN». El Partido de la Libertad y la Solidaridad (SaS) y el movimiento Eslovaquia Progresista (PS) han rechazado sin embargo asistir a la reunión. El PS alega que no ve» ninguna razón» y recuerda que le pidió al presidente que se reuniera con los líderes de los partidos de oposición a principios de año. «En esa reunión, queríamos pedir al presidente que se oponga claramente a las acciones de los representantes del gobierno y de la coalición que ponen en tela de juicio nuestro firme anclaje en la UE y en la OTAN», ha declarado en un comunicado, pero «desafortunadamente, el presidente no respondió a nuestra llamada durante tres semanas para después organizar su propio juego mediático». «La orientación de la política exterior de Eslovaquia está claramente anclada en todos los documentos relevantes, no hay necesidad de discutirla. Sólo es necesario respetarla, dejar de cuestionarla y abstenerse de las acciones que están realizando los representantes de los partidos Smer, Hlas y SNS», sigue el texto, que insiste en pedir al presidente de Eslovaquia que condene públicamente las acciones de la coalición que están arrastrando al país lejos de Europa. El primer ministro Fico ha respondido que los presidentes de PS y SaS, Michal Šimečka y Branislav Gröhling, no acudirán «porque temen el enfrentamiento».Pellegrini no ha expresado abiertamente su apoyo a la salida de Eslovaquia de la UE, pero su alianza con el primer ministro populista y filorruso Fico ha generado preocupaciones sobre el asunto y su postura tampoco es claramente proeuropea. Fico, por su parte, parece querer contrarrestar su creciente debilidad parlamentaria con la apertura del debate político sobre la salida del club europeo. Después de neutralizar una misión de censura anunciando por sorpresa que expondría en su intervención el contenido de documentos clasificados, por lo que debía celebrarse a puerta cerrada y con menor presencia de diputados, se han multiplicado las manifestaciones de protesta en las calles, a las que Fico ha respondido con una enmienda constitucional, ya presentada la propuesta oficial y que será debatida y votada por el parlamento eslovaco en marzo. Fico ha subrayado que «Eslovaquia no ha cedido la soberanía a la UE en materia de valores» y que «mañana, 3 de febrero, también tendré una reunión con el comisario europeo sobre esto y diré claramente que nuestra Constitución tiene prioridad». En el mismo paquete de enmienda se amontonan asuntos tan diversos como consagrar en la Constitución la existencia de sólo dos géneros, hombre y mujer, a una modificación que implica que los actos jurídicamente vinculantes de las Comunidades Europeas y de la UE dejen de prevalecer sobre las leyes nacionales. Fico asegura que ha discutido el asunto con el opositor KDH y que comparte los mismos intereses.Esta vía de resistencia contra la UE ya fue utilizada por el anterior gobierno de Polonia, del partido Ley y Justicia (PiS), tras una sentencia de 2021 del Tribunal Constitucional polaco que cuestionaba la primacía del Derecho de la UE sobre la Constitución polaca. En aquella ocasión, la Comisión Europea respondió que «el derecho de la UE prevalece sobre el derecho nacional, incluidas las disposiciones constitucionales», y más tarde inició procedimientos de infracción que llevaron a un proceso ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en 2023. Las elecciones de 2024, que elevaron a la jefatura de Gobierno polaco al preuropeo Donald Tusk, pusieron fin a la disputa. En Eslovaquia, sin embargo, no existe una figura política relevante como la de Tusk en Polonia o la de Maidán en Hungría, y fico se esfuerza por culpar a la vecina Ucrania de cualquier opinión favorable a la UE. El servicio de inteligencia militar ucraniano HUR ha rechazado las acusaciones de haber tenido algo que ver con las protestas en Eslovaquia contra Fico, formuladas el pasado viernes por el propio primer ministro, que la semana pasada vinculó las multitudinarias manifestaciones con la denominada Legión Georgiana, una asociación de voluntarios formada por georgianos que lucha del lado ucraniano contra el ejército invasor ruso. El HUR ha confirmado contactos anteriormente con el opositor eslovaco Mamuka Mamulashvili y el jefe del gobierno de Ucrania, Volodimir Zelensky, ha recibido con gran publicidad al líder de la oposición liberal eslovaca, Michal Simecka, en Kiev, el pasado mes de enero.