Historiadores, banqueros nacionales e internacionales, ensayistas y analistas de referencia temen que Francia esté «retrocediendo», acelerando un \'déclin\', declive, decadencia histórica, caída de hinojos en la crisis de identidad más grave desde la fundación de la V República, entre 1958 y 1962.Christine Lagarde , presidenta del Banco Central Europeo (BCE), antigua ministra de economía y directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), resume el problema de fondo de esta manera: «El retroceso nacional, en Europa, y el retroceso de Europa, con respecto a Estados Unidos, es una realidad . Cuando se compara la evolución del PIB, desde el 2019, las cifras lo dicen todo. Los Estados Unidos han progresado un 10,7%, la media europea es del 4,8% y Francia solo ha progresado un 3,7%. El retroceso salta a la vista«.Jacques de Larosière , ex director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), exgobernador del Banco de Francia (BdF), expresidente del Banco europeo para la reconstrucción y el desarrollo, acaba de publicar un ensayo consagrado al tema y enumera cuatro indicadores de retroceso, declive y riesgo de decadencia histórica: «Primero, nuestra pérdida de competitividad económica, que no ha cesado desde hace treinta años. El segundo, el déficit de la balanza comercial, consecuencia de la pérdida de competitividad. El tercero, la educación que pone de manifiesto las cifras comparadas de la OCDE. El cuarto, el estado deplorable de las finanzas públicas, déficits y deudas catastróficas».Noticia Relacionada estandar Si Los franceses piensan que los políticos y el Gobierno está hundiendo Francia Juan Pedro Quiñonero | Corresponsal en París Durante la presidencia de Emmanuel Macron, la deuda pública ha crecido en un billón de eurosEse proceso de retroceso y declive es la herencia podrida de los gobiernos de dos presidentes socialistas, dos presidentes conservadores y un presidente banquero de negocios, durante cuarenta años: François Mitterrand (presidente entre 1981 y 1995), Jacques Chira c (presidente entre 1995 y 2007), Nicolas Sarkozy (presidente entre 2007 y 2012), François Hollande (presidente entre 2012 y 2017) y Emmanuel Macron (elegido presidente el 2017 y reelegido el 2022).Gran e influyente historiador, cronista implacable de las realidades nacionales más profundas, Nicolas Baverez insiste en la gravedad de la crisis actual, en estos términos: «En su historia contemporánea, Francia ha vivido tres grandes crisis de su democracia. La primera, a finales del siglo XIX, con el subidón del nacionalismo y el antisemitismo. La segunda, durante los años 30 del siglo pasado, que culminó con el hundimiento militar, político y moral. La tercera es la que comenzó hacia el 2010. ¿Qué tienen en común esas crisis? Echan sus raíces en el retroceso económico agravando la cólera social, alimentando los extremismos, subrayando la incapacidad de los gobernantes de adaptarse a las nuevas realidades internacionales, en beneficio de los demagogos. En esas estamos».A juicio de Baverez, Francia se encuentra en una encrucijada histórica: «O los gobernantes son capaces de cambiar de rumbo o el Estado deberá someterse a la tutela del FMI y el BCE, como ocurrió con Grecia con la gran crisis de la deuda el 2008. La crisis económica tiene otra dimensión política de calado internacional. ¿Será Francia capaz de salir de su crisis política más grave desde la fundación del Régimen, entre 1958 y 1962, o conoceremos una experiencia populista como los Estados Unidos de Donald Trump o la Hungría de Viktor Orbán ..?«.La deuda y los déficits del Estado son los más graves de la historia de la Francia reciente. La presión fiscal es la más altas entre todas las democracias industriales y los países miembros de la OCDE. Las grandes agencias de notación financiera internacional han puesto a Francia en una «perspectiva negativa». Esa realidad coincide, efectivamente, con una crisis política sin precedentes.El primer partido de Francia, con mayor representación parlamentaria, es Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), de Marine Le Pen. Pero no tiene mayoría ni aliados para formarla, cuando debe afrontar un proceso de presunta extorsión de fondos públicos al Parlamento Europeo (PE).El presidente de Francia, Emmanuel Macron, saluda a la gente fuera del parlamento en Rabat AFPEl segundo partido francés es La Francia Insumisa (LFI), liderado por Jean-Luc Mélenchno , integrado en el Nuevo Frente Popular (NFP), del que forma parte PS, PCF y Verdes, sin llegar a entenderse siempre. Las izquierdas tampoco tienen mayoría para poder gobernar.Francia estuvo sin gobierno entre julio y septiembre, porque Emmanuel Macron tampoco conseguía formar ninguna mayoría, intentando «federar» a una parte de la derecha tradicional y varios grupúsculos centristas. Michel Barner, conservador europeísta, rival histórico de Macron, fue nombrado jefe de gobierno tras un trimestre de chalaneos.Ese gobierno de cohabitación entre Macron y Barnier está en manos de Marine Le Pen, que puede precipitar una moción de censura y una nueva convocatoria de elecciones anticipadas. «¿Cuándo le interesará a Le Pen abrir una nueva crisis nacional…?» es la pregunta que corre en todos los círculos y tertulias políticas. Nadie tiene una respuesta clara.La negociación en curso de los presupuestos del Estado, para el 2025, ha puesto en evidencia las divisiones profundas entre los miembros de la frágil y heteróclita minoría parlamentaria que sostiene al gobierno, cuando las proposiciones de extrema izquierda y extrema derecha, las familias políticas mayoritarias, están en los antípodas de la UE y la zona euro.