Decenas de miles de personas se reunieron el domingo en la Plaza de la Universidad de Bucarest y marcharon desde allí hacia la sede el Gobierno, el Palacio Cotroceni, para protestar contra la anulación de la primera vuelta de las elecciones presidenciales del pasado 24 de noviembre, que ganó el candidato populista prorruso Calin Georgescu . La manifestación había sido convocada por la ultraderechista Alianza para la Unidad de los Rumanos (AUR), partido de extrema derecha liderado por George Simion y al que perteneció también Geogescu hasta su expulsión, y se dirigió contra la decisión de cancelar las elecciones presidenciales del 24 de noviembre de 2024. Los organizadores insistían, sin embargo, en que se trataba de una «manifestación del pueblo rumano» y que AUS «simplemente ofrece una plataforma a todos aquellos que no estén de acuerdo con la decisión del Tribunal Constitucional». Los manifestantes exigían, entre otras cosas, la dimisión del actual presidente Klaus Iohannis y que la Corte Constitucional revoque su decisión de declarar inválida la primera vuelta de las presidenciales y ordene la convocatoria de la segunda vuelta, en lugar de la repetición de la primera convocada ya legalmente para el próximo 4 de mayo. Los partidos proeuropeos han acodado formar un gobierno sin la ultraderecha y presentar un candidato presidencial conjunto, Crin Antonescu , pero el exlíder de los liberales, de 65 años, ha «suspendido» su candidatura tras quejarse de la falta de apoyo real de los principales partidos.Noticia Relacionada estandar Si Un gobierno proeuropeo con los socialdemócratas a la cabeza se abre paso en Rumanía Rosalía Sánchez Todos los partidos prooccidentales de Rumanía se unen para formar un ejecutivo mayoritario que excluye a los nacionalistas y a la extrema derechaLa Corte Constitucional justificó la anulación de la votación argumentando que todo el proceso electoral había sido irregular, tras constatar que los votantes habían sido manipulados mediante un trato preferencial ilegal a un candidato en las redes sociales . Los servicios de Inteligencia de Rumanía aseguraron que casi 800 cuentas de Tik Tok creadas por un «Estado extranjero» en 2016 se activaron repentinamente durante la campaña para respaldar a Georgescu, mientras que otras 25.000 se crearon dos semanas antes de las elecciones. Georgescu, que aseguró no haber gastado dinero en su campaña, vio cómo sus mensajes –que no se marcaron como contenido político– se difundían de manera masiva a través de estas miles de cuentas de TikTok, infringiendo así las leyes electorales rumanas. Georgescu representa posiciones prorrusas, quiere acabar con el apoyo de Rumania a Ucrania y glorifica a los fascistas rumanos del periodo anterior a 1945, conocidos como «Legionarios». Los manifestantes, sin embargo, no daban por ciertas las informaciones proporcionadas al Tribunal Constitucional por los servicios de inteligencia y denunciaban un pucherazo. Muchos hacían sonar bocinas y ondeaban las banderas azul, amarilla y roja de Rumanía, mientras que otros blandían carteles con lemas como «la democracia no es opcional» y «queremos elecciones libres». «Esta decisión, que ha sumido a Rumanía en el caos, debe ser revisada urgentemente», gritó uno de los manifestantes, «devuélvannos la segunda vuelta».Desde la tarima de oradores, George Simion denunció que estaban «protestando contra el golpe de Estado que tuvo lugar el 6 de diciembre» y que lamentaban «descubrir tan tarde que estábamos viviendo en una mentira y que estábamos dirigidos por personas que decían ser demócratas, pero no lo son en absoluto». Simion, que ya había encabezado otra multitudinaria manifestación el pasado viernes, insistió en la exigencia de «regresar a la democracia mediante la reanudación de las elecciones, comenzando con la segunda vuelta » y denunció que «vivimos en una dictadura».Georgescu ha impugnado la decisión judicial en una corte de apelaciones local y ha presentado una denuncia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. La decisión del Tribunal Constitucional de anular las elecciones citó el uso ilegal de tecnologías digitales, incluida la inteligencia artificial, así como el uso de «fuentes no declaradas» de financiación que Georgescu niega tajantemente.Entre los manifestantes, cundía la convicción de que la primera vuelta de las elecciones rumanas ha sido anulada por «el régimen dictatorial de la UE», encarnado por el ex comisario europeo Thierry Berton , al que culpaban directamente de la decisión y ponían en el centro de la diana de las pancartas por haber «robado la victoria» a Georgescu.