Apenas veinticuatro horas después de ser recibida en el Despacho Oval por Donald Trump , Giorgia Meloni ha hecho lo propio en Palazzo Chigi , sede de la presidencia del Gobierno, al vicepresidente estadounidense, J.D. Vance , en un segundo capítulo de una negociación política que pretende consolidar el papel de Italia como interlocutor privilegiado entre Estados Unidos y Europa. La escena tiene algo de símbolo: una líder europea que se siente cómoda con Trump, y un vicepresidente de EE.UU. que declaró odiar «salvar a Europa» , encontrándose un Viernes Santo en Roma, en el corazón del Viejo Continente, para hablar precisamente de su futuro común. Vance llegó al aeropuerto de Ciampino este viernes por la mañana junto a su esposa Usha y sus tres hijos. Su visita tiene un carácter político, pero también personal, al celebrarse durante la Semana Santa que el vicepresidente, ferviente católico converso, ha elegido pasar en la Ciudad Eterna. El tono del encuentro fue, desde el inicio, cordial, incluso distendido. «Aunque me hubiera insultado, lo habría hecho en la lengua más bella imaginable» , bromeó el vicepresidente tras escuchar a Meloni dirigirse a la prensa en italiano antes de traducir personalmente sus palabras al inglés. La primera ministra correspondió al tono relajado: «Estoy honrada de recibir al vicepresidente de los Estados Unidos. Ayer tuvimos un encuentro fantástico en Washington», dijo, subrayando la continuidad entre ambas citas. Noticias relacionadas estandar Si La primera ministra italiana invita a Trump a Roma: «Haremos grande a Occidente» Ángel Gómez Fuentes estandar Si Trump afirma ante Meloni que habrá, «al 100%», un acuerdo de aranceles con la Unión Europea Javier Ansorena | Corresponsal en Nueva YorkNo era un simple gesto protocolario. La visita de Vance a Roma permite dar seguimiento a varios temas cruciales abordados el jueves en la Casa Blanca. Uno de ellos es comercial: las tensiones sobre los aranceles siguen siendo una fuente de fricción entre Estados Unidos y la Unión Europea, y Meloni se presenta como mediadora potencial. « Estamos conduciendo negociaciones importantes no sólo con Italia, sino con toda la UE. Hoy daremos seguimiento a esas conversaciones», aseguró Vance antes de iniciar el encuentro bilateral. Otro punto central es la guerra en Ucrania. A pesar del conocido escepticismo del entorno trumpista sobre la ayuda a Kiev , Vance adoptó un tono más conciliador que en el pasado. «Quiero actualizar a la premier sobre los desarrollos de los últimos días. No quiero emitir juicios prematuros, pero somos optimistas sobre la posibilidad de poner fin a esta guerra brutal», declaró.«Somos optimistas sobre la posibilidad de poner fin a esta guerra brutal (en Ucrania)» J. D. Vance Vicepresidente de Estados UnidosGiorgia Meloni, por su parte, insistió en que «Italia es un socio fiable y serio, tanto en la Unión Europea como en el Mediterráneo». Y quiso destacar la «relación especial» con la administración estadounidense. No es una expresión trivial. Como subraya el New York Times , Meloni es «una de las pocas líderes europeas apreciadas por Trump», quien ve en sus posiciones conservadoras y nacionalistas un modelo para Europa. Esa afinidad ideológica, puesta en escena ayer en Washington, ha tenido hoy una traducción institucional en Roma.Tras la reunión bilateral, tuvo lugar un almuerzo en el que participaron también los dos vicepresidentes italianos, Antonio Tajani y Matteo Salvini . El almuerzo, más que una formalidad, sirvió para ampliar el marco político de la conversación. Tajani, europeísta moderado, y Salvini, cercano a Trump y simpatizante del presidente ruso Putin, encarnan dos sensibilidades muy opuestas que Meloni intenta mantener bajo control dentro de su coalición. La presencia de ambos a la mesa con Vance no es casual: forma parte del intento de presentar, ante Washington y Bruselas, un Gobierno de derechas cohesionado.Más allá del contenido político, la visita de Vance tiene una dimensión cultural y simbólica. En sus primeras declaraciones, el vicepresidente alabó la belleza de Roma: «Esta es una ciudad construida por personas que amaban a la humanidad y amaban a Dios. Sus calles y sus palacios elevan el espíritu humano», dijo con un entusiasmo. Vance narró, en su libro \'Elegía americana\', su conversión religiosa tras leer \'La ciudad de Dios\', de San Agustín. Tiene previsto asistir a la misa de Pascua en el Vaticano, donde ha solicitado un encuentro con el Papa Francisco -si la salud del pontífice lo permite- . Esta tarde visitará Castel Sant\'Angelo y mañana el Coliseo.El encuentro de Giorgia Meloni con Donald Trump en la Casa Blanca y el bilateral de hoy con el vicepresidente Vance refuerzan la posición de Giorgia Meloni, sobre todo en Italia, pero también gana su imagen internacional. Todos los medios se han hecho amplio eco de la visita de Meloni a Washington, mezclando elogios, cautelas y escepticismo. Elogios a Meloni por su relación con EE.UU.The New York Times hace un resumen con un titular elocuente: «Trump da la bienvenida a una líder europea que le gusta». El diario neoyorquino destaca el tono conciliador de la líder italiana, su habilidad para adular al presidente estadounidense sin ceder en el apoyo a Ucrania, y su intento de tender puentes sin provocar fricciones. Sin embargo, advierte que no está claro qué beneficios concretos obtendrá Italia -y aún menos Europa- de esta «relación especial». El Washington Post subraya el optimismo de Meloni tras el encuentro y su confianza en alcanzar un acuerdo comercial con Washington. En la misma línea, el Wall Street Journal la define como «astuta» y mejor posicionada que cualquier otro líder europeo para entenderse con Trump. Para Politico, el mayor resultao fue lograr que Trump, por primera vez, se mostrara abierto a una solución negociada sobre los aranceles. También el Financial Times percibe un cambio de tono por parte de Trump en su trato hacia Europa, abandonando la confrontación habitual. Y la BBC considera que Meloni puede presentar el viaje como una victoria diplomática, que refuerza su perfil como la dirigente capaz de hablarle al oído al presidente estadounidense. En Alemania, Die Welt la define como «la mujer de Europa» , mientras que en Francia Le Monde se muestra más cauto, calificando los resultados de «tibios», señalando que Trump no ofreció compromisos concretos. Finalmente, desde Moscú, el periódico Izvestia la presenta como «la interlocutora ideal» para Trump en Europa. A ojos del Kremlin, Meloni tiene el perfil idóneo para suavizar las tensiones comerciales y favorecer un enfoque más dialogante respecto a Ucrania».En Italia, Giorgia Meloni ha recibido elogios del centro derecha, pero algunos sectores de la oposición han criticado los resultados del viaje a Washington. Nicola Fratoianni, líder de Alleanza Verdi e Sinistra, izquierda radical , ha señalado que el acercamiento a Trump podría implicar costes económicos y medioambientales: compra de gas licuado, aumento del gasto militar, e inversiones italianas trasladadas a Estados Unidos. «Muchos síes, mucha obediencia, pero pocos resultados», lamentó Frantoiani.Pese a algunas críticas, la premier se muestra muy satisfecha. En un contexto internacional incierto, Meloni ha logrado mantener abiertas las vías de diálogo con la Casa Blanca, tanto con Trump como con su vicepresidente, y se posiciona como figura de equilibrio entre Estados Unidos y Europa. Con gran habilidad, Meloni se ha mostrado una convencida europeísta y al mismo tiempo en gran sintonía con Trump y con su vicepresidente Vance, dos escépticos sobre Europa. No está claro si las declaraciones se traducirán en compromisos concretos, pero Giorgia Meloni ha realizado dos encuentros, muy preparados hasta en los mínimos detalles, que han sido un modelo de comunicación: Las imágenes de la Casa Blanca y las de este viernes en Palazzo Chigi lanzan un mensaje: Italia quiere jugar un papel central, y Meloni está dispuesta a usar todas sus cartas -ideológicas, diplomáticas y personales- para conseguirlo.