En un clima de duro enfrentamiento político entre el Gobierno y los sindicatos se desarrolló la huelga general contra la ley de presupuestos. En la protesta, con manifestaciones en 43 ciudades italianas, participaron todos los sectores públicos y privados, salvo el de transportes, donde la huelga se vio limitada por el Ejecutivo para garantizar la movilidad. El paro fue convocado por la central CGIL, el principal sindicato del país, y UIL, ambos de izquierdas, y no se adhirió la segunda central sindical del país, la CISL, de centro. Además de pedir un cambio en la ley de presupuestos, la protesta se ha centrado en exigir un aumento del poder adquisitivo de los salarios y pensiones, mayor atención a la sanidad, a la escuela y a los servicios públicos. Según los sindicatos convocantes, la adhesión a la huelga alcanzó una media del 70% de los trabajadores, y un total de medio millón de personas en las manifestaciones de las ciudades más importantes de Italia . En cambio, las primeras estimaciones del Gobierno se alejan mucho de las cifras de los sindicatos, aunque aún no hay datos oficiales.Maurizio Landini, secretario de la CGIl, quien participó en la manifestación de Bolonia, volvió a repetir su llamamiento realizado a comienzos de noviembre para «una verdadera revuelta social». «Queremos darle la vuelta a Italia como a un guante -dijo Landini en un mitin de una hora-. Y para ello necesitamos la participación de todas las personas. La revuelta social, para nosotros, significa precisamente decir que cada uno de nosotros no debe dar la espalda ante las injusticias». Maurizio Landini, indignado por que el Gobierno hubiera limitado la huelga en el sector del transporte, añadió: «Hay un intento serio de dar un giro autoritario«. El líder sindical prometió seguir con la movilizaciones: «No tenemos intención de pararnos».Noticia Relacionada estandar Si Aviso para Meloni: doble victoria del centro izquierda en Italia Ángel Gómez Fuentes | Corresponsal en Roma El Gobierno ha calificado la huelga general como «política», acusando a las centrales sindicales CGIL y UIL de haber organizado una protesta ideológica y con falsedades. El vicepresidente del Gobierno y ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani , ha acusado al líder sindical Landini de «utilizar un lenguaje fundamentalista». «Siempre debemos utilizar el sentido común -añadió Tajani- y un lenguaje que sirva para solucionar problemas, no para prender fuego a las calles». También Carlo Calenda, líder del partido Azione, de centro, ha criticado al secretario de la CGIL y la convocatoria del paro general: «La huelga no es algo positivo, necesitamos desesperadamente un sindicato fuerte, pero Landini es un populista«, sentenció Calenda. En Turín se registraron enfrentamientos entre manifestantes de extrema izquierda y las fuerzas del orden. Se quemaron fotografías de la primera ministra Giorgia Meloni , del vicepresidente del Gobierno, Matteo Salvini y del ministro de Defensa, Guido Crosetto. «No eran manifestantes, sino delincuentes», dijo Salvini. Estudiantes y activistas pro palestinos ocuparon los andenes y vías de tren en la estación Porta Susa en Turín.