Tres conversaciones telefónicas entre Trump y Netanyahu y el estallido de fuegos retóricos por parte de ministros israelíes demuestran que algo tendrá que moverse en el tablero bélico de Oriente Próximo antes de fin de año. La confianza de Netanyahu en que la victoria presidencial de Trump le iba a dejar «las manos libres» en sus campañas de Gaza y el Líbano parece, a todas luces, desproporcionada.Trump, que en el pasado defendió la campaña de Gaza -por el \'derecho de Israel a defenderse\'-, y a quien muchos consideran un amigo personal del \'premier\' Netanyahu, no ha dudado en criticar en varias ocasiones las tácticas militares de Israel en la Franja. El líder republicano quiere que Israel le doble el pulso al movimiento islamista Hamás, lo anule para varias generaciones...pero que lo haga rápido.En una información filtrada por el diario \'Times of Israel\', Donald Trump pidió personalmente a Netanyahu en al menos dos encuentros -uno en el verano pasado y otro poco antes de las elecciones- que la guerra en Gaza esté terminada para el 20 de enero próximo, fecha de su entrada en la Casa Blanca. Para ese acuerdo, que pasaría lógicamente por una tregua previa y la entrega de rehenes supervivientes, Donald Trump cuenta con la intervención de la autoridad palestina legítima , el presidente de la ANP que reside en Cisjordania, El líder republicano habló también por teléfono con el veterano dirigente palestino para asegurarle que buscará una paz rápida.Muchos flecos que resolverHay muchos flecos y aspectos controvertidos, como por ejemplo el tipo de presencia del Ejército israelí o de colonos judíos en la Franja una vez que se firme la paz. Pero la derrota de Hamás es un hecho, así como la eliminación de todos sus principales responsables, y la venganza de Israel -en muertos palestinos y destrucción- hace mucho que rompió toda proporción. No obstante, el Gabinete de Netanyahu se resiste a poner fechas para acabar con la campaña en Gaza aunque lo pida Trump. El ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, declaró hoy a las agencias de prensa que su Gobierno trabaja con el equipo de Trump para «alcanzar un alto el fuego en el Líbano» -donde el objetivo es similar al de Gaza: laminar el movimiento armado Hizbolá para que no se recupere en muchos años-, pero no hizo mención a Gaza. Para distraer la atención, Saar subrayó que en todas sus conversaciones Trump y Netanyahu han estado de acuerdo en que el enemigo número uno es Irán, sin abundar más en esa línea.En el pasado, Donald Trump ha demostrado con creces un apoyo al Estado de Israel en apariencia \'desinteresado\' a diferencia de lo que hizo la Administración Biden. En la primera etapa en la Casa Blanca, Trump trasladó la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén; reconoció la soberanía israelí sobre los Altos del Golán; y promovió los primeros acuerdos entre Israel y algunos vecinos árabes, los llamados Acuerdos de Abraham. Pero en este segundo mandato, Trump va a pedir los intereses. Y el primero será la paz en Gaza y en el Líbano, una postura coherente con la política antimilitarista del presidente electo y del partido republicano.