Aprovechando que Olaf Scholz estaba en Río de Janeiro para la cumbre del G20, se ha desatado en Berlín una revuelta, en el seno del Partido Socialdemócrata (SPD), contra su candidatura para las elecciones anticipadas del 23 de febrero. El propio Scholz sigue afirmando «sí, así es», cuando los periodistas que acompañan a la delegación alemana le preguntan, a bordo del avión gubernamental, si se presentará a las elecciones. Desde Río ha concedido nada menos que cinco entrevistas en las que ha ratificado ese mensaje. Y varios miembros de la directiva del SPD han hecho declaraciones defendiendo esa candidatura, pero cuanto más intentan apuntalarla, más crece la impresión sobre su debilidad. El partido está dividido y el único que podría desactivar la crisis, Boris Pistorius , permanece en silencio. El ministro de Defensa y hombre de confianza de Scholz es el candidato que medio partido querría presentar el febrero. Pistorius no dará un paso al frente contra Scholz, lo ha dejado claro, pero tampoco declara su negativa a la candidatura, por lo que continua siendo la esperanza de muchos socialdemócratas para la incierta remontada.Noticia Relacionada estandar Si El flanco oriental de la OTAN se prepara para la guerra Rosalía Sánchez La Alianza teme que las estructuras de comunicación saboteadas sean responsabilidad de Rusia de cara a un escenario bélicoA última hora del martes, la directiva del SPD mantuvo una reunión sin Scholz, para preparar la próxima conferencia del partido, según confirmó la Casa Willy Brandt , sin una declaración o acuerdo al respecto. Los dirigentes del partido y el secretario general se han comprometido con la renovación de la candidatura de Scholz, pero todavía no hay una decisión de la junta directiva del partido y cada hora se suman voces que piden el relevo por parte de Pistorius.El partido debate frenéticamente qué ventajas y desventajas pesan a favor y en contra de cada uno y la prensa actualiza constantemente el mapa de partidarios y detractores del canciller. «Todos los miembros del SPD en el Bundestag se sientan cada día delante de la calculadora y calculan si quedarán fuera después de las elecciones anticipadas», dicen fuentes internas del partido, que recuerdan que las voces a favor de Pistorius pueden ser contraproducentes: «de hecho, uno de los principios de Scholz es no dar marcha atrás cuando se ve presionado por otros. Está orgulloso de poder llevar a cabo un plan una vez elaborado y así lo dejó escrito en su libro programático \'Hoffnungsland\'. Una nueva realidad alemana». La experiencia de la campaña electoral de 2021, cuando el SPD ocupaba el tercer lugar en las encuestas a principios de año y obtuvo en septiembre el mayor número de diputados, refuerza la postura de Scholz y de su asesor más cercano, el ministro de Cancillería, Wolfgang Schmidt . Sus detractores, en cambio, alegan la mayor popularidad de Pistorius y el evidente desgaste de la «coalición semáforo» de Scholz. «¡Es necesario que haya una Pelosi alemana en el SPD!», se quejan fuentes internas, «pero mucha gente no confía en el co-jefe Klingbeil para hacer eso porque probablemente no tenga mucho interés en ayudar a Pistorius a alcanzar una posición más fuerte».Scholz sigue confiando en la «lealtad de Boris Pistorius » y alabando «su gran trabajo el frente de Defensa», pero curiosamente es este último el que despierta suspicacias en sus contrarios. A los ojos de la mayoría del grupo parlamentario del SPD, Pistorius es en materia de Defensa demasiado «derechista», en referencia a su insistencia en que el país esté «preparado para la guerra» . «Pistorius sería el Helmut Schmidt de nuestros días, que fracasó precisamente por la resistencia de su propio partido, que se negó a apoyarlo en la política de Defensa», considera el analista de \'Welt am Sonntag\' Jacques Schuster , pendiente de si Scholz seguirá siendo candidato cuando aterrice de vuelta en la capital alemana. Aparentemente ajeno al debate generalizado sobre la candidatura, Pistorius sigue enfrascado en su intensa agenda militarista, empeñado en las últimas horas en defender que, a pesar de la ruptura de la coalición semáforo, la reforma del servicio militar que él mismo ha redactado se implemente rápidamente. «Sobre todo, necesitamos nuevamente contar con el registro militar y la supervisión militar», ha apremiado, «actualmente no sabemos ni a quién podríamos movilizar si la situación crítica de defensa se produjera mañana». «Avanzaremos en los trabajos preparatorios de la ley del servicio militar hasta tal punto que quien me suceda, aunque sea yo, pueda seguirlo», ha ironizado sobre su proyecto previo al servicio militar obligatorio.La Unión Cristianodemócrata (CDU), muy por delante en las encuestas, amenaza con tumbar si llega al gobierno. «Sería mejor explicar al público dónde se debería alojar, cómo se podría equipar y entrenar, por parte de la Bundeswehr, cada año a una cohorte de más de cien mil jóvenes reclutas en caso de un reclutamiento generalizado», critica la todavía oposición conservadora.