«Si quieres la paz, prepárate para la guerra» . La frase, atribuida al romano Flavio Vegecio Renato en el siglo IV, parece que ha sido desoída por Europa durante las últimas décadas. El último toque de atención ha llegado de Washington, desde donde Donald Trump no ha disfrazado su malestar con el reducido presupuesto en defensa de los países europeos. Sin ambages lo dijo esta semana en Múnich el vicepresidente de Estados Unidos , J. D. Vance, que en tono bronco avisó de que « Europa debe dar un paso adelante para garantizar su propia defensa» para que, mientras, su país pueda «centrarse en otras zonas del mundo que están en grave peligro».Noticia Relacionada Antiguos generales y expertos advierten estandar Si «Europeos y canadienses deben unir su defensa fuera de la OTAN» Enrique Serbeto | Corresponsal en BruselasMás allá de los discursos, los datos demuestran que los países europeos han descuidado durante años sus Fuerzas Armadas, perdiendo tanto efectivos como capacidades militares. Los expertos atribuyen esta política a varios factores, como la ausencia de una amenaza directa, las etapas de crisis económica o el elevado coste de las nuevas tecnologías. Esta actitud de \'brazos caídos\' la demuestran las cifras de gasto en defensa, pero no solo eso, los ejércitos quedaron reducidos a las necesidades mínimas y escasa operatividad.La primera asunción de responsabilidades llegó en la cumbre de la OTAN celebrada en Gales en 2014. Entonces fue cuando los países reconocieron la necesidad de adquirir el compromiso de invertir más en defensa y se marcaron el objetivo de llegar al 2% del PIB en una década. Alcanzada esa fecha, ocho países seguían sin llegar a ese porcentaje que, además, ya se había quedado corto. Los aliados hablan ya una nueva marca del 3% e incluso se ha señalado el objetivo del 5% desde Estados Unidos. Cifras difíciles de alcanzar para todos los países pese a sus anuncios de inversión militar. Y más aún para España, que tiene un compromiso de llegar al 2% en 2029 desde su último puesto en la lista con una inversión actual del 1,28%.El analista del Real Instituto Elcano Félix Arteaga explica a ABC que este proceso de desestructuración militar en Europa empezó tras la Guerra Fría, cuando se fueron abandonando progresivamente las capacidades de defensa territorial y protección de las fronteras para pasar a una concepción basada únicamente en la proyección en el exterior para misiones de mantenimiento de la paz. Esto llevó a la supresión del servicio militar obligatorio en la mayoría de países y también a la pérdida de algunas capacidades que ahora se vuelven a percibir como vitales. La editorial Política Exterior, en un artículo sobre la defensa europea, cifra en un 35% la pérdida de capacidades militares de los países europeos desde el año 1999. El análisis achaca esta reducción a cuatro razones: la reducción de amenazas existenciales en Europa, la crisis financiera del año 2008, el alto coste de las fuerzas militares «del espectro completo» y el fracaso de las iniciativas de cooperación. Esto hace que Europa corra el riesgo de quedarse con veintisiete «ejércitos bonsái inútiles», avisa.Arteaga ahonda en esta idea en otra publicación en la que explica que Europa debería bastarse para disuadir a Rusia de una escalada convencional, ya que dispone de más fuerzas en activo, mayor PIB, mayor presupuesto de defensa y mayor cuota de exportación mundial de armamento. Sin embargo, advierte de que no es así porque «carece de la suficiente autonomía estratégica para hacerlo» y depende de la OTAN para su defensa, principalmente de Estados Unidos.Los ocho países europeos reunidos esta semana en París para debatir una estrategia conjunta ante los movimientos de Donald Trump son ejemplo de este camino seguido durante décadas.Polonia Drástica decisión en 2016Tras la Segunda Guerra Mundial, Polonia estaba lejos de considerarse una potencia militar. En el año 2009, el país se situaba en el vigésimo primer puesto en gasto militar, mientras que en 2024, solo quince años después, está a la cabeza de los países de la OTAN con un gasto en defensa del 4,12% del PIB.La cumbre de diciembre de 1999 AFP De Helsinki a París: los intentos de construcción de la defensa europea Fue en el año 1999, en Helsinki, cuando los países de la Unión Europea anunciaron por primera vez el intento de lograr una integración efectiva de su defensa. El propósito era ser capaces en el año 2003 de disponer de una fuerza multinacional europea, de 50.000 a 60.000 efectivos, con los apoyos navales y aéreos necesarios, que fuera capaz de desplegar rápidamente y ser sostenida logísticamente en un escenario lejano durante un año. Más de veinte años después está claro que ese objetivo no ha sido alcanzado, aunque el teniente coronel Pedro Méndez de Vigo , en un estudio del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), apunta que los distintos países de la UE, individualmente, sí que tienen desplegada una fuerza que en conjunto suma esas cifras en más de veinte países distintos. «Por tanto, con relación a los efectivos –no a las capacidades–, puede afirmarse que los gobiernos europeos podrían estar en condiciones de cumplir con los objetivos previstos», concluye. Pero esto solo en relación a la capacidad de despliegue en el exterior, ya que reconoce «notables incumplimientos» y «decisivas carencias» en el resto de aspectos de los objetivos de Helsinki. El siguiente hito lo marcó la denominada \'Cooperación estructurada permanente en materia de defensa y seguridad\' (PESCO), del año 2017, con el objetivo de mejorar la instrucción militar europea y los ejercicios y fortalecer sus capacidades. Uno de los debates se articula entorno a la capacidad de la industria militar europea y la necesidad de colaboración entre naciones. En el año 2021, la Comisión Europea lanzó el Fondo Europeo de Defensa (FED) con el objetivo de invertir hasta 8.000 millones de euros en proyectos de defensa e innovación. Sin embargo, este movimiento ha quedado superado en el debate actual, con la guerra de Ucrania y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, y los Veintisiete se han lanzado a buscar fórmulas que permitan incrementar su capacidad industrial y fondos militares. La cumbre de París ha sido ejemplo de esta búsqueda de una defensa europea común.Esto es fruto de una drástica decisión adoptada en el año 2016, cuando se ordenó un notable aumento de efectivos y capacidades de las Fuerzas Armadas tras haber realizado un concienzudo análisis de sus ejércitos. Como consecuencia de ello, sus militares se han duplicado en la última década y también su potencia de ataque.Su poderío lo reflejan, por ejemplo, los carros de combate. Pese a lo críptico de los datos, diferentes centros de estudios especializados en defensa y seguridad revelan que Polonia dispone de un parque de más de 860 tanques.Dinamarca Revulsivo frente a la «amenaza rusa»En línea con el resto de países europeos, Dinamarca había reducido su presupuesto militar durante las últimas dos décadas. Eso ha cambiado drásticamente esta semana, cuando ha anunciado una inversión en defensa de 50.000 millones de coronas danesas (6.700 millones de euros) adicionales durante este año y el próximo. El argumento es hacer frente a «la amenaza rusa» , aunque de fondo están las aspiraciones de Donald Trump sobre Groenlandia, territorio autónomo danés.Entre 1990 y 2000, las Fuerzas Armadas danesas se vieron afectadas en sus capacidades. Cuando se redujo la amenaza hacia el territorio nacional, la fuerza militar, igual que la del resto de países europeos, se reorientó hacia las misiones en el exterior bajo bandera de la OTAN o de Naciones Unidas.Reino Unido Retirada de buques y helicópterosLas Fuerzas Armadas del Reino Unido han experimentado una notable reducción en sus efectivos y capacidades en las últimas décadas. En 1990, el Ejército británico contaba con unos 160.000 efectivos, pero tras una serie de recortes esa cifra se redujo a 102.000 en 2010 y a 82.000 en 2021. A partir de ahí la reducción continuó y en 2024 el ejército de Tierra tenía alrededor de 72.500 efectivos. En conjunto, sumadas la Royal Navy y la Royal Air Force, la cifra de militares era de 181.550 el pasado año; un proceso de reducción acelerado por las dificultades en el reclutamiento.Además de la bajada de efectivos, el Reino Unido ha sufrido recortes en su capacidad de armamento y equipo militar. En 2024 el Gobierno anunció la retirada de cinco buques de guerra, 31 helicópteros y 46 drones de vigilancia como parte de un esfuerzo para ahorrar 500 millones de libras en los próximos cinco años. Pese a ello, el Gobierno ha prometido aumentar el presupuesto de defensa al 2,5% del PIB para el año 2030.Alemania Fallos que muestran las carenciasLa Bundeswehr cuenta actualmente con 198.000 efectivos, de los que unos 12.500 están realizando el servicio militar voluntario. En 1991, el Ejército alemán contaba con aproximadamente 457.000 soldados, un número que refleja la situación antes de la reunificación de Alemania y durante las tensiones de la Guerra Fría. En el año 2000 ya se había reducido a unos 220.000 efectivos y después siguió progresivamente disminuyendo.Pese a los últimos anuncios de inversión militar, el Ejército alemán lleva años de decadencia reflejados en varias de sus capacidades. Un ejemplo fue en 2022 un fallo múltiple del vehículo de combate de infantería Puma, que puso al descubierto las carencias de las Fuerzas Armadas alemanas.Francia Carencias de munición y personalEn los últimos veinte años, Francia (68 millones de habitantes) ha suprimido unos 40.000 puestos en sus Fuerzas Armadas, pasando de 240.000 a 200.000 soldados. El recorte de soldados, marinos y aviadores comenzó muchos años atrás, cuando Jacques Chirac suprimió el servicio militar obligatorio, en 1979. La reducción de los puestos militares está acompañada de un recorte significativo de varias decenas de miles de puestos de civiles que participaban en la gestión administrativa y técnica de las Fuerzas Armadas.El Ejército francés es fuerte porque dispone de capacidades sofisticadas y de potencia nuclear, aunque algunos estudios de foros de Estados Unidos apuntan que no está preparado para una guerra de alta intensidad porque carece de reservas de municiones y de personal. Señalan también carencias en aviones de combate, municiones o vehículos áreos no tripulados (drones).Países Bajos Renuncia a los corres de combateEn el año 2015 la inversión militar de La Haya era de 8 millones, una cifra que aumentó hasta los 21,4 millones de euros en 2024. Un crecimiento del 167,5% orientado a aumentar también el porcentaje de gasto en defensa en el Producto Interior Bruto del país, que aspiran se sitúe entre el 2,2% y el 2,3% en 2030. Un ejemplo de su deriva son los carros de combate. En 2011 llegó a dar de baja su flota (llegó a tener 400 al final de la Guerra Fría) y desde 2015 solo opera con 18 carros de combate Leopard alquilados a Alemania. Ahora estudia la adquisición de 50 Leopard más modernos.Italia Pérdida de carros y avionesEn Italia, la pérdida de fortaleza militar es visible tanto en efectivos como en capacidades. En 1990, sus Fuerzas Armadas contaban con unos 450.000 soldados, 1.200 carros de combate, 50 buques y 400 aviones. Más de dos décadas después, en 2023, había unos 160.000 efectivos, 200 carros de combate, 30 buques y 130 aviones.Fue en el año 2012 cuando Italia decidió por ley reducir los soldados del Ejército: se pretendía pasar de 190.000 a 150.000 efectivos. Sin embargo, más tarde, como consecuencia de la guerra de Ucrania, se decidió por decreto que el número de efectivos llegara a 160.000. Esta cifra tampoco satisfacía a su jefe de Estado Mayor, el almirante Giuseppe Cavo Dragone, que avisó ante el Congreso y el Senado de la necesidad de contar con más medios para poder atender las demandas. «No dejaré de pedir más soldados», avisó.España Retrasos vitales para sus capacidadesTambién España ha perdido militares durante las últimas décadas. En 1978, las Fuerzas Armadas contaba con 309.000 efectivos, frente a los menos de 120.000 que están en servicio en la actualidad. Tras este significativo descenso se encuentra también la eliminación del servicio militar obligatorio en el año 2001 y su sustitución por un Ejército profesional. Para revertir la situación, el Ministerio de Defensa ha adelantado un paulatino aumento de soldados en el próximo lustro.A ello se suma una falta de material que llega a las reservas de los ejércitos. La falta de munición, advertida en por mandos militares, se ha visto agravada por los envíos de armamento a Ucrania. El toque de atención más claro lo dio en el Congreso el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), el almirante general Teodoro López Calderón, que advirtió de la falta de fragatas para el combate y de stocks de munición.También tienen incidencia algunos retrasos en la fabricación de materiales básicos para las Fuerzas Armadas, como el vehículo de combate 8x8 Dragón o los submarinos de clase S-80. Actualmente la Armada solo tiene dos sumergibles en el mar –uno de ellos de más de cuarenta años de antigüedad–; frente a los ocho que tuvo entre 1980 y 2000. Pero la mayor fortaleza del arma submarina española se registró en 1930, con 16 buques en el mar.**Con información elaborada por Rosalía Sánchez, Juan Pedro Quiñonero, Ivannia Salazar y Ángel Gómez Fuentes.