El presidente estadounidense, Donald Trump , ha justificado su interés en Groenlandia con las preocupaciones de seguridad por las actividades chinas y rusas en el Ártico. El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio , ha enfatizado que Trump habla en serio cuando se refiere a la necesidad de control sobre la isla y ha calificado como «de interés nacional» la iniciativa para conseguir que pase a ser territorio de EE.UU.La primera ministra danesa, Mette Frederiksen , ha pedido ayuda a Alemania y Francia y se ha reunido también con el secretario general de la OTAN. Mark Rutte , con los que ha acordado un plan de acción. Para evitar la anexión estadounidense, la OTAN presentará una propuesta, en la que está trabajando, que contempla una ampliación significativa de la presencia militar aliada en el Ártico. La OTAN está hablando ya informalmente sobre el asunto con Washington. Según círculos de la Alianza, que cita la agencia alemana DPA, existe la esperanza de que esta propuesta calme el debate sobre la afiliación de Groenlandia con Dinamarca.La premisa de la propuesta es que los estadounidenses podrían participar en esta mayor presencia militar. Actualmente está siendo objeto de conversaciones informales. La base ofertada para esa mayor presencia militar son los planes de defensa adoptados en 2023, que podrían ser ampliados. Estos documentos clasificados prevén un aumento de las capacidades de disuasión y defensa en el extremo norte de Groenlandia. Estados Unidos ya opera la base espacial Pituffik gracias a acuerdos con Dinamarca. Desde ella apoya los sistemas de alerta de misiles, así como misiones de defensa contra misiles y de vigilancia espacial. También están presentes en la zona las fuerzas armadas danesas, principalmente a través del Comando Ártico en Nuuk.Noticia Relacionada Los daneses, ante el órdago del nuevo presidente estandar Si «Trump puede comprar Groenlandia si con eso pago menos impuestos» Pablo Ortega | Enviado especial a Copenhague La OTAN pretende, con esta oferta, desactivar el debate sobre Groenlandia , altamente explosivo para la organización. La Alianza sufriría un grave problema de credibilidad si un destacado miembro amenaza repentinamente con anexar el territorio de otro Estado también miembro mediante el uso de la fuerza, un extremo que Trump ha evitado rechazar. Esta situación sería especialmente desestabilizadora, de cara a la invasión rusa de Ucrania y las reclamaciones de China sobre Taiwán .Por otra parte, la retirada de EE.UU. de la OTAN debido a una disputa de ese tipo sería un gran desastre existencial para la organización de defensa. La capacidad de disuasión de la OTAN se basa fundamentalmente en el arsenal nuclear de Estados Unidos y en la potencia de sus fuerzas armadas convencionales. Según fuentes diplomáticas alemanas, la posibilidad de que se lleve a cabo la propuesta dependerá de si la principal preocupación del republicano es realmente la seguridad estadounidense que depende de esta región. Si los yacimientos de materias primas también juegan un papel principal, la iniciativa podría estar condenada al fracaso.El 85% de los groenlandeses están en contra de abandonar el Reino de Dinamarca y unirse a los Estados Unidos, según una encuesta realizada entre el 22 y el 26 de enero por encargo del diario danés \'Berlingske\' y el periódico groenlandés \'Sermitsiaq\'. Sólo el 6% estaría de acuerdo y el 9% se declara indeciso. El Primer Ministro de Groenlandia, Múte B. Egede , se ha manifestado con firmeza en contra de que Groenlandia se independice completamente de Dinamarca para unirse a los EE.UU., distanciándose de las declaraciones de Trump al respecto.La gran isla de hielo, en gran parte independiente, situada entre el Atlántico Norte y el océano Polar, con sus 57.000 habitantes, está dispuesta a profundizar la cooperación. «Pero Groenlandia no quiere ser parte de Estados Unidos», ha aclarado Egede. Sin embargo, la relación de Groenlandia con Dinamarca también es complicada. La isla depende del apoyo financiero de Copenhague, pero muchos groenlandeses todavía se sienten insuficientemente valorados por su antigua potencia colonial. «No queremos ser daneses. Tampoco queremos ser estadounidenses. Queremos ser groenlandeses», es la conclusión de Egede.Frederiksen ha estado consultando con los socios europeos y con la OTAN la posibilidad de apoyo en caso de que Estados Unidos recurra a medidas de presión, tanto coerción militar como económica, en forma de sanciones. En el caso de presión militar, la OTAN carece de mecanismos o precedentes para actuar en un conflicto militar entre dos de sus miembros. La UE tampoco sabe dar una respuesta precisa sobre cuál sería su reacción en ese caso. De ahí la conveniencia de adelantarse y ofrecer a Trump a tiempo una salida satisfactoria para sus intereses que pueda ser beneficiosa para todos. Pero ni la UE ni la OTAN renuncian a defender la inviolabilidad de las fronteras y la integridad territorial de los países, por encima de los intereses individuales de cualquier país, incluido EE.UU.
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