Uno de los últimos titulares irrisorios que ha proporcionado la Bundeswehr a la prensa alemana es el que se refiere a la imposibilidad de ascender a tenientes a 900 de sus estudiantes, que han superado todas las pruebas pertinentes, porque no es posible asumir en el presupuesto el aumento salarial de los ascensos. Tampoco podrá el ejército alemán prolongar en 2025 los contratos del personal técnico especializado, según \'Business Insider\'. A pesar de que Alemania está haciendo reseñables esfuerzos financieros para poner al día su ejército, su capacidad de inversión en Defensa resulta insuficiente para la OTAN, cuyo secretario general, Mark Rutte , acaba de pasar por Berlín para pedir que se redoble ese presupuesto. Rutte justifica su exigencia alegando que, desde el inicio de la guerra en Ucrania, Rusia ha aumentado drásticamente su gasto militar y ha pasado a una economía de guerra, pero la opacidad de las finanzas rusas y el hecho de que Moscú mantenga clasificada la información sobre su rearme, no facilita una comparación efectiva. A este respecto intenta arrojar luz un informe recién publicado por Greenpeace, firmado por Herbert Wulf , que dirigió el Centro Internacional para la Conversión de Bonn (BICC) durante ocho años, y el investigador para la paz Christopher Steinmetz . El estudio confirma el aumento exponencial en el gasto militar ruso y lo cifra en 127.000 millones de dólares en 2023. Mientras la OTAN pide a sus miembros que pasen del 2% al 3% del PIB, la proporción del producto interior bruto que Rusia destina a su gasto militar alcanzará el 7,1 por ciento en 2024, según el informe titulado \'¿Cuánto es suficiente?\' . Entonces, ¿por qué ejércitos como el alemán siguen en tal estado de precariedad? La explicación es que, según este informe, que ese nivel de inversión no ha reportado a Rusia una superioridad manifiesta. Los expertos de Greenpeace señalan que sufre una importante brecha tecnológica con respecto a la OTAN en muchas áreas armamentísticas que difícilmente podrá recuperarse en una década. Otra de las conclusiones es que el potencial de rearme de Rusia tiende ya al agotamiento, mientras que el potencial aliado está todavía por explotar. Rusia ya está teniendo grandes dificultades para compensar las pérdidas materiales sufridas durante la invasión de Ucrania, según Greenpeace , que señala que la OTAN tiene en conjunto más de tres millones de soldados mientras que Rusia sólo tiene 1,33 millones, de los cuales sólo alrededor del 40% se encuentran al oeste de los Urales. A pesar de varias rondas de reclutamiento para la guerra contra Ucrania, dadas las pérdidas y deserciones, parece dudoso que Moscú pueda lograr un aumento significativo en el número de tropas a corto plazo, según los datos del instituto sueco de investigación para la paz Sipri de los que se nutre el estudio. El hecho de que «todavía no se han realizado intervenciones regulatorias en la economía libre», explica según este análisis que «todavía no se ha activado el enorme potencial para aumentar la producción de armamento» por parte de Occidente. Rusia se ha adelantado a la hora de «reconvertirse hacia una economía de guerra», lo que ha llevado al Kremlin a intervenir masivamente en la economía. La industria de defensa rusa, por ejemplo, produjo alrededor de un 60% más en el primer trimestre de 2024 que antes de la invasión, pero aún así no compensa las pérdidas sufridas en la guerra.Greenpeace compara en este estudio el potencial militar de la OTAN y Rusia. En su prólogo cuestiona con sentido crítico si el gasto occidental adicional en armamento es realmente necesario o si hay un «exceso en las preocupaciones legítimas sobre la seguridad de los estados de la OTAN». Sus expertos calculan que los aliados, en conjunto, gastan actualmente en sus fuerzas armadas alrededor de diez veces más dinero que Rusia, entre 430.000 y 300.000 millones de dólares por año, y sugiere que en todas las categorías principales de armas la OTAN supera a Rusia en al menos tres veces. Por ejemplo, los países de la OTAN tienen 5.406 aviones de combate, 2.073 de los cuales están en Europa, mientras que Rusia sólo tiene 1.026. Sólo en lo que respecta al número total de bombarderos estratégicos, Rusia casi iguala a Estados Unidos (129 frente a 140). En cuanto al armamento nuclear, la escena es de un aterrador equilibrio: los tres estados poseedores de armas nucleares de la OTAN (Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña) suman 5.559 ojivas nucleares y Rusia tiene 5.580. Ambos bandos tienen sus armas nucleares estacionadas en misiles, submarinos y aviones, lo que garantiza la capacidad de primer y segundo ataque. Estos datos vendrían a respaldar la tesis pacifista de equilibrio de fuerzas, aunque el documento advierte de un punto débil en la Alianza, que es el que explicaría la evidente situación de precariedad de ejércitos como el alemán. «La razón principal de la incapacidad de los europeos occidentales durante décadas para lograr una autonomía estratégica dentro de la UE o en la parte europea de la OTAN es la política de armas y defensa no coordinada, en gran medida orientada a nivel nacional, y no la supuesta falta de recursos financieros».Greenpeace insiste en que, para evitar otra carrera armamentista nuclear entre Estados Unidos y Rusia, los dos gobiernos tendrían que reiniciar las restricciones previstas en el Nuevo Tratado START. En junio de 2023, Estados Unidos intentó reiniciar las conversaciones bilaterales , pero Rusia no ha respondido. «Aunque las conversaciones sobre control de armamentos parecen poco probables en este momento, los riesgos para la humanidad son demasiado grandes como para querer compensarlos con aún más armamento», suplica el informe, «incluso durante el apogeo de la Guerra Fría, fue posible alcanzar acuerdos sostenibles entre Washington y Moscú».